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Otro imam muy influyente dice idioteces

Los ajedrecistas son “malditos y mentirosos”, según el clérigo turco Ahmet Mahmut Ünlü

Leontxo García

Que un importante guía espiritual del Islam diga: “Jugar al ajedrez es más pecaminoso que apostar o comer carne de cerdo”, y que llame “malditos y mentirosos” a los practicantes del deporte mental por excelencia, puede producir risa o asombro. Pero el asunto es preocupante, porque el imam turco Ahmet Mahmut Ünlü es muy influyente en un país de 80 millones de habitantes. Cabe preguntarse si aplicará el mismo rigor e ignorancia cuando hable de asuntos fundamentales.

El imam Ahmet Mahmut Ünlü durante un reciente sermón por vídeo
El imam Ahmet Mahmut Ünlü durante un reciente sermón por vídeocnnturk.com

Según este ínclito clérigo, es improbable que un ajedrecista musulmán pronuncie mientras agoniza las palabras rituales: “No hay más dios que Alá, y Mahoma es su profeta”. Ünlü, también conocido profesionalmente como Cübbeli Ahmet Hoca, afirma además en un vídeo reciente, difundido por el diario Hurriyet Daily News: “Los ajedrecistas están malditos, y tienden a mentir más que el resto de las personas”.

Ünlü recibió en agosto de 2014 al presidente turco, Recep Erdogan, y su esposa para bendecirlos antes de las elecciones presidenciales. Es el imam más famoso de los sufíes turcos, y utiliza con frecuencia las redes sociales y la televisión para difundir sus doctrinas.

Pero esa adaptación al siglo XXI es sólo aparente, porque si fuera cierta se habría documentado sobre la realidad del ajedrez hoy en el mundo y en Turquía antes de afirmar tales idioteces, que sólo encuentran una base lógica en las escuelas más radicales de interpretación del Corán. Son las que sirvieron para que el imán Jomeini (1902-1989) prohibiera el ajedrez en Irán cuando tomó el poder (1979), como hicieron después los talibán en Afganistán (1996-2001). Ambos gobiernos se basaron en la Sunna (segunda fuente de la ley islámica, tras el Corán), donde pueden leerse algunos hadices (dichos de Mahoma o conversaciones entre seguidores del profeta que son el pilar fundamental de la Sunna) muy elocuentes sobre los juegos de azar. Por ejemplo, el hadiz 7/52 dice: “No hay nada bueno en el ajedrez, y él [Mahoma] lo desaprobó”. O el 56/42: “No saludes a quien juegue al ajedrez; es una especie de juego de apuestas”. Tales aseveraciones tenían cierto sentido en la época de Mahoma (570-632) y en los siglos posteriores porque al ajedrez arábigo o antiguo se jugaba a veces con dados e implicaba apuestas con frecuencia; todo ello desapareció en el ajedrez moderno, creado en España a finales del siglo XV.

De hecho, Jomeini rectificó y autorizó el ajedrez poco antes de morir, a instancias de varios intelectuales iraníes; por eso su país se ha convertido en una de las grandes potencias de Asia. También es impresionante el auge del ajedrez en Turquía, con más de 700.000 jugadores registrados en la federación: uno de los bancos más importantes del país, IS Bankasi, patrocina masivamente el ajedrez infantil y juvenil desde hace muchos años y abre una cuenta corriente a todo niño con licencia de jugador; Turquía ha sido sede de dos Olimpiadas de Ajedrez y multitud de Campeonatos del Mundo y de Europa de diversas categorías en los últimos decenios, y ha contratado a varios grandes maestros de la extinta URSS y de otros países para entrenar a sus jóvenes talentos. En Turquía tuvo mucho eco la decisión del Parlamento Europeo (abril de 2012) de recomendar la promoción del ajedrez como herramienta educativa, así como la que tomó el Congreso de los Diputados de España en el mismo sentido el 11 de febrero de 2015. Ambas cámaras se basaron en los estudios científicos y múltiples experiencias internacionales que avalan esa recomendación.

Hombres kurdos juegan al ajedrez en Diyarbakir (Turquía) en abril de 2010
Hombres kurdos juegan al ajedrez en Diyarbakir (Turquía) en abril de 2010AFP PHOTO/BULENT KILIC

Todo indica que Ünlü desconoce todo lo explicado en el párrafo anterior. Y no es sorprendente que la Federación Turca de Ajedrez haya reaccionado de manera fulminante, anunciando acciones legales contra el clérigo, y calificando sus afirmaciones como “inaceptables”. En un comunicado de prensa, la federación añade lo siguiente, con una referencia implícita a la delicada situación política y social que atraviesa Turquía: “Esos comentarios y evaluaciones sin base alguna afectan a miles de nuestros jugadores y familias, justamente cuando más necesitamos unidad, paz y la filosofía del ajedrez, un deporte que ha sido practicado por muchos de nuestros líderes y políticos a lo largo de la historia. Nuestros apreciados dirigentes actuales nos han dado el mayor de los apoyos para que Turquía sea un país ajedrecístico. Y mantienen su contribución para difundir el amor por el ajedrez con sus palabras, los juegos de ajedrez que distribuyen y su presencia en los eventos que organizamos”. Esas manifestaciones han sido respaldadas por el ministro para Asuntos Europeos, Ömer Celik. Varios intelectuales turcos de prestigio, como Caner Açikada (con quien compartí una conferencia en Estambul en 2012) han manifestado repetidamente su apoyo al ajedrez educativo.

Las barbaridades que ha dicho Ünlü no se diferencian mucho de las que dijo hace un año el muftí Abdulaziz Al-Sheikh (que me sirvieron para repasar las prohibiciones del ajedrez a lo largo de la historia en este artículo). Pero el contexto da al asunto una gravedad mayor porque Turquía es ahora mismo uno de los países más delicados del mundo, con una importancia estratégica enorme porque debería servir de puente de entendimiento entre el Islam y Occidente, y en los últimos años tiende a ir justamente en la dirección contraria. Si Ünlü es capaz de hablar con semejante falta de información y rigor sobre algo que afecta a millones de turcos, su validez como guía espiritual de una religión con más de 1.600 millones de practicantes en todo el mundo queda seriamente cuestionada. El Gobierno de Turquía haría un gran favor a sus propios ciudadanos si emprende acciones para minar la credibilidad de este individuo.

Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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