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El Madrid sigue con velocidad de crucero

Los blancos arrollan al Khimki para sumar la sexta victoria seguida en Euroliga

Alejandro Prado
Doncic, rodeado de jugadores del Khimki.
Doncic, rodeado de jugadores del Khimki.YURI KOCHETKOV (EFE)

En el momento dulce que vive, al Real Madrid le da igual jugar con Luka Doncic o sin él. Evidentemente es mejor tener en el campo al mejor baloncestista de Europa, pero el equipo de Laso ha alcanzado la velocidad de crucero y carbura con cualquier quinteto en cancha. Este viernes ante el Khimki empezó enchufado desde el principio, sin Doncic, y siguió en la misma línea cuando el esloveno pisó el parquet.

Khimki, 78 - Real Madrid, 95

Khimki (17+14+18+29): Jenkins (3), Shved (23), Anderson (6), Gill (9), Thomas (10) -quinteto inicial-, Markovic, Honeycutt (17), Vialtsev, Zubkov (3), Zaytsev (2) y Monia (5).

Real Madrid (26+25+16+28): Campazzo (8), Causeur (11), Yusta (4), Thompkins (8), Tavares (11) -quinteto inicial-, Taylor (6), Doncic (10), Reyes (7), Carroll (10), Maciulis, Rudy (16) y Randle (4).

Árbitros: Sreten Radovic (CRO), Emin Mogulkoc (TUR) y Mehdi Difallah (FRA). Eliminado el local Anthony Gill por cinco faltas personales (min. 33).

Mytishchi Arena de Moscú (Rusia), ante 6.314 espectadores.

El cuadro blanco sumó en Moscú su sexta victoria en Euroliga. Atrás queda la época de marejada que dejó más derrotas que victorias. Y atrás parece que queda la Doncicdependencia. Ahora el Madrid se puede permitir que su joven estrella haga partidos normalitos como el de este viernes porque hay un buen ramillete de jugadores enchufados. Ante el Khimki se unió Rudy, que ejerció de martillo desde la línea de tres en el tercer y último cuarto ante las tímidas embestidas del rival. Hasta cinco triples convirtió el alero en unos minutos de fervor que acabaron de rematar el duelo.

Desde el comienzo se vio que el Madrid andaba fino. El balón volaba de mano en mano y acababa siempre en el jugador mejor situado para anotar. Daba igual dentro que fuera. Caseur fusilaba desde el exterior, Tavares machacaba con comodidad y lo que sobraba lo recogía Thompkins. Así, las primeras ventajas no tardaron en llegar (13-23, m. 8) porque en el Khimki solo Shved estaba enchufado, y a medias. El jugador franquicia ruso anotó 23 puntos pero se tiró hasta las zapatillas.

El conjunto ruso tuvo un amago de reacción al principio del segundo periodo (22-27), pero este Madrid no parpadea cuando tiene que ponerse serio. En cinco minutos se pasó al 22-43. Sin estridencias, con el mismo juego fluido de todo el encuentro. Ese parcial de 0-16 se fraguó en el único rato en el que el Madrid necesitó a un Doncic dominador. Con el esloveno al mando, el equipo se despidió de su rival, al que ya no volvió a ver cerca.

Bartzokas, desesperado

En el banquillo ruso se reconocía al Bartzokas estresado del año pasado en Barcelona. El Khimki arrancó muy bien la Euroliga, incluso derrotó al Madrid a domicilio, pero su bajón es tan evidente que una sanción pende sobre el equipo por los malos resultados. Hasta el frío público moscovita dedicó algunos pitos ante la paliza recibida.

Lo máximo que se apretó el marcador fue con el 42-56 tras el descanso. A Shved se unió Honeycutt en los mejores minutos del equipo. Un espejismo. Al Madrid le bastó con meter un par de balones interiores a Tavares, que cada vez se muestra más activo en ataque. Ante el Khimki sumó una buena actividad ofensiva a su habitual producción de rebotes y tapones. Los jugadores del equipo ruso apenas podían dejar una bandeja sin rectificar el lanzamiento por el terror que les producían los brazos del pívot madridista.

Pero el gran protagonista final fue Rudy Fernández. Necesitaba el alero un día como estos. Todo lo que salía de su mano acababa dentro del aro. Su secuencia final de triples sentenció al Khimki y propició que el Madrid jugase a placer los últimos minutos de un partido cómodo pero perfectamente ejecutado por un equipo que navegada a toda mecha por Europa.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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