Camerún y Australia se anulan
La pujanza física del equipo africano choca con el orden de los ‘socceroos’ lo que provoca un empate que complica su pase a semifinales
Hay empates en los que además de puntos reparte justicia. Fue el caso del que cosecharon Camerún y Australia en San Petersburgo, en uno de esos partidos que demuestran por qué cuando se chocan virtudes y defectos semejantes no hay manera de que la balanza quede desnivelada para alguno de los dos lados.
Australia, campeona de Asia desde que en 2006 renunciase a ser miembro de la Confederación de Fútbol de Oceanía porque no encontraba adversarios de cierto nivel, descubrió ante Camerún a una de esas selecciones con las que seguro que no tuvo que vérselas antes de cambiar de continente. Camerún, actual reina de África, tiene todo lo necesario para evitar que un equipo como los socceroos pueda sentirse cómodo sobre el campo. La selección que dirige el belga Hugo Broos es un dechado de fortaleza física, velocidad, entusiasmo, pasión y... Anarquía. No en la faceta defensiva, el entorno más peligroso para trasladar cualquier batalla, sino en ataque.
Como casi todo en la vida hay males a los que se les puede dar la vuelta, al menos ocasionalmente. Y el gol de Camerún reflejó cómo esa enorme consideración que cada uno de los leones tiene sobre sí mismo puede llegar a ser algo peligroso. Zambo Anguissa, un futbolista de 21 años que milita en el Olympique de Marsella es una buena prueba de ello. El centrocampista estiró la pierna casi desencajando la rodilla y tocó la pelota lo suficiente para sorprender por alto a un Ryan pésimamente colocado. El tanto de Camerún, que hasta el momento se había limitado a entrelazar algún que otro pase, siempre en horizontal, llegó al borde del descanso.
Pero Australia, aunque no tenga garras y de colmillo vaya algo justo, sí que tiene una mentalidad algo más ordenada. A partir del buen hacer de Mooy en el centro del campo, de la llegada de dos carrileros como Leckie y Gerbasch fue poco a poco desgastando esa tremenda roca que tenía por delante. Lo logró merced a un derribo desproporcionado de Mabouka sobre el propio Gerbasch que aunque señaló inmediatamente el árbitro quiso confirmarlo con la ayuda del VAR. Milligan no engañó a Ondoa pero sí superó su estirada y devolvió la igualada al marcador.
Los arreones de Camerún se siguieron sucediendo y Aboubakar pudo decidir el partido tras una de las pocas buenas combinaciones conjuntas que armó junto a Bassogog, un torbellino desatado. Pero su disparo se marchó rozando el poste. Australia también rozó la victoria pero cuando dos equipos la rozan pero no la tocan lo normal es que todo termine en tablas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.