Las chicas que adornan las motos
La figura de las llamadas “paragüeras” desata la polémica en Jerez. Ante las críticas por sexismo, el Mundial dice que las mantendrán y ellas defienden su trabajo
Claudia Fernández, 31 años, estudiante de cuarto Medicina y azafata y modelo en sus ratos libres. Trabaja con la agencia Babbla, que hace siete años la contrató por primera vez como azafata de imagen del Gran Premio de España, que se celebra cada mes de mayo en el circuito de Jerez. Luce un clavel detrás de la oreja, los labios rojos, y una mirada bellísima. Por falda una suerte de mantón flamenco cruzado. El escote hay que imaginárselo.
Grace Barroso, 31 años, azafata de profesión. Lleva siete años trabajando para Monster Energy, no solo en el Mundial de motociclismo, también en muchos otros deportes, especialmente de motor, que la empresa de bebidas energéticas patrocina. No se pondrá el mono de trabajo hasta este sábado. Pero ya luce escote, que para eso lo tiene. También lo hará cuando vaya de negro al día siguiente. Y lleva, de serie, una sonrisa preciosa.
En España las llaman “paragüeras”. Fuera, paddock girls. Hay muchos tipos. Y muchas más mujeres que no están aguantando un paraguas. Desde pilotos como María Herrera a ejecutivas. Nada que ver con la idea que ofrecía Ganemos Jerez en la petición, finalmente aprobada, que presentó en el pleno del Ayuntamiento de la localidad gaditana para eliminar esta figura. “Desde hace muchos años, el papel de la mujer en las competiciones deportivas en el mundo del motor, y en nuestro circuito en particular, se ha restringido a un papel ornamental, hipersexualizado y en algunas ocasiones, vejatorio”, dice la propuesta del partido afín a Podemos, y que se aprobó con los apoyos de PSOE e IU.
Dorna, organizadora del Mundial, asume que, por ahora, se hará vida normal. Y no parece tener intención de que cambien las cosas. “Para nosotros son una figura más del paddock, las respetamos igual que a un mecánico o a un miembro de nuestro equipo, a alguien que pone pancartas o a un cocinero. Si alguien desea que también haya chicos, bienvenidos sean”, responde el director de Comunicación, Ignasi Sagnier, que hace un llamamiento al sentido común y asegura que nunca nadie las ha menospreciado. Además, explica, son los patrocinadores de cada gran premio y los de los equipos, no ellos, los responsables de la elección de las azafatas y de la imagen que estas ofrecen.
Ellas, las afectadas, tienen muy claro que no desean que nadie decida en su lugar. “Estamos en contra de que pretendan quitarnos este trabajo. En mi caso, todo lo que me salga es bueno porque la matrícula de la universidad son casi 1.000 euros”, dice Fernández, que asegura hablar en nombre de todas sus compañeras. “A mí como mujer no me están defendiendo, me están quitando trabajo. Todas las chicas que estamos en el Mundial somos conscientes de a qué venimos y por qué venimos, firmamos un contrato con las condiciones y sabemos qué uniforme vamos a utilizar, qué vamos a hacer y cuántos días vamos a trabajar. Nos pagan por trabajar, no venimos solo a exhibirnos, que es lo que se desprende de su propuesta”, afirma Barroso.
Su trabajo un fin de semana de carreras no es complejo. “Nos contratan para que seamos vistas. Esa es nuestra principal función, pero también estamos con la gente en el paddock y en el hospitality, tratamos de hacer un poco más divertido el fin de semana, y también estamos con los clientes de la marca, nos hacemos fotos… En los grandes premios en los que Monster es el patrocinador principal, como lo es ahora de Cataluña y la República Checa, también tenemos presencia en la parrilla y en el podio y se monta algo más dinámico: repartimos camisetas, pósters y más mercadotecnia; además ya no somos solo dos chicas, sino unas 20 y trabajamos desde el jueves, no solo sábado y domingo, como hago yo en cualquier otro gran premio”. Su versión no es diferente de la de Fernández: “Solo tenemos que sonreír y estar felices, es lo que Red Bull quiere transmitir: simpatía, vitalidad y fuerza. Nos paseamos por el paddock, nos tomamos fotos con la gente, y como son hombres casi siempre los que se acercan nosotras intentamos que nos respeten; nos respetan”.
