Por acción u omisión, Messi
El Barcelona resuelve el partido sin demasiados apuros, por más que el 10 estuviera bajo una marca personal intensa, y gracias a errores de párvulos de la zaga del Girona
Los partidos del Barça giran alrededor de Messi, por acción o por omisión, incluso cuando en el palco se sienta el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, socio del Girona, y no comparece el del Barcelona, Josep Maria Bartomeu. No es un detalle irrelevante en vistas al 1-O y menos cuando el partido llega rodeado de una notable carga simbólica por cuanto acontece en Cataluña a la vista de España. No se habló anoche de Puigdemont, ni de Bartomeu, sino del Barça sin Messi. El encuentro resultó muy sencillo para los azulgrana y una tortura para los rojiblancos, que se condenaron con dos jugadas de párvulos y un tercer gol de Luis Suárez, las tres aprobadas por el 10.
Machín copió la vieja receta futbolística de Boskov y dispuso una marca personal de Pablo Maffeo sobre Leo Messi para que jugaran los diez mejores futbolistas del Girona contra los diez peores del Barça. Nada nuevo si se tiene en cuenta que Zidane ya puso a Kovacic sobre el 10 del Barça en la Supercopa. La sensación es que el Barcelona es un equipo menor si se reduce al delantero de Rosario, y más cuando la línea de vida azulgrana queda limitada por las ausencias de Busquets y Piqué, como ocurrió anoche en Girona. No está mal pensado siempre que se puedan controlar los factores colaterales del juego, como la estrategia, una suerte que dominan los muchachos de Machín.
Ocurre que los barcelonistas no desprecian ni siquiera los córners desde que manda Valverde. A la salida de un saque de esquina, la pelota rebotada en Aday, acabó en la red de Gorka después de un tiro de Jordi Alba. Una jugada aparentemente inocua y al tiempo inspirada en Messi, desequilibró la contienda y complicó la vida al plantel de Machín. Messi solo comparecía para marcar las diferencias a balón parado mientras los laterales barcelonistas, y muy especialmente Sergi Roberto, exigían defensivamente al Girona. A los rojiblancos les costaba salir de su cancha, apretar y alcanzar el área de Ter Stegen, mientras los azulgrana se defendían sin apuros alrededor de Umtiti.
Valverde suma adeptos
Las puntadas y escaramuzas de Messi, que puntualmente marcaba el desmarque y la profundidad, confundieron al Girona, que a la salida del descanso concedió un segundo gol de forma disparatada, por el toque de Aleix Vidal, por el quite de Luis Suárez y por el no saber qué hacer de Gorka. A los enfebrecidos futbolistas rojiblancos les podía el vértigo ante la determinación de los azulgrana, especialmente activados por jugadores necesitados de minutos como Aleix Vidal. Alrededor de Messi, Valverde ha armado un equipo más anónimo y solidario y si se quiere responsabilizado, como si del 1 al 11 necesitaran ganarse la bendición del 10. Hasta Iniesta roba la pelota en el Barça.
Los laterales defienden los palos de Ter Stegen y al portero le encanta ser protagonista en los tiros de media distancia y los remates a quemarropa como el de Olunga. La ofensiva del Girona, un equipo intenso y dinámico, réplica en pequeño del Atlético, quedó hipotecada por los goles en propia puerta y por la incapacidad de reducir al Barcelona después de maniatar a Messi. El marcador cuestionó el plan de Machín porque el Barça ya no es el mismo que perdió con el Madrid. Nadie se quejó por la derrota en Montilivi por el marcador, quizá porque muchos hinchas del Girona también son seguidores del Barcelona. Así que el partido, resuelto desde muy pronto, acabó con cánticos de “independencia” y “votarem”, tan sonoros en la grada sur como la norte, ambas pendientes al mismo tiempo de si Messi era capaz de marcar un gol de falta a Gorka.
No pudo anotar el 10, ni tampoco lo necesitó el Barcelona, más autoritario en su visita a Girona que el Atlético y el Sevilla. Los azulgrana van como un tiro, fuertes ante los rivales más débiles, mientras los rojiblancos suman ya cuatro partidos sin marcar, desde que Alcalá le pudo al Málaga. A cada partido encuentra Valverde una solución a los múltiples inconvenientes que le plantean los contrarios, incluso cuando pretenden competir sin la participación de Messi. Ausente Semedo, anoche los jugadores más trascendentes fueron los laterales, Sergi Roberto y Jordi Alba, sin menospreciar a Aleix Vidal, dispuesto a competir por una plaza en la próxima lista de convocados de Valverde. El técnico ha conseguido que se visualice un equipo nuevo sin apenas fichajes después de dar visibilidad a centrocampistas como Paulinho y prescindir de Arda y André Gomes.
El sentido grupal, de plantel solidario y sólido, agrupado anoche en torno a Rakitic en ausencia de Busquets, le permitió ayer derrotar al Girona sin necesidad de los goles de Messi, protagonista del espléndido arranque del Barça en la Liga. No descansa el 10 y, sin embargo, continúa siendo el protagonista de los encuentros del Barcelona, líder incuestionable, dispuesto ahora a hacerse valer también en la Champions, preparado para recibir al Las Palmas el 1-O.
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