Desánimo en el vestuario del Madrid
Los veteranos temen que el cambio fallido de Cristiano por Neymar y las decisiones de Lopetegui formen parte de un plan de Florentino Pérez para regenerar la plantilla
“Neymar nos ha dejado tirados”, repetía un alto cargo del Madrid la semana pasada. “Neymar nos ha metido en un lío”.
Los estrategas del club más poderoso del fútbol mundial entienden que fulminar o mantener unos días más al entrenador Julen Lopetegui en el cargo ya no es, ni de lejos, el problema más grave que tienen entre manos. El Madrid se precipita a un remolino de proporciones desconocidas por la actual directiva. Las personas consultadas en los distintos estamentos madridistas coinciden en que la actual crisis se produce por el efecto encadenado de una planificación fallida que pretendió sustituir a Cristiano por Neymar sin más efecto que la salida del ídolo, la descapitalización de la plantilla, y una sensación de amortización cada vez más extendida entre una parte muy significativa del vestuario sin que Lopetegui hiciera nada más que enrarecer esta atmósfera viciada.
“La directiva y los capitanes lo negarán en público”, avisa un dirigente, “pero la madre del cordero es el malestar que hay entre el vestuario y Florentino Pérez por la política deportiva”.
Lo repiten desde hace un mes algunos empleados de Valdebebas. Cada vez son más los futbolistas, veteranos de tres o cuatro Champions, que se sienten desamparados por una institución que perciben absolutamente centralizada en un presidente más obsesionado por fichar a Neymar Júnior que por reconocerles su mérito en los éxitos recientes. Creen que el club se prepara para pagarles con la misma moneda que le pagó a Casillas o al propio Cristiano. Crece el temor ante un cambio de ciclo que amenace con una oleada de bajas y ven a Lopetegui como al tecnócrata que llegó para administrar la remodelación.
Cuentan en Valdebebas que Cristiano no deja de hablar con sus excompañeros. Les insiste en que él no se fue porque quisiera sino porque el club le empujó a ello negándole una oferta de renovación durante siete meses y ofreciéndole 28 millones netos por año, solo para justificarse, cuando estaba a punto de cerrar por 30 con la Juventus. Esto causó casi tanta consternación en los jugadores como cuando se enteraron de que el Madrid le ofreció 50 millones de euros netos a Neymar este verano, como recurso de última instancia para que se decidiera a abandonar el PSG. Dice un futbolista del Madrid bajo condición de anonimato que cree que sus compañeros obtuvieron esta información del propio Neymar a través de Marcelo y Casemiro, amigos y compañeros de selección durante el mes que duró el Mundial, precisamente cuando el padre del ídolo de Brasil negoció el traspaso que luego se negó a culminar. Lo que contaron los brasileños generó un sentimiento de injusticia ante el doble rasero que empleó Florentino Pérez entre un líder como Cristiano y un meritorio que lleva un año medio entre el ocio y el negocio en París.
Las fuentes consultadas en la directiva niegan que existiera un plan de renovación general de la plantilla, ni que Lopetegui recibiera directrices de Florentino Pérez. Al contrario, en los despachos del Bernabéu están lejos de considerar al entrenador como a un aliado. “Torpe” es el término que más emplean al describir su tarea y ponen como ejemplo la suplencia de Kroos —hombre extremadamente susceptible— ante el Levante. El problema es que demasiados futbolistas han dejado de creer en la empresa y Lopetegui no ha hecho nada por evitar que se multipliquen los suspicaces. Puede que no sean la mayoría pero en la dirección apuntan a hombres de gran influencia. Gente como Marcelo, Kroos, Keylor, Carvajal, Casemiro o Modric viven cada día más inquietos ante su futuro profesional.
La gestión de Lopetegui inflamó a los incrédulos. En la plantilla señalan que la sustitución de Marcelo en Girona, en agosto, reveló el verdadero carácter de un técnico que no cree en la vieja guardia. Lo mismo prueba la apresurada suplencia a la que relegó a Keylor, el portero al que sus compañeros atribuyen parte de las tres Champions.
Florentino Pérez, según una persona que estuvo en el palco contra el Levante, sabe muy bien que en el vestuario se desarrolla un sentimiento de agravio que es preciso frenar cuanto antes. El presidente teme que la presencia de Lopetegui empeore las cosas de tal modo que el equipo sea incapaz de vencer mañana al Viktoria y complique su clasificación para octavos de la Champions.
La coyuntura adquiere el más sombrío de los precedentes para Florentino Pérez. La última vez que asistió a una serie de cinco partidos seguidos sin lograr el triunfo fue en 2004, coincidiendo con el origen de la crisis que desmanteló al Madrid de los llamados galácticos y desembocó, en 2006, en su dimisión.
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