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Brasil alivia el recuerdo del Mineirão y frena la racha de Alemania

La vigente campeona mundial, con varios suplentes en sus filas, cae tras encadenar 22 partidos sin perder y mantenerse imbatida desde la pasada Eurocopa

Trapp, meta alemán, no logra detener el remate de Gabriel Jesus que decidió el partido.
Trapp, meta alemán, no logra detener el remate de Gabriel Jesus que decidió el partido.WOLFGANG RATTAY (REUTERS)

Brasil avisa y no precisa a Neymar para hacerlo. Su estrella será la guinda de un pastel que no hace tanto era insípido y ahora se presenta sabroso. Aquel equipo titubeante de hace cuatro años que recurrió a la excitación para tratar de tapar sus carencias es ahora otro. Tite ha montado algo muy serio y lo mostró en un escenario y ante un rival especial, siempre con el recuerdo de aquel 1-7 de la semifinal del último Mundial. Hay espinas que nunca salen y se acaban por convertir en callo. Y hay pequeños alivios como el que le deja este triunfo en Berlín a Brasil a menos de tres meses para que busque revancha en Rusia, una victoria que además acaba con una racha de 22 partidos consecutivos de Alemania sin perder, desde la última Eurocopa. Se quedaron a uno de su mejor marca histórica, que data de hace 28 años.

ALEMANIA, 0 - BRASIL, 1

Alemania: Trapp, Kimmich, Rudiger, Boateng (Süle, m. 68), Plattenhardt; Gundogan (Werner, m. 80), Kroos, Goretzka (Brandt, m. 60); Draxler, Mario Gomez (Wagner, m. 61) y Sané (Stindl, m. 60).

Brasil: Alisson; Daniel Alves, Thiago Silva, Miranda, Marcelo; Fernandinho, Casemiro, Paulinho; Willian, Gabriel Jesus y Coutinho (Douglas Costa, m. 72).

Árbitro: Eriksson (Suecia).

Gol: 0-1, m. 37, Gabriel Jesus.

Hubo una diferencia entre la manera en que unos y otros encararon el partido. Brasil salió con todo lo que tenía, ausentes apenas Neymar y Marquinhos. Alemania empleó la cita para catar algunas alternativas. Le sobra de casi todo a Joachim Low, pero todavía hay niveles. El que tienen Müller, Özil, Hummels, Hector, Khedira, Howedes o Reus, ausentes en esta ocasión. O el de Neuer y Ter Stegen, piezas angulares a la vez que intercambiables para el juego alemán y no solo por la aportación que ofrecen ambos porteros con las manos.

Resulta que Alemania empieza a enhebrar fútbol desde atrás, activa al meta como un jugador más de campo para tratar de encontrar superioridades y, ante equipos que suben líneas como decidió hacerlo Brasil, necesita precisión en los desplazamientos. No la mostró Trapp, el suplente de Areola en el PSG. Por ahí se atragantó Alemania, que se incomodó porque tampoco encontró finura en otros sectores. A Brasil le bastó con seguir su plan con disciplina. Lo hizo desde la cautela, a la que recurrió Tite para blindar la medular con un trío de mediocentros, pero también con el arrojo propio de quien sube la zaga hasta la medular y se apresta a intentar que la pelota esté en el campo del rival.

Brasil propició las imprecisiones de su rival y a partir de ellas se afianzó. Lo hizo con cuatro futbolistas en el campo que habían estado en aquella debacle del Mineirão. Marcelo y Fernandinho habían sido titulares, Paulinho y Willian salieron a jugar cuando ya Alemania les humillaba. Nada de eso ocurrió en esta cita en Berlín, un partido tenso para ser amistoso, sin alegrías, un ajedrez en el que Tite planteó varios jaques hasta que sus jugadores llegaron al gol. No sobraron oportunidades para hacerlo, pero pasada la media hora Gabriel Jesus se encontró con dos. Falló la primera, pero no perdonó en la segunda tras gran centro de Willian y acabó de disparar las sospechas alemanas sobre Trapp.

Para entonces el poco fútbol que se veía lo firmaba Brasil, no ya por su capacidad para leer el partido y poner en problemas a Alemania sino por sus guiños de clase, que la atesora. Toda esa tendencia se amplificó al inicio de la segunda parte, los mejores minutos de un equipo ajustado, sin concesiones atrás y con argumentos en ataque porque tiene llegadores. Uno de los habituales al asalto, Paulinho, obligó a que Trapp mostrase su valor en el rol de guardameta tradicional. También Coutinho dejó pasar el segundo tanto antes de que Löw comenzase con las enmiendas. Que hiciese cuatro antes de que Tite moviese pieza con una sola variación indica también como se tomó el partido Brasil, firme en los minutos finales para defender las acometidas germanas, más Alemania que nunca en los centros al área para que dos referencias, Wagner y Werner, litigasen con los centrales. No le bastó para doblegar a un rival pétreo.

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