_
_
_
_

Natxo González: “Hay muchos jugadores, pero pocos futbolistas”

El técnico, que aplica una metodología en la que lo importante es comprender el juego, ha llevado al Zaragoza a disputar el playoff de ascenso a Primera

Jordi Quixano
Natxo González, técnico del real Zaragoza.
Natxo González, técnico del real Zaragoza.Irina R. H. / AFP7

Desde que el expresidente Agapito Iglesias metiera al Zaragoza en el peor agujero de su historia, sin dinero y sin resultados, el equipo quedó condenado a la Segunda División desde 2013. Un lustro después, tras muchos virajes y giros direccionales, zozobra institucional y social apenas contenida por los sucesivos presidentes y entrenadores, el equipo certificó en el penúltimo partido liguero ante el Valladolid su presencia en el playoff de ascenso. Natxo González (Vitoria, Álava; 51 años) ha sido el artífice de devolver desde el banquillo la ilusión a una afición necesitada. En la ciudad deportiva, con un discurso sereno pero ambicioso, el mister remarca que el trabajo no se ha acabado. Les toca el Numancia en semifinales.

Pregunta. ¿Era un premio o un caramelo envenenado coger al Zaragoza, un histórico en apuros?

Respuesta. Un premio. Cuando mostraron su interés en mí no tuve que pensar mucho. Es verdad que era un arma de doble filo porque tiene la presión y la necesidad de ascender a pesar de los problemas económicos, pero era un reto apasionante y no pensé en lo negativo sino en lo que podía ocurrir si lo hacíamos bien.

P. ¿Le sorprendió que pensaran en usted?

R. Bueno, llevaba muchos años picando piedra. Estaba esperando que alguien con un proyecto de este tipo confiara en mí. Yo solo tenía que intentar dar respuesta. Sabía que me iba a costar mucho llegar a este nivel porque soy quien soy, pero sabía que cuando llegara iba a estar preparado. Si no piensas así te puedes volver loco porque este trabajo hay que compensarlo con ilusión.

Zapater es el corazón del equipo y del zaragocismo, el espejo donde mirarse para los chicos que vienen de abajo

P. ¿Le parece injusto que se den oportunidades antes a exjugadores sin carrera en los banquillos?

R. Yo sé que tenía que pelear ante estas situaciones de exjugadores internacionales con nombre, que en seguida se ponen o les ponen ahí. No valoraré si es justo o no, pero yo sabía que para llegar lo tenía que hacer muy bien. Es un hándicap con el que he tenido que pelear siempre.

P. Se dice que los jugadores son puñeteros y que examinan al entrenador y su currículo… ¿Le fue fácil ganarse al vestuario?

R. Cuesta, cuesta. Y más con mi metodología porque doy mucha importancia a entender el juego. Hay muchos jugadores de fútbol, pero pocos futbolistas. Los hay que con balón son muy buenos, pero luego otros que entienden el juego, se sacrifican…

P. ¿Qué es lo que exige a su vestuario?

R. Una innegociable rigurosidad, cumplimiento de los horarios, la disciplina bien entendida a través del esfuerzo… Es lo mínimo que se le puede exigir a un profesional.

P. ¿Cuál fue el primer mensaje que envió al vestuario?

R. Que debíamos ser conscientes dónde entrábamos, entender esa responsabilidad, conocer su historia, la gente que tenemos detrás… Es un gran club con historia. El otro día Papu hizo un hat-trick. ¿Sabes quién fue el último en lograrlo? Diego Milito ante el Madrid. Casi nada.

P. Y eso que tiene una plantilla muy joven…

R. Sí y puede que nos pasara factura en la primera vuelta. Pagamos un peaje. Pero cuando se adaptaron a la categoría se veía que podían ser importantes y creo que hemos creado jugadores top de la categoría. En eso, en cualquier caso, han ayudado los veteranos y sobre todo Zapater, el capitán. Alguien tiene que poner firmes a esos jugadores del vestuario para dentro porque alguno vive en el mundo de Yupi; alguien que te oriente y te agarre del pecho para decirte: ‘Niñato, por este camino no vamos a ningún sitio’. Zapa no solo es el corazón del equipo y del zaragocismo, sino que es un ejemplo, el espejo donde mirarse para los chicos que vienen de abajo. Les ha hecho entender lo que es este club. Les hace ver que es difícil llegar y mantenerse.

