El Celta le enseña la puerta a Orellana
Berizzo aparta de la plantilla a uno de sus mejores futbolistas por “una falta de respeto inaceptable” y el club ya le busca una salida. El mediapunta chileno acusa al técnico de deslealtad
El foco del Celta sobre la Copa del Rey y el enfrentamiento contra el Real Madrid se distorsionó horas antes de que el equipo se desplazase a la capital después de que las brasas que se intuían desde hace tiempo deparasen finalmente un incendio. Fabián Orellana, uno de los futbolistas más determinantes del equipo, dejará la disciplina del club después de que un informe del técnico Toto Berizzo así se lo sugiriese a la dirección deportiva. Su responsable, Felipe Miñambres, recoge y respalda esa decisión. “El motivo es una falta de respeto inaceptable”, explica el entrenador. “Ya le estamos buscando una salida, vamos a tratar de conseguir una venta. Apoyamos al entrenador y tratamos de poner orden en una situación que va más allá de lo disciplinario”. El futbolista se mantiene fiel a su costumbre de no conceder entrevistas ni hablar en ruedas de prensa, pero en medio de toda la tormenta no semejaba muy preocupado: abandonó las instalaciones de A Madroa con una amplia sonrisa y haciendo una de sus manos un gesto que remite a la victoria. Luego concedió unas declaraciones al diario chileno El Mercurio: “Cometí un error, pero de algo muy pequeño se generó algo muy grande. Berizzo fue una persona muy desleal conmigo. No es la primera vez que tiene problemas con un algún jugador”.
Nada es común en Orellana, futbolista de excelente rendimiento si encuentra un entorno en el que se siente a gusto. En Vigo lo encontró tras una abrupta estancia en Jerez y Granada. En el Celta hizo buenas migas en un vestuario implicado para hacerle participe de un proyecto colectivo y en el que Paco Herrera supo llevarle. La llegada de Luis Enrique pareció descabalgarle. El técnico gijonés desconfió de su actitud, pero supo ganarle porque además futbolísticamente tiene los argumentos de un mediapunta con capacidad para partir y regresar a los flancos, un verso libre, “el poeta”, le llaman en su Chile natal; “el mago”, le conocían los habituales en Balaídos. “Era un jugador descartado, decidió quedarse y le dio la vuelta a la situación, pero no solo con trabajo sino con actitud”, explica Luis Enrique cuando se refiere a Orellana. Tras la marcha del asturiano al Barcelona acabó de consolidarse como una de las grandes referencias del Celta, regresó también a la selección chilena, de la que se había alejado tras una falta de sintonía con Sampaoli. “No le gusto ni como persona ni como jugador”, aseguró en una de sus contadísimas intervenciones públicas.
Sobre Orellana se apunta su carácter hosco, su tendencia a la protesta y a la gresca también con los árbitros. Esta temporada todo se le había ido torciendo. La semana pasada recibió el alta tras su tercera lesión en cuatro meses y apenas había podido ayudar al equipo en siete partidos. Con todo, su presencia siempre era indiscutible si estaba disponible para el entrenador. “Es un diez con unas características muy particulares, pero hay posibilidades de que venga otro”, revela Berizzo, que a Madrid ya se lleva a Jozabed, recién llegado desde el Fulham cedido con una opción de compra.
Orellana ya había flirteado varias veces con la posibilidad de regresar al fútbol chileno y además había tenido varios desencuentros con integrantes del cuerpo técnico y el propio Berizzo. La pasada semana, ya recuperado, no tuvo minutos contra el Valencia en el partido de Copa y brotó el último encontronazo que también le alejó de la convocatoria en el duelo liguero frente al Alavés. Ya no tenía futuro en el Celta. “Para mí lo personal y lo profesional van íntimamente relacionados en mi manera de conducir el equipo”, explica el técnico argentino, que ya había tratado con el futbolista durante su etapa como segundo de Marcelo Bielsa en la selección chilena. “Desde que llegué al Celta nunca tuve problemas, fui uno de los jugadores que más rindió, más jugó, y si tuviera problemas con algún entrenador o con el club, no habría jugado todo lo que jugué. Tuve lesiones, pero siempre jugué todo. Hace cuatro meses renové mi contrato. Una persona con problemas no obtiene una renovación. Por eso no me explico esta decisión, peor el club al final estaba en medio. Mucho no podía hacer”, replicó el futbolista por medio del altavoz que buscó en su país.
“La disciplina tiene matices, pero las faltas de respeto no los tienen. Ni recibí disculpas del jugador ni hacían falta”, incide Berizzo, que finaliza su vínculo con el Celta el próximo mes de junio. Orellana lo acaba en 2019, pero el club se ha posicionado de manera nítida al lado de su entrenador y ya tiene en la parrilla de salida a un futbolista con una cláusula de rescisión de 15 millones de euros al que podría dar salida por cinco veces menos. Y el Granada, anterior equipo del futbolista, se llevará el 40% de ese traspaso.
Si se concreta su marcha, el Celta habrá perdido en las cuatro últimas ventanas de mercado a cuatro de sus pilares: Krohn-Dehli, Augusto, Nolito y Orellana. La fuerza del colectivo se impone en un equipo vivo en las tres competiciones, que en la Liga ha ganado sus dos últimos partidos y se acerca a los puestos europeos, en febrero regresará al reto continental con el Shakhtar Donetsk en el horizonte y apunta a la Copa del Rey para plasmar en realidad el sueño de alzar un trofeo. “Nuestro plan de partido es siempre igual y en el Bernabéu necesitamos ser nosotros mismos”, reclama Berizzo, que se lleva a toda la plantilla a Madrid a excepción de Beauvue, que sale de una lesión de larga duración, y el defenestrado Orellana. “Conmigo ya no pertenece más al equipo”, zanja el técnico del Celta. “Me gustaría quedarme, pero me cerraron las puertas. Si me tengo que ir lo haré como no quería, pero el entrenador y el club así lo quieren”, explica el futbolista.
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