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Las siete vidas de Aleix Vidal

“En ningún momento he pensado en irme”, afirma el extremo, titular ante el Valencia tras haber estado en el mercado invernal

Jordi Quixano
Vidal, durante el partido ante el Valencia.
Vidal, durante el partido ante el Valencia.ALBERT GEA (REUTERS)

Tiene siete vidas. Aleix Vidal era un jugador transferible en esta ventana invernal, un futbolista al que tanto el área deportiva como el cuerpo técnico le dieron vía libre para tratar su salida si encontraba una buena oferta. Se acercó el Sevilla, pero no en lo económico, y tampoco nadie del Barça se lamentó porque entendían que podía aportar al equipo siempre y cuando estuviera comprometido, su principal tara desde que llegó porque hasta en dos ocasiones desde el club sisearon que había tirado la toalla. “No es titular indiscutible, pero ha ido entrando en los segundos tiempos. Y teniendo en cuenta que se han ido Arda, Rafinha y Deulofeu, que pueden jugar por su espacio, es bueno que se quede porque nos ayuda”, reflexionó durante esta semana el entrenador Ernesto Valverde. Y tan en cuenta lo tiene que frente al Valencia, en toda una semifinal de Copa, lo sacó de la partida antes que, por ejemplo, a Coutinho o Paulinho.

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“La intención era que nos diera amplitud y profundidad porque nos imaginábamos que el Valencia cerraría los espacios por dentro”, resolvió Valverde, que recuperó el dibujo que definió al Barça desde Rijkaard a Luis Enrique, el 4-3-3 tan cruyffista. Quería Valverde dar vuelo al fútbol por las bandas, abrir el campo porque el Valencia se abrochó en su área y de ahí no salió. Con Luis Suárez volcado hacia la izquierda para darle sitio y aire a Messi por dentro, Aleix Vidal se apropió del costado derecho. “Todos saben que mi posición es la de extremo. Puedo jugar de lateral, pero en esa posición soy un parche”, dijo después.

Ocurrió que le costó cogerle el truco al encuentro porque el Barça ataca más por la izquierda –el desplazamiento lógico de Pique y el pase natural de Messi se orientan hacia ahí- y porque con Valverde los laterales son de luces largas. Por lo que Vidal se metió en ocasiones por dentro y perdió su fútbol porque corre y quiebra en velocidad, también pone centros, pero no es un primor con el toque y le cuesta entender el juego posicional. Aunque como estaba en combustión permanente porque no paró de correr, también se cobró el ala con frecuencia y cuando le encontraron trató de significarse con el pase interior, uno a Sergi Roberto que no supo acabar, y otro con túnel incluido para Rakitic, que lo acabó mal. Y cuando se la dieron a él, en un pase hacia atrás de Alba que sugería el disparo y quizá gol del extremo, apareció Messi para sisarle el esférico y lanzar un quiebro, para dejar la jugada en agua de borrajas.

Acelerado como iba, no se enteró de la estrategia en un córner y Valverde le soltó una buena bronca porque debía acercarse al banderín para arrastrar a un rival. Del mismo modo, le reclamó en el área técnica cuando Pereira se quedó grogui en el suelo tras una entrada escalofriante de Sergi Roberto. Porque el entrenador, aunque Aleix quiso hacer mutis por el foro en invierno, cuenta con él. Así lo explican los números, toda vez que acumula más titularidades que nunca –con la de anoche 10, por las nueve y ocho de los dos cursos pasados- y pronto sucederá lo mismo con los minutos porque ya contabiliza 863 mientras que en la temporada pasada sumó 886 y en la primera, en la que no pudo jugar hasta el ecuador por la sanción FIFA que recaía sobre el Barcelona, 858. Su rendimiento, en cualquier caso, no ha sido malo porque ha logrado dos goles y cuatro asistencias.

“Ante los equipos que se cierran por dentro porque saben que tenemos muy buen juego interior, es bueno dar alternativas”, expuso Valverde. Y una de esas soluciones es Vidal. Sobre la posibilidad de haber dejado el club este invierno, Aleix explicó: “En ningún momento he pensado en irme. Estoy bien aquí. Posibilidades hay de ir a muchos sitios, pero el club ha hecho el esfuerzo para que me pueda quedar. No me considero ejemplo de superación. No hay que hacer caso de lo que la gente pueda decir. Lo importante es trabajar y tener la conciencia de que estás haciendo las cosas bien”.

Pero anoche, aunque revoltoso y pujante, aunque generoso en el esfuerzo y también maratoniano, le faltó la pegada como al resto del equipo –hasta que Suárez explicó lo contrario- y se marchó el primero porque le tocaba el turno a Coutinho, jugador que presumiblemente le quitará muchos minutos. Pero quién sabe porque Aleix Vidal ya ha demostrado que le sobran vidas.

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