Luis Suárez recobra la voz

Después de cumplir sanción de cuatro meses por su mordisco a Chiellini en el Mundial de Brasil, Luis Suárez se estrenó con la camiseta del Barcelona en octubre de 2014, en el clásico ante el Real Madrid. Si la suspensión de la FIFA se le había hecho interminable, también lo fueron sus primeros partidos con la camiseta azulgrana. Cinco duelos, Madrid, Celta, Ajax, Sevilla y Almería, en los que el delantero uruguayo se había quedado mudo. “Lo hablaba mucho con mi mujer. No sabía qué me pasaba, estaba errando goles que yo solía marcar”, aseguraba el charrúa. Todavía recostado en el carril derecho (entonces Messi jugaba de falso nueve), Luis Suárez había rematado ocho veces a portería, cuatro entre los tres palos, ninguna con éxito. Y, hasta en dos choques, se había quedado sin rematar. “A veces sentía que no estaba ayudando al equipo. Era consciente de que me habían traído al Barça para hacer goles”, completaba un agobiado Suárez.

Más información

Los círculos íntimos de Luis Suárez

El último partido de Luis Suárez

La mala racha se rompió. Y Luis Suárez finalizó su primera campaña como azulgrana con 25 goles en 43 partidos, con un promedio de 0,58 dianas por choque. Pero si en su temporada de estreno cumplió con las expectativas que habían generado los 81 millones de euros que el Barcelona pagó por él al Liverpool, el curso pasado se desató. El charrúa le robó el protagonismo a su amigo Leo Messi y se subió a lo más alto de la tabla de artilleros del Barça en la temporada: 59 goles en 53 partidos y la mejor media goleadora por encuentro de su carrera: 1,11. Coronó la temporada 2015-2016 con la Bota de Oro, la segunda de su carrera, después de habérsela calzado en el curso 2013-2014 (empatado con Cristiano) en su última campaña en Anfield.

Aunque este curso no aflojó su idilio con el gol, lleva 34 goles en 48 encuentros, en los últimos partidos Suárez sufrió algo parecido a un déjà vu. Como en sus primeros tiempos en el Barcelona, el uruguayo se quedó cinco partidos sin marcar. Desde aquel silencio goleador inicial, nunca Luis Suárez se había quedado en blanco en tantos duelos. Y eso que lo intentó: 13 remates, cinco a puerta. Números, sin embargo, por debajo de su media habitual. El charrúa, en lo que va de temporada, acumula 3,04 disparos de media, 1,44 entre los tres palos. “Que un jugador esté más o menos certero en una racha tan corta de partidos me parece una nimiedad, los números de Luis Suárez no sólo hay que razonarlos con el gol, sino con lo que aporta al equipo en trabajo, en asistencias, en infinidad de conceptos futbolísticos que son vitales para nosotros”, defendió Luis Enrique al 9 antes del derbi contra el Espanyol. Celebra el técnico asturiano, que pidió con insistencia a Suárez cuando aterrizó en el Camp Nou, los números del charrúa. El 9 es el azulgrana que más asistencias lleva en la temporada, 15, estadísticas similares a la de sus dos primeras campañas en el Barça: 21, en la 2014-2015; y 22, en la 2015-2016.

Dos regalos

Recuperó su voz goleadora Luis Suárez ante el Espanyol. Contó, en cualquier caso, con la complicidad de los jugadores blanquiazules. Primero Jurado le regaló una asistencia perfecta para que el 9 atacara a Diego López y luego fue el joven Aarón el que le dejó un balón servido. Dos remates a portería, dos goles. Y adiós a los fantasmas.

“Lo he vivido con tranquilidad. Para mí lo único que sirve es ayudar al equipo, pero marcar goles no es lo más importante”, aseguró el delantero uruguayo. E, insistió, necesitaba que no queden dudas al respecto. “Quiero dejar claro que no estaba en absoluto obsesionado por no marcar en estos últimos partidos. Son las cosas del fútbol”. Unas palabras con las que coincidió el técnico del Barcelona: “Yo no estaba preocupado. No se puede juzgar a un futbolista por los goles. Ya se sabe que el gol y él siempre estarán cerca”.

No le preocupó a Luis Enrique la mala racha. Esta vez, tampoco tuvo mosca a Luis Suárez. Ya no tiene que rendirle cuentas a nadie. Nadie duda de su poder goleador. Acumula 118 goles como azulgrana.