A las paragüeras las selecciona gente como Raffaella Pasquino, coordinadora de márketing de Yamaha. Llegó al Mundial en 2001 y sus responsabilidades son múltiples. Busca “chicas bonitas, naturales y elegantes” y no las elige nunca muy altas, “porque los pilotos no suelen ser muy altos”, ríe. Asegura que todos los equipos oficiales trabajan con agencias de azafatas y las chicas tienen contrato. Cómo lo hacen los equipos privados o de las categorías inferiores no está tan claro. “No todas las empresas trabajan igual, cuanto más grande sea el patrocinador, mejor trabajará. Pero todas antes de llegar saben cómo van a ir vestidas. Y hay uniformes que veo que yo, como mujer, no utilizaría”, interviene Barroso.
“Nosotros queremos que vayan vestidas de una manera respetable y sexi a la vez. Además, tenemos uniformes diferentes en función del clima. Y para Qatar, una vestimenta especial, de manga larga, que no deja ver el ombligo. Tenemos que ser respetuosos con la cultura y las leyes del país”, añade Pasquino.
En el equipo Aspar, María José Botella, que lleva 15 años en el campeonato y es coordinadora del equipo, responsable de márketing y logística, explica por qué hace dos años ya no contratan paragüeras: “La imagen de nuestro patrocinador Pull&Bear no casa con la de las azafatas de parrilla aunque es algo que ha decidido el equipo, no el patrocinador”. En su caso, también trabajaba con agencias, pero la indumentaria de las chicas quedaba en manos del patrocinador. “Y… hemos tenido de todo. Hay chicas que no van nada elegantes”, advierte, con resignación.
A ella, como a algunas otras, le gustaría que el debate sirviera para algo. “Creo que el papel que hacen las paragüeras podría evolucionar, en mi opinión si a una azafata la utilizas solo para sujetar el paraguas esa es una figura de la que podrías prescindir, pero todo depende de la marca que tienes detrás, algunas la exigen y otras no. Para mí sería mucho mejor tener a una azafata que luego hiciera de relaciones públicas, que atendiera a los clientes en nuestro hospitality, paseara con los invitados por el paddock… ese sería un buen papel para una azafata del Mundial, pero no es lo que ocurre habitualmente”.
Minivestidos en el Godó, “humillación” en MotoGP
"Hay muchas mujeres trabajando en el paddock: hay ingenieras, muchas periodistas, técnicos audiovisuales...". Y la lista es inagotable. Habla Pilar Gancedo, directora sénior del departamento comercial de medios de Dorna, en el Mundial desde 1994, que asegura haber trabajado de joven como azafata. La petición del Ayuntamiento de Jerez le parece "exagerada". "Personalmente, son poquísimos los grandes premios en los que haya pensado: ¡qué horror, las paragüeras! Es un tema que se cuida, se quiere dar una imagen bonita. En algún momento, incluso, ha habido chicos también", añade en referencia al Gran Premio de Aragón, al que Movistar llevó tanto chicos como chicas. Y cierra: "Lo único que cabría esperar es que la gente tuviera mejor gusto y que las paragüeras fueran como las que se van a ver en Jerez".
Andrea Cantó, telemétrica de Franco Morbidelli, líder de Moto2, en el Marc VDS, sin embargo, ve bien la propuesta. “No me parece mal que haya paragüeras, pero creo que hace mucho tiempo que se ha cruzado el límite de la humillación con la manera en la que las visten, así que me parecería correcto que eliminaran esa figura porque al final cualquiera de nosotros puede aguantar un paraguas. Hay muchas maneras de hacer publicidad que son más correctas y que respetan más la imagen de la mujer”.
Friné Velilla, jefa de prensa de Dorna, empresa para la que trabaja desde hace 13 años, sí defiende la figura de la paragüera: “No son solo una cara bonita, saben tratar con el público, muchas hablan idiomas, les gusta este ambiente, saben de deportes, no son mujeres florero”. Y añade: “Quizá la ofensa es que vayan demasiado escotadas, pero a mí me molestan más los tacones que llevan a veces”.
El trato a las azafatas en eventos deportivos está en el punto de mira desde que las contratadas para el Godó denunciaran haber pasado frío: iban con un minivestido, no les dejaron ponerse medias y no tuvieron chaqueta hasta los últimos días.
Y, ¿cómo lo ven los pilotos? Márquez cree que habría que regular la vestimenta: "Si una chica va vestida normal, es un trabajo más"; Viñales opina que como se ha hecho siempre sería extraño ahora prescindir de ellas: "Para el paddock son una figura importante, la gente está contenta de ver a chicas guapas, dan buena imagen"; y Pedrosa recuerda que estuvo 15 años sin paragüera. "Ahora la tengo porque me dijeron que tenía que hacerlo, pero no es una figura a la que le haya dado mucha importancia porque en la salida mi prioridad era tener un mecánico más en la parrilla a cambio de esa chica".
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