Un diez para el Chelsea
Un tanto de Fàbregas consolida al líder de la Premier, que aventaja a Arsenal y Liverpool en seis puntos tras encadenar una decena de victorias consecutivas en las que concedió apenas dos goles a sus rivales
Fue en la última jornada disputada en septiembre, perdió goleado (3-0) en el Emirates y Antonio Conte se lanzó un reto antes de dejar el campo del Arsenal. “Tengo que encontrar una solución”, se exigió ante los micrófonos de la sala de prensa. Con apenas cinco partidos disputados, el Chelsea era octavo a ocho puntos del Manchester City, mal augurio en un club dirigido por un oligarca que ha cambiado once veces de entrenador en los trece últimos años. Conte había perdido también en Stamford Bridge contra el Liverpool y apenas logró un empate en su visita al Swansea, a la postre el único punto obtenido por el club galés en las siete primeras jornadas de la Premier League. “No podemos seguir así”, rumiaba Conte, dolorido precisamente por aquello que más le puede doler a un técnico italiano: “Cada partido concedemos dos goles”.
Solo el Arsenal tropieza entre los grandes
La jornada entre semana de la Premier dañó al Arsenal entre los aspirantes al cetro. El equipo de Arsène Wenger fue el único que cayó derrotado en partido adelantado a la noche del martes. Todos los demás ganaron. El técnico alsaciano culpó al árbitro Mark Clattenburg de la derrota en Goodison Park frente al Everton y Ronald Koeman ironizó tras conocer el lamento de su oponente: "Le he ganado tres veces al Arsenal y todas fueron culpa del árbitro". Fue la segunda derrota (2-1) de los gunners, que no caían desde que en la primera jornada sucumbieron en su estadio ante el Liverpool.
Justo el equipo de Jürgen Klopp iguala ahora en la tabla al Arsenal, ambos como los más inmediatos perseguidores del Chelsea, al que ven a seis puntos de distancia. Los reds vistieron de verde fosforito en Middlesbrough para dominar el partido (0-3) ante un oponente que está al filo de los puestos de descenso. Marcó Lallana de cabeza y Sadio Mané remató al palo cuando se acababa la primera parte. Tras el descanso, el Liverpool fue un torrente futbolístico.
El Manchester City es cuarto a siete puntos del líder. Ganó al Watford (2-0) en una victoria no tan convincente como balsámica después de que el equipo que prepara Pep Guardiola apenas consiguiera vencer en 4 de sus últimos 15 partidos oficiales. Con todo ahora debe preocuparse por las noticias que lleguen desde los servicios médicos porque Gundogan dejó el partido antes de tiempo con problemas en una de sus ya baqueteadas rodillas. Luego sufrió el City para cerrar el partido porque el Watford tuvo dos ocasiones muy claras para empatar antes de que David Silva sentenciase.
Más lejos de la cabeza, Tottenham y Manchester United también resolvieron ante Hull y Crystal Palace respectivamente. Los Spurs ganaron sin mayor brillo (3-0), con alguna intervención decisiva de su meta Lloris, y caminan a diez puntos del liderato. A trece está el equipo de Mourinho, que salió victorioso (1-2) de su visita al sur de Londres. No sin apuros porque Ibrahimovic marcó el gol del triunfo cuando apenas quedaban tres minutos para el final.
En el resto de partidos, destacó el triunfo del West Ham ante el Burnley (1-0) que le sirve para alejarse de los puestos de descenso. Stoke y Southampton empataron (0-0) y West Bromwich superó al Swansea (3-1), que ocupa puesto de descenso junto a Hull y Sunderland. El Bournemouth había ganado el martes al Leicester (1-0) y el actual campeón apenas está cuatro puntos por encima de las plazas que le mandarían a la Championship.
La semana siguiente a aquella reflexión el Chelsea jugó y ganó en Hull y desde entonces encadena diez victorias consecutivas, ocho de ellas sin que Courtois recibiese gol, la última de ellas la pasada noche en Sunderland ante un débil colista superado por un tanto de Cesc Fàbregas y frenado en el tiempo de descuento por una descomunal parada del guardameta belga. El equipo londinense es líder con seis puntos de ventaja sobre Arsenal y Liverpool y siete por encima del Manchester City. “Ahora somos otro equipo”, reconoce Conte. El Chelsea no ganaba diez partido seguidos desde la temporada 2005-06. Entonces al undécimo empató.
