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El Real Madrid empata con el Numancia y sigue en caída libre

Los blancos, otra vez sin una pizca de fútbol, logran el pase a cuartos (2-2), pero agravan su crisis de juego

Los jugadores del Madrid tras el segundo gol del Numancia. En vídeo, declaraciones de Zinedine Zidane, entrenador del Real madrid.Foto: atlas | Vídeo: Juanjo Martín

En una noche proclive para frenar el derrumbe y poner los primeros cimientos del levantamiento, el Real Madrid optó por prolongar su caída libre. Ni al Numancia, un plantel valiente, con gusto, pero un puñado de escalones por debajo, fue capaz de ganar el equipo de Zidane, de nuevo espeso, sin un gramo de fútbol. Con la eliminatoria resuelta (0-3 en la ida), solo Lucas Vázquez, con un doblete, se empeñó en dar algo de color a otra cita para olvidar en un Bernabéu al que se le intuye con el cuchillo afilado el próximo sábado. Guillermo, también con dos goles, fue el artífice de la fiesta que se pegó el gran número de sorianos que acaparó las gradas de Chamartín.

Y es que se atraviesan días de mucho tormento en el Madrid, con un equipo de mal en peor, aparentemente incapaz de reaccionar a este temporal de mal juego y crisis de resultados en el que se adentró en la jornada dos de la Liga. Ni en la Copa hay tregua. Solo a partir de los goles van sobreviviendo los blancos en el torneo del K.O. La versión es igual de gris independientemente de que el escenario sea Fuenlabrada, Soria, Wembley o el Bernabéu. De nuevo con el pelotón de los suplentes al frente, al que se alistó ayer Carvajal, se mostró incapaz de someter a un rival de una categoría inferior. Ni mandó ni sufrió la unidad B de Zidane, una pizca más intensa y brava que en Los Pajaritos, pero plasmando sobre el tapete la misma falta de ritmo. El francés no les da carrete y eso hace mella en jugadores de quilates que se muestran más erráticos y perdidos de lo que marca su etiqueta.

El Numancia, como en la ida, no se arrugó. Sin nada que perder, arrancó valiente, dispuesto a coger la pelota en un Bernabéu igual de enrarecido que los suyos. Semivacío, con algo más de 37.000 espectadores, la mezcla de runrún y silencio solo la cortaban los cánticos de la grada de animación del club o los jaleos del numeroso pelotón de sorianos que pobló el estadio. Los de Arrasate se gustaron de primeras, fiados a buenos peloteros como el volante Dani Nieto o el punta Higinio, pero un error defensivo a los diez minutos frenó su ímpetu. Revoloteó Lucas en el área, se escapó de la marca, y en el segundo palo picó de cabeza un centro bombeado de Carvajal. En fechas turbulentas, pocos hay en la plantilla blanca que hayan subido las prestaciones como lo ha hecho el gallego. Revulsivo de garantías, tiró del carro en la ida y fue el más atinado ayer.

Un registro negativo que no se producía desde 1930

Los primeros cruces coperos suelen servir de escaparate para los equipos pequeños y de escenario para dar minutos a los menos habituales en los equipos grandes. Para el Madrid, sin embargo, las dos eliminatorias contra Fuenlabrada, equipo de Segunda División B, y contra Numancia, de Segunda A, han supuesto a la postre cosechar un registro negativo que los blancos no sufrían desde 1930. Desde entonces, hace 88 años, dos equipos de inferior categoría no salían invictos del campo madridista en una misma temporada. Entonces lo consiguieron el Patria Aragón, que estaba en Tercera División, y el Valencia, que aquel año jugaba en Segunda. Este curso han sido el Fuenlabrada, que empató 2-2 después del 0-2 de la ida de dieciseisavos, y el Numancia, que ha repetido el 0-2 después del 0-3 en los octavos, los conjuntos que han conseguido esta pequeña gesta.

Además, por primera vez en toda la historia del Real Madrid, dos equipos de inferior categoría marcan almenos dos goles en su estadio en el mismo curso. La racha del conjunto blanco este curso en casa es preocupante para los de Zidane: solo ocho victorias en 15 partidos.

Su caso contrasta con el de Asensio. El balear parece haber borrado de su catálogo todos los recursos de joven prodigio que le catapultaron en verano. De más a menos, apenas se le vio y fue el primer cambio de un Zidane que vivió la cita aparentemente tranquilo, a caballo entre el banquillo y la zona técnica. El gol de Lucas amortiguó al Numancia y durmió al Madrid. Sin fuelle, plano, y sin una pizca de profundidad y mordiente, se conformó con tener la pelota. Para qué más. Pero una contra trastocó sus planes. El Numancia, al igual que el Fuenlabrada y tantos otros visitantes, se iba a permitir darse un gusto en el Bernabéu. Pocos son los que no pueden presumir de haber puesto en jaque al Madrid, que volvió a dar muestras de su vulnerabilidad al borde del descanso en una buena carrera de los sorianos culminada por Guillermo. Empate y vuelta al murmullo entre los pocos madridistas que desafiaron al frío en un día sin chicha.

El descanso espoleó algo al Madrid. Con o sin charla de Zidane esta vez, lo cierto es que sus muchachos salieron dispuestos a maquillar la noche. Se activó Ceballos, tan intenso y con buenas intenciones como ansioso por demostrar que está para más cosas, y siguió a lo suyo Lucas. El que no levanta cabeza es Theo. Parece otro el lateral, atropellado, sin dar rienda a suelta a la potencia y cualidades que exhibió en Vitoria. El acelerón de los blancos supuso el doblete de Lucas. Chico pillo, volvió a cazar un balón en el área y la mandó a la jaula.

El momento parecía más propenso a una media hora final plácida que a otra cosa. Pero con este Madrid todo puede pasar. Nunca se sabe. Incluso que ya con jugadores como Isco o Casemiro, que sustituyó a Mayoral en un cambio de fichas sorprendente, el Numancia le angustie la noche y prolongue su caída. Así fue. Precioso cabezazo de Guillermo y diez minutos de sopor y asedio para un Madrid que no levanta cabeza.

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