Convincente estreno de Muguruza
La campeona retorna a París con una victoria sólida ante Schiavone: 6-2 y 6-4 (en 1h 33m)
Era lunes laborable en París, luego había mucho tráfico y mucho bullicio en Boulogne-Billancourt, el distrito en el que se enmarca Roland Garros. Una primavera tropical se ha apoderado de la ciudad y el termómetro alcanzaba 30º abrasadores, aunque la sensación térmica era todavía superior, porque la humedad también hace mella. Día dos del torneo y cartel grande: Garbiñe Muguruza, Rafael Nadal y Novak Djokovic, entre otros, salían a escena. Y la primera en hacerlo fue ella, la actual campeona, abriendo turno en la central y descuartizando cualquier opción para la veterana Francesca Schiavone, derrotada por 6-2 y 6-4, en 1h 33m.
No hubo excesivo público de entrada en la Chatrier, cuarto de entrada, aunque conforme avanzó el reloj fueron llenándose las gradas para presenciar el estreno de la defensora del título. Al principio, mucho sol, asfixiante, tanto que de repente una espectadora de edad avanzada sufrió un golpe de calor y el pulso se detuvo casi 10 minutos. Entonces Muguruza mandaba 3-2, doble break incluido, pero Schiavone se resistía. La italiana, 36 años en las piernas y una capacidad física envidiable, intentaba replicar la acosadora propuesta de su rival, a la iniciativa desde el primer pelotazo.
Eléctrica, centrada, dominante. Ni rastro de dispersión ni nerviosismo, al menos de puertas hacia afuera. Muguruza regresaba a la pista en la que un año atrás hizo historia y elevó su primer grande. Tensión, sí, la lógica, pero por encima de todo control de la situación y una derecha cortante. Abrió brecha y cerró el primer parcial con suficiencia. La italiana, ganadora del torneo en 2010 pero muy lejos de sus mejores días, cedía y cedía terreno conforme apretó la hispano-venezolana, con chispa y garra. Un buen mensaje para el primer día.
Jugó con personalidad Muguruza, con una dosis de responsabilidad extra este año en París. Para progresar ha de saber digerirla y su actuación en la apertura estuvo a la altura. Schiavone (78 del mundo) le exigió más en la segunda manga, pero la rotura en el noveno juego decantó definitivamente la balanza a favor de la campeona, que atinó al cuarto match-point y se despidió de la central firmando unos autógrafos, con el incomprensible cielo de París ya encapotado y grisáceo, amenazando lluvia. La Cité, secreto bien guardado, es así.
El miércoles, Muguruza se medirá en la segunda ronda a la estonia Anett Kontaveit (21 años, 53ª en el listado de la WTA; 7-5 y 6-1 a Monica Niculescu), contra la que cayó esta temporada en Stuttgart. En el precedente anterior, Australia 2016, se impuso la hispano-venezolana, que para abrir boca dejó este lunes un poso dulce y convincente, ninguna fisura. "Hello", dejó en la cámara, junto a un corazón, antes de retirarse al vestuario. Pues eso, la campeona ya está aquí. Volvió Garbiñe como se fue: ganando.
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