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El mejor punto final de Iniesta en el Barcelona

El Barça dice adiós a su emblemático jugador con una victoria ante la Real Sociedad en un partido lleno de sentimiento y decidido con un tanto de Coutinho

Iniesta, en el momento de ser sustituido. En vídeo, declaraciones del jugador.Foto: atlas | Vídeo: JOSEP LAGO (AFP) / ATLAS
Ramon Besa

Aunque hoy es muy fácil perder la noción del tiempo, hay que dar fe de que anoche se despidió Andrés Iniesta como jugador del Barça con un ejercicio de afirmación futbolística en el Camp Nou. El adiós del capitán ha sido tan largo y hace ya tantos días del doblete azulgrana que resulta complicado constatar que hasta ayer no se certificó el éxito con la entrega del trofeo de Liga y que el manchego disputó su último partido con el Barcelona. Ya no quedan más encuentros oficiales y el centrocampista se va como titular indiscutible del equipo de Valverde, doble campeón de Liga y Copa. El fútbol siempre fue un asunto muy serio para Iniesta, nada de homenajes, y menos en el Camp Nou.

Al campo se va a jugar y no a pasar el rato, cosa que no fue sencilla porque el programa del partido que cerraba la jornada y el campeonato estaba tan cargado que no era sencillo reparar en que se disputaban también tres puntos contra la Real Sociedad. Alrededor de la figura de Iniesta, recibido en el estadio con un mosaico infinito y el pasillo de campeón formado por los donostiarras, se empaquetó una noche tan acaramelada y colorista que al palco acudieron el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra; el del Parlament, Roger Torrent; la alcaldesa, Ada Colau; y el nuevo presidente del a federación, Luis Rubiales, que entregó a Iniesta el trofeo de campeón de Liga. Hoy comienza una nueva etapa en la política y en el fútbol sin Iniesta.

Hasta el equipo azulgrana viste ya distinto con una camiseta de 10 franjas, tantas como barrios hay en Barcelona. La zamarra le queda que ni pintada a Iniesta. Jugó bien y tocó mejor en un partido divertido y destensado, un ir y venir con llegadas en las dos porterías, protagonizado sobre todo por Dembélé, más extremo que nunca, burlador, regateador y centrador, abatido a última hora por Raúl Navas. El central entró al tobillo del francés y la hinchada se puso las manos a la cabeza mientras pedían disculpas los jugadores de la Real. Aquella patada sobrecogió al estadio en una noche especialmente dulzona, siempre expectante con Iniesta.

Con Messi

Al capitán, al Barça, al partido, solo le faltaba un detalle para que el todo tuviera sentido: Messi. La vida en el Camp Nou depende de si juega o no el 10. El rosarino, sin embargo, ni siquiera calentaba mientras Valverde daba entrada a Denis Suárez por el renqueante Dembélé. Y en la espera apareció Coutinho. Todos los partidos del Barça tienen el momento Coutinho. No hay un jugador más vistoso y resolutivo que el brasileño, intermitente en el juego y en cambio autor de 10 goles pese a que Luis Suárez no le deja tirar las faltas en ausencia de Messi. Coutinho condujo el balón al pico del área, caracoleó hasta armar el tiro y cruzó la pelota de rosca al palo izquierdo de Moyá.

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El gol animó al Barça y a Iniesta al tiempo que Valverde cambiaba a Coutinho por Messi. El 8 y el 10 se iban a juntar por última vez durante 20 minutos para disfrute del Camp Nou. El encuentro se agitó y se agigantó Iniesta. No paraba el capitán, a veces asociado a Messi y en ocasiones solista excelso, perseverante en el pase, exquisito con sus croquetas, empeñado en enfocar a Moyá a pesar de la marca de Illarra. El rosarino se había propuesto cerrar como se merecía la fiesta de Iniesta. El capitán no paró hasta que a falta de 10 minutos fue sustituido por Alcácer. El estadio se puso en pie y de forma solemne despidió a Iniesta.

A su manera, cada uno de los 84.168 espectadores rompió a llorar mientras el capitán contenía el llanto, ya en el banquillo después de abrazarse a compañeros y rivales, también al delegado Carlos Naval y a Valverde. El jugador que en tantos partidos ha emocionado al barcelonismo se emocionaba mientras el equipo se quedaba a un gol de los 100 en el torneo y del 6.000 en su historia en la Liga. Al Barça le ha faltado siempre un dedo para cuadrar la temporada perfecta en el último ejercicio de Iniesta en el Camp Nou.

No llegó el 2-0 y el partido se acabó poco a poco mientras el estadio oscurecía para preparar la fiesta por la Liga y la Copa. La celebración se impuso al fútbol hasta el punto de que ya no quedaba ni rastro del marcador: 1-0. Hubo tiempo para festejar los títulos a partir de la figura de Iniesta, como si la luz y el fuego sirvieran para iluminar al 8. Hay deseos que a veces se cumplen cuando se trata de personas como el capitán del Barça, un jugador a la antigua y un futbolista de equipo y de club que se propuso despedirse como un campeón en el Camp Nou. No fue casual que se cumpliera el 26 aniversario de Wembley-92. ni que marcara Coutinho. Iniesta tuvo el mejor punto final a una historia prodigiosa en el Barça.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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