Los destrozos en el techo de Riazor provocan el aplazamiento del partido entre Deportivo y Betis
El inicio de un temporal, que se espera repunte en las próximas horas, confirma las demandas del club coruñés, que había alertado sobre la peligrosidad de las cubiertas de las gradas de su estadio, de titularidad municipal
El partido entre Deportivo y Betis que debería haber abierto este viernes la jornada 21 se ha aplazado debido a los daños causados por el viento y la lluvia en las cubiertas del estadio municipal de Riazor. El concejal de Urbanismo del ayuntamiento de A Coruña, Xiao Varela, el presidente del club deportivista, Tino Fernández, y el director de partido de la Liga valoraron la situación generada después de que durante la noche varios trozos de las cubiertas se hayan desprendido y cayesen tanto sobre el césped del estadio como hacia las calles adyacentes. Una de las opciones que se barajaba pasaba por recolocar a los espectadores de las dos gradas más afectadas por los destrozos, las de los fondos, pero la previsión meteorológica no es alentadora y apunta a que sobre la hora del partido lloverá y soplará el viento con mayor intensidad que la pasada noche. La Liga deberá definir ahora una nueva fecha y la ciudad de A Coruña ofrecer un recinto que ofrezca garantías y un mínimo de seguridad para albergar un acontecimiento que congrega a más de 20.000 personas.
La situación no sorprende a nadie. Desde el Deportivo se ha alertado en repetidas veces y desde hace algo más de dos años sobre el precario estadio de la techumbre de su coliseo. Este mismo jueves enviaron un correo electrónico a los responsables municipales para alertarles sobre los problemas que se podían plantear de cara al partido con el Betis. El club gallego ha realizado una estimable inversión en varias obras para adecentar el estadio de Riazor, pero el trabajo sobre las cubiertas depende del Ayuntamiento, propietario de la instalación. A finales de 2013 la corporación municipal aprobó un proyecto para cambiar el techo que se enredó en la burocracia administrativa y no se aprobó hasta la primavera de 2015, justo en el momento en el que el gobierno de la corporación coruñesa cambió de color, del Partido Popular a la Marea Atlántica. Ya en ese momento se barruntaban problemas porque Dragados, adjudicataria de las obras, ya había expresado su queja porque los 2,6 millones de euros por los que obtuvo el contrato le parecían poco dinero para acometer los trabajos.
Ocurrió que Dragados percibió al subir a la azotea de Riazor que había pujado por bastante menos dinero de lo que debería gastar en la reparación. Las cubiertas de las gradas centrales del estadio coruñés datan de 1981, han sido parcheadas para tapara goteras allí donde se manifestasen, pero aguantan la corrosión propia de la ubicación del estadio, vecino al mar. Curiosamente son las que están en mejor estado, porque las de los fondos, levantadas en 1998, son las que ocasionan más problemas y pueden llevar a la suspensión del partido contra el Betis. Ya en la temporada pasada, en las horas previas del duelo contra el Barcelona, se desplomó un trozo sobre el graderío y se solucionó el lance tras clausurar ese sector y reubicar a varias centenares de aficionados.
El episodio disparó las alertas, pero poco o nada se ha arreglado desde entonces y ahora llegan más problemas. Las sucesivas demandas del Deportivo a los rectores municipales para que desbloqueasen la situación con Dragados dieron paso a la petición del gobierno de la Marea de sucesivos informes y estudios para tomar una decisión. El tiempo transcurrió hasta que en octubre de 2016, quince meses después de la llegada de los nuevos inquilinos al gobierno de la ciudad, se rescindió el contrato con la empresa adjudicataria. Comenzó entonces otro vía crucis ante el estupor de los dirigentes del Deportivo porque hasta hoy lo único que hay sobre la mesa es la noticia de que se trabajará sobre un nuevo presupuesto superior a los 4 millones de euros, pero no hay ni proyecto ni mucho menos visos de una adjudicación inmediata que evite situaciones como la que se ha generado ahora, largo tiempo anunciada por el Deportivo, sabedor de que en A Coruña llueve y hace viento con relativa frecuencia.
Así, no hay presupuesto cerrado, no hay proyecto, hay una voluntad expresada por el alcalde Xulio Ferreiro de adjudicar las obras “antes de que acabe el año 2017” y de iniciarlas antes de que 2019 llegue al calendario. Ante las demoras y la inacción, el Deportivo ha tratado de encontrar algún parche para las ya parcheadas cubiertas y planteó la contratación inmediata de un mantenimiento. “Algo así como que nosotros miraríamos para el techo, que es lo único que podemos hacer, y avisar por teléfono o correo electrónico, donde hay problemas para que vengan a tapar”, apunta un portavoz del club. El gobierno municipal, que anunció en días pasados que los asistentes al estadio no corrían peligro alguno, le está dando una vuelta al asunto. Mientras tanto se ha aplazado también el partido de baloncesto del LEB Oro entre el Basquet Coruña y el Barcelona B que se debería disputar a la misma hora que el fútbol en el Palacio de los Deportes vecino al estadio.
El presidente del Deportivo pide al ayuntamiento coruñés que acelere la reparación de la precaria estructura de Riazor
“Es la mejor decisión que se podía tomar”, apunta Tino Fernández, presidente del Deportivo, sobre la suspensión del partido. De madrugada recibió una llamada de un empleado del club alertándole de la situación en el estadio. Allí acudieron y constataron el peligro. “Pensábamos en que se podía solucionar cerrando una parte de la grada, pero para poder jugar necesitamos que se suba a eliminar los riesgos de trozos que se mueven en la cubierta. Ocurre que hay activada una alerta y no se puede autorizar a que ningún operario suba al tejado”, detalla el mandatario deportivista.
Ahora deben tomarse dos decisiones. La primera está en manos de La Liga y pasa por fija una nueva fecha para poder disputar el partido. “Ojalá se pueda jugar cuanto antes”, pide Tino Fernández. No será de manera inmediata porque la otra decisión pasa por adecentar Riazor para que se pueda utilizar de nuevo. “Hay trámites y plazos en la Administración, pero el estado del techo no es opinable. Tenemos la peor cubierta del fútbol español. Debe acudirse a procedimientos de urgencia”, demanda el presidente deportivista, taxativo sobre la situación generada. “Como presidente del Deportivo y como coruñés lamento ser protagonista de esto. Al poco de llegar al club vivimos algo parecido antes de un partido contra el Sporting, en Segunda División, pero ocurrió 48 horas antes del encuentro y se pudo solucionar. Entonces se parchearon las cubiertas y se abrió un procedimiento para arreglarlas”.
Ese procedimiento al que se refiere Fernández se cerró en falso tras renunciar la empresa adjudicataria a asumir la responsabilidad adquirida. Y ahí se queja el presidente del deportivo ante la inacción del los rectores municipales, hasta la primavera de 2015 del Partido Popular y desde entonces de la Marea Atlántica. “Lo lógico sería que en paralelo a la anulación del proceso para anular la anterior adjudicación se fuesen dando los pasos para, prácticamente al día siguiente de que se zanjase la anterior, se pudiese licitar el nuevo proyecto. Nada de eso ha pasado. Hemos perdido tres años y vamos a tratar de que no se pierdan más”.
Con todo, y pese a sus reiteradas peticiones, desde el Deportivo apuntan que en los últimos tres meses no han recibido noticias desde el ayuntamiento coruñés, propietario del estadio y responsable del mantenimiento de su estructura. “Ni notificaciones ni reuniones. Y esto hay que tomarlo en serio y acelerar”, demanda Tino Fernández.
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