El Leganés gana al Espanyol y sigue de fiesta
Los de Garitano vencen en un duelo marcado por los dos autogoles de Mario Hermoso
Las fiestas de Leganés son en verano, pero la gente del pueblo del sur de Madrid lleva unas semanas que no para de celebrar. Este domingo venció al Espanyol para cerrar su semana más grande y comenzar otra que puede acrecentar el momento eufórico de este equipo. Mañana de goles en Butarque, demasiados para lo que fue el partido, pero del reparto de rebotes y golpes de suerte salió vencedor el Lega ante un Espanyol que solo enseñó la pujanza de Marc Navarro por la derecha y la desdicha de Mario Hermoso, quien metió el balón tres veces en la portería pero solo una en la contraria.
La inercia positiva perseguía al Leganés. Un balón que Brsanac mandó al palo fue recogido por Zaldua, cuyo centro raso al corazón del área rebotó en Mario Hermoso y se fue a la portería. Doce minutos y el equipo pepinero ya ganaba, con lo que podía hacer lo que mejor se le da: repliegue intermedio y negar todo espacio al rival. El plan salió de maravilla en la primera parte porque se vio muy poco del Espanyol en ataque. Lo mejor y casi lo único llegó poco antes del descanso, cuando Hermoso, que estuvo en todas, chutó a puerta con Cuéllar fuera de sitio y Bustinza tuvo que estirarse para sacar el balón bajo palos con la cabeza.
Tras el receso el Espanyol subió un punto en la intensidad que le sirvió para ganar cualquier balón dividido. La mejora le duró un rato a los de Quique, unos minutos en los que llegó el gol de Marc Navarro. El lateral derecho fue un puñal por su lado, posiblemente lo único positivo del equipo catalán en Butarque. El canterano superó a Raúl García con facilidad y pegó un pelotazo al primer palo que Cuéllar apenas vio entrar.
Se podía pensar que el empate colmaba las expectativas de ambos equipos, que durante un cuarto de hora casi no se molestaron. Pero este Leganés está de dulce y le sale todo. Igual que a Raúl García le salió un centro perfecto con el exterior de su bota izquierda que voló perfecto hasta la cabeza de Guerrero, que conectó un frentazo sublime para batir a Diego López. Difícil elegir qué fue mejor, o el paso o el remate.
En el partido no pararon de sucederse las situaciones parecidas. Como el jugadón que volvió a marcarse Marc Navarro, regateando todo lo que se le ponía delante y mandando un pelotazo al larguero. Y Como el nuevo autogol de Hermoso, otra vez. Si en el primer tanto apenas pudo evitar el rebote, en este tuvo más culpa porque despejó fatal ante un centro de Amrabat y la pelota terminó en la red. Mal día para el central perico, que aún dio algo de vida a su equipo cuando un nuevo rebote propició otro gol, esta vez en el marco contrario. Cuéllar despejó blandito y el balón chocó contra la cara de Hermoso y se coló. No quedaba apenas tiempo y el Leganés hizo todo lo posible para que el Espanyol no incordiase más y lo consiguió. Una victoria para seguir de fiesta.
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