Picardía y siesta: la receta de Lotina para los futbolistas japoneses
El entrenador español del Tokio Verdy de la segunda división japonesa intenta elevar el nivel competitivo de sus jugadores
Convencer a los futbolistas japoneses del Tokyo Verdy de que la picardía y el descanso son importantes para jugar bien, se ha convertido en tarea prioritaria para Miguel Ángel Lotina, primer técnico extranjero en nueve años contratado para devolver el club tokiota a la primera división de la liga japonesa.
Antes de viajar a Tokio, Lotina consultó con antecesores suyos en las canchas niponas como el entrenador Xabier Azkargorta y los jugadores Julio Salinas y Michael Laudrup. Los tres alabaron los logros sociales de Japón, pero criticaron la falta de iniciativa de sus futbolistas en el campo de juego.
“Si les dices algo [a los jugadores japoneses] lo van a hacer siempre”, fue la advertencia que le hicieron para describir la obediencia ciega originada en el principio confucionista de jamás cuestionar al maestro.
Lotina se propuso darles a sus futuros jugadores no una, sino dos y hasta tres soluciones para incentivar la toma de decisiones. Pero al llegar a Tokio, en enero pasado, encontró que la escasa malicia de la que adolece el jugador japonés era un obstáculo aún mayor. “Lo que echo de menos en los jugadores es lo que son como sociedad. Son poco tramposos. Y en el campo también”, afirma el técnico vasco famoso por llamar las cosas por su nombre.
“Lo que echo de menos en los jugadores es lo que son como sociedad. Son poco tramposos. Y en el campo también”
Pobladas con jugadores menudos muy dados al control en corto del balón, las ligas japonesas emulan un juego de tiquitaca con pases precisos y rápidos. Pero al contrario de sus modelos europeos y sudamericanos, los futbolistas japoneses rehúyen el repertorio de trucos y faltas técnicas del jugador occidental por considerarlo una “falta de educación” hacia el contrario, explica Lotina. Añade que en parte eso se solucionaría “viendo más televisión” y lamenta que la diferencia horaria impida a los jóvenes japoneses aprender de los partidos europeos en directo.
La devoción por lo planificado, otra característica que los japoneses han convertido en virtud, atrofia la capacidad de improvisación necesaria en un deporte que se nutre de imprevistos. “Para solucionarlo Lotina ha implantado un sistema de entrenamientos con alineaciones sorpresa que infunden un espíritu de aventura en los jugadores”, declara Kazuhiko Takemoto, director general del Tokyo Verdy. Los métodos de Lotina, que incluyen más horas de descanso entre los partidos, han incrementado la motivación de los jugadores, afirma el ejecutivo. No esconde su orgullo al referirse a “un entrenador con más de 500 partidos en la Liga española” y agrega que el club le brinda todo su respaldo.
Lotina, que en junio cumplirá 60 años, completó sus primeros diez partidos japoneses hace unas semanas con una victoria 2-1 contra el Zweigen Kanazawa. Sus hombres se mostraron precavidos, disciplinados y precisos, pero muy a menudo llegaron tarde a la cita con el gol. Lotina reconoce que muchos de sus partidos en Japón han sido parecidos y lo atribuye a la ausencia de jugadores capaces de culminar las buenas jugadas. Aunque cuenta con dos delanteros brasileños y la asistencia técnica de Iván Palanco, quien conoce bien las características del fútbol japonés por haber trabajado como entrenador en la escuela del Barça en la ciudad de Fukuoka, Lotina ha sugerido al Tokyo Verdy importar jugadores desde España. Su objetivo es renovar un equipo cuya gloria como uno de los clubes más premiados del fútbol japonés duró desde su fundación en 1969 hasta 2005 cuando bajó a la segunda división.
La devoción por lo planificado, otra característica que los japoneses han convertido en virtud, atrofia la capacidad de improvisación necesaria en un deporte que se nutre de imprevistos.
“Para el 2020 queremos volver a tener un equipo excelente”, asegura Takemoto, el directivo quien respecto al regreso a primera división comenta: “entre más pronto ocurra mejor”.
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