En el playoff no podemos tener miedo; nos ha traído hasta aquí nuestra gente y nuestra madurez, frescura y personalidad

P. Aunque no funcionó nada al inicio… ¿Por qué hicieron la peor primera vuelta de la historia del Zaragoza en Segunda?

R. Siempre he dicho que el equipo ha llevado la evolución natural y que gracias a la confianza en mí y en el proyecto pudimos dar una estabilidad que le faltaba al club. Tras esa vuelta, tuve una semana de vacaciones y fue la peor del año por la tendencia negativa en la que estábamos, pero me sirvió para hacer un análisis profundo de lo hecho y para perfilar el futuro.

P. Aun así, por entonces decía que este equipo subiría a Primera en esta… O en la próxima temporada. ¿Qué veía que no era capaz de ver el resto?

R. El día a día. Veía talento, un buen grupo humano que seguía creyendo. Pensaba que esa irregularidad era lógica y estaba tranquilo. Sabía que iría hacia arriba. No sabía hasta qué punto, pero estaba convencido de que llegaríamos con opciones de estar entre los mejores.

P. Al llegar al club dijo que sabía que La Romareda era una plaza complicada… ¿Lo sigue pensando?

R. Antes de llegar todo el mundo me lanzaba mensajes malos. ‘¿Dónde te metes, dónde vas?’, me decían. Y ya en la ciudad hasta en la carnicería me decían que no llegaría a los Pilares, luego a Navidades… Pero no ha sido tanto. Es más, pienso que bendita presión y menuda bendición jugar ante 35.000 personas y no frente a 5.000. La diferencia de ambiente de La Romareda con cualquier otro campo de la categoría se nota mucho. Y creo que la afición del Zaragoza es lista y entiende de fútbol. Cuando no iba bien y no se echaban encima es porque veían que había algo, un buen motor. Claro que en un coche nuevo te falla el embrague un día, el limpia en otro… Pero el motor era bueno. Y eso se transmitió.

En la carnicería me decían que no llegaría a los Pilares

P. ¿Y cuál es el mensaje que envía ahora a su grupo, una vez ya están clasificados para el playoff?

R. Que no cambiemos. No podemos tener miedo, nos ha traído hasta aquí nuestra gente y nuestra madurez, frescura y personalidad. No podemos encogernos. Debemos salir sin renunciar a lo que sabemos hacer. Si queremos cambiar o tenemos temor de si no ganamos…, malo. Hay que salir limpios de cabeza, disfrutarlo. Son momentos para disfrutar.

P. Es la única fase de ascenso que le falta por disputar. Seguramente cualquier equipo le escogería para afrontar una situación así, ¿no?

R. No sería una mala elección… Pero sí, sí. He jugado muchos playoffs de ascenso a Tercera, Segunda B, Segunda… Y la experiencia me ha demostrado que lo importante es lo emocional y focalizar la atención en la toma de decisión. Esa es la clave. Cuando tengas que tomar decisión, hay que tomarla bien tanto en un área como en la otra. Ya no se piensa en los meses de trabajo y a nivel futbolístico es difícil hacer algo que no hayas hecho ya. Puedes meter detalles, pero poco más.

P. ¿Y cuándo sabe que están preparados?

R. Yo llego y les pregunto: ‘¿Cómo estáis, tíos? Si me dicen: ‘Mister, estamos seguros, no te preocupes’, pienso que vamos bien. Pero hay de todo, hay dudas, hay miedos y eso es humano. Pues hay que enseñarles que no se debe tener miedo porque si no asciendes no pasa nada. Hay enfermedades, cosas muy feas en el mundo. Así que sólo les pido que salgan al campo y me demuestren lo que valen.

P. ¿Usted se siente un entrenador de Primera?

R. Estoy en segunda, pero estoy capacitado para entrenar en Primera seguro.

P. ¿Se irá al Dépor, como se publicó en Galicia?

R. No he firmado nada con nadie, aunque tengo ofertas. Es normal porque se han hecho bien las cosas. Pero que nadie dude de mi compromiso con el Zaragoza y con el objetivo del ascenso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_