Todo sucede tras un cambio de hombres y de sistema, la asunción de un modelo táctico que ha equilibrado a un grupo de futbolistas que en su mayoría hace dos años ganaron la Premier y la pasada campaña acabaron décimos. “No debemos olvidarnos de esa mala temporada”, apunta Conte cada vez que quiere ejemplificar sobre la naturaleza perecedera del triunfo en el fútbol. La mutación del Chelsea fue inmediata en cuanto se acopló de una suerte del 4-2-3-1 en el que el mediapunta casi operaba como un segundo delantero a un 3-4-3. “Los principios siempre son los mismos y pasan por defender muy adelante para ser un equipo corto y estrecho, recuperar pronto la pelota y poder jugarla”, ilustra Conte. Pero ahora se ha equilibrado. “Somos otro equipo”, concede.
La debacle del Emirates sacrificó a un indiscutible como Ivanovic y justo tras el partido de Hull el brasileño Willian pidió un permiso para viajar a su país para estar con su madre en los últimos días de la enfermedad que causó su fallecimiento. Su compatriota Oscar también perdió su puesto en el equipo y ahora está a punto de cerrar su traspaso al fútbol chino. Así las cosas, para recibir y ganar al Leicester el 15 de octubre en el duelo de los dos últimos campeones, Conte ya había encontrado su once. Azpilicueta, que acaba de renovar hasta el 2020 y no se ha perdido ni un minuto en lo que va de campeonato, opera ahora como central a la derecha de David Luiz y Cahill. Dos carrileros trabajan ahora los flancos y dan amplitud al andamiaje, Marcos Alonso, que como el central brasileño llegó al equipo sobre el cierre de mercado y transcurridas dos jornadas, trabaja en el izquierdo; el derecho es para un futbolista al que se conocía como extremo, Victor Moses, “una agradable sorpresa”, concede Conte. En aquella visita a Kingston upon Hull, el 1 de octubre, volvió a formar en un once inicial del Chelsea después de más de tres años sin hacerlo. Ese tiempo lo pasó en tres cesiones consecutivas a Liverpool, Stoke y West Ham que tampoco fueron excesivamente provechosas.
Kanté y Matic, dos bregadores, cierran el centro del campo. Fábregas entró por lesión del serbio y mostró todo su talento en la victoria en casa del Manchester City, pero el pasado fin de semana ante el West Bromwich regresó al banquillo. En Sunderland volvió a ser titular por tercera vez en lo que va de campeonato y resultó decisivo. Antes de viajar a la ciudad norteña, Conte fue incapaz de negar la veracidad de las informaciones que apuntan a una salida inminente del futbolista catalán. “Es un jugador importante para nosotros, pero en el fútbol es imposible garantizar algo”, apuntó. El bloque tipo se completa con Pedro, Hazard y Diego Costa. Los dos primeros brillan en la medida que el nuevo dibujo les libera de responsabilidades defensivas. El tinerfeño se acerca a su mejor versión. “Es perfecto para jugar 3-4-3”, valora su entrenador. El belga, ausente por una leve lesión en Sunderland, ha marcado ocho goles y ya dobla su marca de la temporada anterior. Su creciente nivel de actividad se resume en su marca de regates realizados con éxito, 65 de 88 intentados, cerca ya de los números con los que acabó el pasado campeonato. Diego Costa completa todo ese trabajo, máximo goleador de la Premier, igualado con Alexis Sánchez, tras embocar doce tantos y repartir además cinco asistencias.
Sin tener que pelear en competiciones europeas, eliminado por el West Ham en la Copa de la Liga, el Chelsea tiene claro donde está el foco. Conte ya vivió una situación similar cuando en 2011 se hizo cargo de una Juventus que de no jugar en Europa pasó a dominar su campeonato. Antes de fin de año le aguardan tres duelos accesibles, una visita al campo del Crystal Palace y dos partidos en casa, en el Boxing Day frente al Bournemouth y en fin de año contra el Stoke. Ahora al equipo de Antonio Conte ya le dan por favorito al título cuando en agosto por ejemplo sir Alex Ferguson ni siquiera les situaba entre un quinteto de favoritos. “Mucha gente no confiaba en nosotros, pero cuando llegas a un equipo es necesario un tiempo para poder entender cuales son sus problemas. El entrenador debe encontrar el traje adecuado, somos como un sastre”, reflexiona el italiano.
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