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La revancha de Marcucci

El sustituto en el Sevilla de Berizzo, operado ayer, amigo de la infancia del técnico, quiso ser futbolista y al no prosperar se hizo abogado; el fútbol le ha dado otra oportunidad

Marcucci dirige al Sevilla ante el Maribor, con Berizzo entonces sancionado.Foto: atlas | Vídeo: Cristobal Duenas
Rafael Pineda

“Soy un hombre obsesivo con el fútbol”. Así se definió ayer Ernesto Marcucci (Argentina, 1971) en la multitudinaria rueda de prensa que el técnico argentino ofreció en su puesta de largo como primer entrenador del Sevilla, antes del partido de Copa del Rey de hoy contra el Cartagena (19.30, beIN LaLiga Max 2), al que ganó 0-3 en la ida de los dieciseisavos de final. El presidente del club, José Castro, respaldó al hombre que llevará las riendas del primer equipo andaluz mientras dure la convalecencia de Eduardo Berizzo, operado ayer de su cáncer de próstata. “Me asombra la entereza de Eduardo. Priorizará el trabajo a su salud”, dijo Marcucci.

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Marcucci habla con propiedad de Berizzo, de 48 años, pues lo conoce como pocos. Nacidos ambos en la localidad de Cruz Alta, en la provincia argentina de Córdoba, Marcucci es íntimo de Berizzo, hasta el punto de que su relación es casi de hermandad. En realidad, Berizzo, dos años mayor, era amigo del hermano mayor de Marcucci. Cuando éste abandonó el grupo de colegas de Cruz Alta por estudios, Berizzo y su cuadra adoptaron a Ernesto como uno más a pesar de la diferencia de edad. Desde entonces, Berizzo y Marcucci han estado unidos, aunque se separaran físicamente durante algunos años.

“Soy un hombre que estudió porque no pudo ser profesional y ha tenido la revancha como entrenador en el mundo del fútbol”, aclara Marcucci cuando se le pregunta por sus aspiraciones en la vida. El preparador llegó a jugar en los escalafones inferiores de River Plate hasta llegar a la Segunda B de Argentina, pero dejó la práctica del fútbol para ser abogado. Berizzo llegó a estudiar también dos años de abogacía, pero abandonó los estudios para triunfar en equipos como Newell’s, Atlas, River Plate, Marsella, Celta y Cádiz.

Marcucci jamás olvidó su pasión por el fútbol a pesar de dedicarse a la abogacía. Cuando Berizzo deja de ser jugador y empieza a entrenar como asistente de Marcelo Bielsa en Chile, se acuerda de su amigo, que empieza a redactar los informes de los rivales de la selección de Chile. Marcucci había sacado su titulación de entrenador mientras ejercía de abogado, alimentando la pasión de su vida mientras espera una oportunidad.

El paso definitivo llega cuando Berizzo toma las riendas de Estudiantes como primer entrenador después de trabajar con Bielsa. Marcucci lo deja todo y se une al cuerpo técnico de Berizzo. Recibe el apoyo de su familia en este importante paso, algo que repite constantemente al que le pregunta por su decisión. Llegaron años inolvidables dirigiendo a O’Higgins, con el que logran dos títulos. Luego se produjo el desembarco en el Celta y ahora la aventura en el Sevilla.

“Son una misma cabeza con dos cuerpos”, resaltan desde la entidad andaluza. Los jugadores, acostumbrados a la frialdad en el trato de Jorge Sampaoli, destacan la gran cercanía de Berizzo y Marcucci, siempre al lado del futbolista. “Ambos comparten toda la información y aunque Eduardo da la cara, no hace nada sin la aprobación de Ernesto, aunque a veces se les ha visto discutir”, aclaran en el Sevilla.

Marcucci se reparte con Berizzo las principales funciones del cuerpo técnico. Por ejemplo, prepara todas las charlas técnicas con los jugadores antes de los partidos. Además, es el encargado de planificar el entramado del juego ofensivo del equipo.

Amante de la filosofía futbolística de Bielsa, Marcucci diseña la presión adelantada que suele realizar el Sevilla, así como la disposición del equipo con tres delanteros. Es, por último, el encargado de coordinar todos los informes de los rivales a los que se enfrenta el conjunto andaluz. Con tanto celo, que esta función, que antes se repartía en el Sevilla con la secretaría técnica, reside prácticamente ahora en Marcucci, quien tenía la última palabra.

Continuidad

“Esto no es una sustitución. Es una continuidad. Si hay un lugar en el mundo donde no me gustaría estar es aquí y espero que mi amigo Eduardo regrese lo más rápido posible a su puesto”, reseñó Marcucci, quien a pesar de la emoción con la que se expresó en su primera rueda de prensa como entrenador del Sevilla, señaló el camino a los jugadores. “Tenemos que lograr que el Sevilla siga ganando porque es un grande”, dijo Marcucci. El regreso de Berizzo se espera para el próximo mes de enero.

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