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Esperando a Messi y a Cristiano en el Alcoraz

El Huesca, con el cuarto presupuesto más bajo de Segunda, celebra por todo lo alto el ascenso a la élite del fútbol

Natalia Junquera
Los jugadores del Huesca celebran el ascenso con los aficionados.
Los jugadores del Huesca celebran el ascenso con los aficionados.JAVIER BLASCO (EFE)

Los oscenses han salido este martes a la calle para celebrar lo que antes solo habían podido vivir a través de otros y por televisión. La afición del Huesca vio pasar un autobús descapotable como el que transportaba hace unos días por la capital al Atlético tras ganar la Europa League, al Barça del doblete o hace un año al Real Madrid con su duodécima Champions. Pero esta vez eran sus calles, su ciudad, su equipo. Con el cuarto presupuesto más bajo de la Segunda División, el Huesca ha logrado subir a Primera, territorio ignoto en sus casi 60 años de historia si se empieza a contar desde la última resurrección —en 1960, en un bar en el que se reunieron un grupo de futbolistas para refundarlo— o 108 —desde que la ciudad tuvo equipo por primera vez, en 1910—. “Es histórico”, repetían sus aficionados, cargados de razón.

Seguidores y directiva también recurrían a David contra Goliath para explicar lo que les estaba pasando. A partir de ahora, lucharán contra gigantes. El Camp Nou podría engullir a la ciudad entera sin apenas inmutarse. El estadio catalán dispone de 46.000 localidades más que habitantes tiene Huesca (menos de 53.000). Algo parecido ocurre en el Bernabeu (81.044); el Wanda Metropolitano (67.000), Mestalla, el Nuevo San Mamés...

“Aún no me lo creo”, comentaba Adrián, acompañado por su mujer, María José, y sus dos hijos, en la plaza de Navarra, donde el Huesca terminó el recorrido festivo. Los niños, de cuatro y cinco años, uniformados de pies a cabeza, “son socios desde que nacieron”, dice su padre con orgullo. “Yo sigo al Huesca desde hace 40 años”, contaba Ascensión, de 70, en primera fila. Le metió el gusanillo del fútbol su marido, que era muy aficionado, y este martes la única pena que tenía era que se lo hubiese perdido. “Murió hace 11 años. Le habría encantado ver todo esto”, explicaba, incapaz de contener las lágrimas.

“Los triunfos del pequeño saben mucho mejor”, asegura el cerebro de la operación ascenso, un hombre al que el fútbol ha dado grandes satisfacciones en lo deportivo y comisiones de muchos ceros. José Antonio Martín, Petón, era, en 2015, el primer español en la lista Forbes de representantes deportivos. El descubridor de Fernando Torres es la mano derecha del presidente del Huesca, Agustín Lasaosa. Este sugirió que si El Niño se quedaba sin equipo, tenía las puertas abiertas en el Huesca, pero Petón lo atribuyó a una broma y el propio presidente comentó: "No caerá esa breva. El futuro de Torres estará en China o EEUU".  Petón y Lasaosa jugaron juntos al fútbol hace décadas y hace 11 años empezaron a diseñar la hoja de ruta de un equipo humilde hasta la élite del fútbol. “Para mí, la definición de la felicidad es la noche de ayer [el lunes, en el ascenso ante el Lugo]”, explica Petón. “La máxima aspiración de este equipo durante años fue no bajar de Segunda B. Ahora, futbolistas que ni soñaban con jugar en primera están deseando enfrentarse a Messi o Cristiano”.

La emoción de subir a Primera supera la de estar en ella, por eso dice Petón que los triunfos del pequeño saben mejor. El año pasado, para captar socios, el equipo ofreció abonos gratis a todo el que se tatuara el escudo del Huesca. Desde el pasado enero, el campo estuvo lleno. Y este martes, mientras los jugadores paseaban triunfantes en el autobús descapotable, los escaparates de cada comercio tenían una bufanda, una camiseta o un cartel del club. El fútbol colonizó desde pastelerías a tiendas de electrodomésticos. 

Cuenta Petón que en enero, viendo que el sueño se acercaba, prepararon en sendos folios dos plantillas: la de Segunda, y la que querrían si subían a Primera. Ahí estaban los nombres de algunos jugadores a los que tantearon. “Se va a quedar parte importante de la plantilla, pero necesitamos fichajes. En segunda, hay cláusulas en los contratos de algunos jugadores que implican doblar el sueldo al subir, y hay que cumplir. Nos gustaría quedarnos, sobre todo, con el entrenador, un fenómeno, pero sabemos que tiene varias ofertas [En la plaza de Navarra, coreaban su nombre: "¡Rubi, quédate!, le pedían]". Y confiamos en que el Watford inglés nos ceda un año más a Cucho”. El colombiano, de 19 años, lleva 16 goles para el Huesca esta temporada.

“Hemos demostrado que en fútbol no todo es dinero. No ha habido ningún truco más que sentido común y gastar cuatro si teníamos cinco”, explica el presidente. “El Alcoraz tiene ahora unas 5.500 localidades, es casi el 10% de la población de la ciudad. Haremos una reforma para ampliar unas 1.500 más, construiremos algún palco para empresas y vamos a hablar con el Gobierno de Aragón para intentar tener una ciudad deportiva, pero no nos vamos a volver locos ni a gastar 30 millones en un fichaje. Eso sí, esto va a ser un antes y un después para Huesca y la provincia”.

Lo corrobora un hombre que confiesa que no es “un entendido” del fútbol, pero que viajó a Lugo ante la posibilidad del ascenso porque sabía lo que suponía. “Esto supera el deporte. Las ciudades necesitan autoestima, como las personas, y el fútbol ha multiplicado la de Huesca”, explica el alcalde, Luis Felipe. “El equipo hará de embajador. Estando en Primera te conocen en todos los países del mundo. Dejas de ser ciudad de paso para ser ciudad de destino. Y Huesca tiene mucho que ofrecer. Tenemos, por ejemplo, tres estrellas michelín”.

Algunos jugadores fueron directos al avión que les traía de vuelta a casa después de festejarlo por Lugo. Al final indultaron la “pelambrera rizada” del director deportivo, pero a uno de los utilleros le hicieron una autopista en la cabeza con una maquinilla. Cuando miró su teléfono, el presidente tenía 723 mensajes sin leer. “¡Bendito problema!”.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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