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Deulofeu, solo para quedarse

El Barça está dispuesto a recomprar al extremo al Everton a sabiendas de que no lo podrá vender ni ceder el primer año

Jordi Quixano
Deulofeu, la semana pasada con la selección.
Deulofeu, la semana pasada con la selección.Víctor Lerena (EFE)

Hace dos años, el Barça estaba envuelto en las elecciones presidenciales que revalidó Josep Maria Bartomeu, momento en el que tampoco había un director deportivo. Así que la comisión gestora —compuesta por los directivos que no habían dimitido— atendía a las necesidades de la entidad como, por ejemplo, pagar los recibos del agua y la luz. Pero también decidió traspasar a Gerard Deulofeu (Riudarenes, Girona; 23 años) al Everton por seis millones. “Esta venta sería menos beneficiosa en el futuro”, se justificaron desde el club. Ahora, quien participó del traspaso, añade: “Exigimos que estuviera bendecida por la junta directiva anterior, además de por un documento del técnico en el que afirmara no contar con el futbolista”. También había el informe técnico elaborado por el director de Deportes Profesionales Albert Soler y el director de Fútbol Raúl Sanllehí, donde se explicaba lo que valía el jugador. Pasados dos años, Deulofeu está a punto de regresar al Barça y por primera vez tiene voz y voto.

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En el verano de 2011, justo el día después de proclamarse campeón con la selección Sub-19 en Rumanía, cogió un vuelo a Miami, donde le esperaba Guardiola y la pretemporada con el primer equipo. Eran días de vino y rosas para un futbolista al que desde el club señalaban como el mejor talento de la cantera. Pero cuando le tocó atornillarse en la primera plantilla se torcieron las cosas porque ni Martino, ni Vilanova, ni Luis Enrique contaron con él, al tiempo que desde el club decían que su carácter se parecía más a Ronaldo que a Messi, por lo que tocaba formarlo y no solo con el balón en los pies. El primero fue Vilanova en 2012, cuando resolvió que se quedara en el filial, año en el que evidenció que Segunda se le quedaba pequeña al acabar con 18 goles. “El fútbol es mucho más que hacer dos jugadas en un partido”, zanjó Vilanova.

No le fue mejor a Deulofeu con Martino, que lo rechazó porque acababa de aterrizar Neymar y tuvo que marcharse cedido al Everton. “El calor, la paciencia y la comprensión de Goodison Park es lo que necesita”, dijo el técnico Roberto Martínez, que lo formó y cuidó en la Premier hasta el punto de que Del Bosque llegó a citarle una vez para la selección. Y, aunque en Inglaterra querían quedárselo, llegó Luis Enrique y lo reclamó para la pretemporada. Pero unas semanas más tarde, Deulofeu se marchaba al Sevilla de Emery, donde no tuvo continuidad. “Me gusta lo que me da en ataque, pero tiene que mejorar mucho en defensa”, concluyó Luis Enrique, que tampoco le dio carrete en el siguiente curso y fue vendido al Everton por la comisión gestora.

La recompra, 12 millones

El Barça se reservó el derecho exclusivo de fichaje en los dos siguientes años y ahora quiere hacerlo efectivo. “Lo queremos, pero la respuesta la dará él. Depende de su felicidad, de si quiere jugar aquí”, exponen desde el club. “Manda el Barça”, replican desde el entorno de Deulofeu; “porque es una decisión unilateral de recompra”. El precio de su retorno es de 12 millones de euros y debe abonarse antes del 30 de junio. La respuesta de Deulofeu, en cualquier caso, se sabe. “Todos los que han pasado por La Masia quieren triunfar allí”, expresan desde su círculo. Pero esta vez si regresa lo hará de una vez por todas, al menos en el primer año. Resulta que en la venta se incluyó una cláusula en la que en caso de ser recuperado, el club no le podría vender ni ceder durante la primera temporada.

Internacional ahora con Lopetegui, Deulofeu ha eclosionado en los últimos seis meses —cedido por el Everton, donde no cuajó tras la llegada de Koeman— en el Milan de Montella. Todo un recorrido que, por contrato y por sus méritos, le han dado por primera vez voz y voto en el Barça.

Un extremo que valida de nuevo el 4-3-3

En esta temporada, Luis Enrique debió ingeniárselas cuando Messi o Neymar no pudieron jugar porque no contaba con ningún extremo de más, acaso los parches Rafinha, Alcácer y Turan. Es por eso por lo que el Barça quiere a un extremo puro, uno que abra el campo, corra la banda y llegue a línea de fondo, pero sobre todo que pueda mantener el sistema y los automatismos del equipo de Valverde cuando falten (o quiera darles aire) el argentino o el brasileño. Con ADN culé, pues ha estado en La Masia desde los nueve años, Deulofeu validaría de nuevo el 4-3-3, por más que aún no se sepa cómo jugará el nuevo técnico azulgrana.

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