Zidane, soluciones para todo
El técnico del Madrid, que ha defendido las rotaciones desde principio de temporada, ha sabido sobreponerse a las múltiples bajas. Queda por ver cómo funcionará el equipo sin Bale
“Todos son importantes, todos van a tener minutos, todos tendrán su momento porque la temporada es larga”. Son las frases que más ha repetido Zinedine Zidane desde que empezó la temporada. Frases hechas, a priori. Pero que en su caso han ido más allá de una simple fórmula para gestionar un vestuario y una plantilla como la del Real Madrid. Matizó también Zidane que algunos jugarían más que otros, pero que la idea era que hubiese rotaciones para que todos pudieran responder en el momento en el que el técnico lo necesitara.
El plan le ha funcionado. Y ha permitido al Madrid llegar líder e invicto al clásico (con seis puntos de ventaja) y sobreponerse a todas —muchas— las bajas que ha tenido. En todas las zonas del campo, además: desde la portería, pasando por la defensa y el centro del campo —el más tocado— y terminando por el ataque. Gareth Bale ha sido el último en lesionarse. El galés estaba siendo el jugador más desequilibrante del equipo junto a Marcelo y su ausencia en el clásico del sábado y durante mínimo las próximas seis semanas (la luxación traumática de los tendones del tobillo ha requerido quirófano) pone a prueba al Madrid y el entramado que le ha sustentado hasta ahora. Ganar en el Camp Nou sin el galés sería un golpe más.
Los suplentes del Madrid han respondido tan bien que el vértigo que generaron las lesiones de Modric, Kroos y Casemiro, por ejemplo, se quedó en eso. En un simple vértigo. La temporada empezó con las bajas de Keylor Navas, Pepe y Cristiano Ronaldo. El guardameta se operó en junio de una tendinopatía en el pie izquierdo y no regresó hasta el 27 de septiembre. Kiko Casilla le sustituyó con tal seguridad y confianza que, cuando Navas regresó, se abrió el debate sobre quién tenía que ser el guardameta titular. A Cristiano tuvieron que convencerle para que se tomara las cosas con calma. De ser por él, después del esguince de ligamento en la rodilla que sufrió en la Eurocopa, habría vuelto para la Supercopa de España el 9 de agosto. Regresó, finalmente, el 11 de septiembre. Morata hizo de él y también de Benzema —KO por unos problemas de espalda— con los galones propios de un titular. Y, de nuevo, cuando regresó el delantero francés se abrió el debate sobre quién se merecía ser titular. Debate que terminó con la lesión muscular de Morata.
Multiusos Kovacic
El equilibrio siempre ha sido el objetivo perseguido por Zidane. El técnico lo buscó con un centro del campo formado por Modric, Casemiro y Kroos. Los que, junto a Cristiano y Bale, eran sus titularísimos. En estos tres meses y medio, se le han lesionado dos a la vez: Casemiro y Modric. Y cuando volvió el croata, Kroos entró en la enfermería. Lejos de sufrir graves desbarajustes, el Madrid se rearmó con Kovacic. El chico de 22 años al que todos veían frágil y sin la personalidad suficiente para triunfar en el Bernabéu, se ha convertido en una pieza fundamental de la medular blanca. Tanto que del que se duda si será titular o no en el clásico es Casemiro.
La defensa tampoco ha sido ajena a las lesiones. Zidane ha cambiado 13 líneas de la retaguardia en 21 partidos. Pepe arrancó la temporada de baja por una rotura muscular y Varane le reemplazó no sin alguna desatención. Pero ha ido creciendo a medida que ha avanzado la temporada y el sábado será, muy presumiblemente, el que acompañe a Sergio Ramos en el centro de la zaga. El capitán también estuvo KO durante más de un mes. Varane y Nacho, taparon el agujero (fueron los titulares en el derbi del Calderón, 49 años entre los dos). El caso de Nacho es especialmente llamativo ya que ha cubierto todas las zonas de la defensa sin complicarse la vida ni complicársela a sus compañeros. Lo mismo que ha hecho Lucas Vázquez. Sin rechistar nunca.
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