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Rafinha: “Tengo el gusanillo de crear mi nombre”

Hijo de Mazinho, hermano de Thiago, a los 23 años el jugador del Barça, que se siente centrocampista pero juega donde le digan, siente que ha llegado el momento de hacerse ver

Jordi Quixano
Rafinha Alcántara, jugador del Barcelona, posa en la ciudad deportiva.
Rafinha Alcántara, jugador del Barcelona, posa en la ciudad deportiva.Vicens Giménez

Cuando se topa con una montaña de micros tras los encuentros se le eriza la piel, se tensiona y reduce las respuestas a la mínima expresión. “Yo nunca doy titulares”, bromea al tiempo que se sienta en una sala de la ciudad deportiva. Pero en el cara a cara, Rafinha Alcántara (São Paulo, Brasil; 23 años) es otro. Tiene discurso, la risa fácil y hasta es coqueto porque tiene un rasguño en el pómulo y le pide al fotógrafo que le saque el perfil bueno. Hoy, el Barça se mide al Celtic (20.45h, beIN Sports) y Rafinha asegura que aún siente cosquillas cuando oye la música de la Champions.

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Pregunta. Da la sensación de que tiene muy arraigada la cultura del esfuerzo. ¿Es así?

Respuesta. Sí y es gracias a mi hermano Thiago. Siempre he sido muy fan suyo y de pequeño veía que era tan, tan, pero tan bueno, que me dije: “Si hay que intentar llegar a ser un futbolista de nivel, habrá que trabajar al máximo”. Así que nunca me creí el mejor de la clase, del equipo, ni de nada. Él era tan diferente que sabía que debía esforzarme más. Y eso me ayudó a llegar hasta aquí.

P. ¿Disfruta al esforzarse?

R. Pues sí. Desde hace tiempo llevo los entrenamientos al límite. Pero desde que me rompí el cruzado me cuido mucho más. Antes venía, desayunaba, estiraba y a entrenar. Ahora, cada día hago ejercicios de fortalecimiento. Y cuanto más me esfuerzo más bonito es lograr resultados.

P. ¿Por eso le gusta el boxeo, por la cultura del esfuerzo?

R. Puede ser. Pero desde pequeño ya me atraía. Recuerdo que de crío luchaba con mi padre en el salón haciendo jiu-jitsu. Era en broma, claro, pero siempre me gustó la pelea y por eso me quedaba por las noches a ver el K-1, que es como el kickboxing.

P. ¿Practicar deportes de contacto le ha servido en el fútbol?

R. No, no lo noto en el campo. No tiene nada que ver.

P. Quizá ahora está como nunca, al menos en la faceta goleadora. ¿Suerte o trabajo?

R. Cuanto más trabajas, más suerte tienes. Pero está claro que llego más a la portería rival y que uno incluso acaba por acostumbrarse. No digo que vaya a pasar siempre, porque puedo pasarme mucho tiempo sin marcar. Pero le coges el gusto. Y se llega a intuir.

Para ser polivalente en el Barcelona hay que entender su juego

P. ¿Como en el gol ante el Leganés desde fuera del área?

R. Es gracioso porque esa semana de entrenamiento fue de disparos y muchos golpeos me salían así. No fue casualidad. La posición del cuerpo, el balón donde quería y justo el golpeo que buscaba. Con confianza es más fácil.

P. Al principio del año, sin embargo, no tenía esa confianza sino que le dijo a Luis Enrique que igual podía buscarse otro equipo.

R. Le dije, tras la lesión del cruzado, que si no contaban conmigo lo mejor era que jugara a tope en otro sitio, por acumular minutos. Tengo orgullo y soy futbolista, por eso lo que más disfruto es estar en el campo. Si no puede ser aquí, pues… Pero me esforzaré el máximo para que así sea.

P. ¿Prefiere jugar antes que ganar títulos y dinero?

R. Sí. Cuando me fui al Celta tenía mejores ofertas y de más dinero. Pero es lo que sentía. Y si lo disfrutas y respondes, acabarás ganando dinero. Los títulos, es otra cosa. Esa cesión me ayudó a ver que podía estar en el Barça y a saber valorar dónde estoy.

Si aprendemos a defender y disfrutar de ello podemos ser invencibles

P. ¿Antes de empezar el curso se dijo que era ahora o nunca?

R. Sabía que era muy importante. Más que nunca por el tema de la lesión. El año pasado competí cuatro meses sin estar bien y luego fui a los Juegos peor de lo que quería. Por lo que ahora, pasadas las lesiones y las molestias, tenía que ser mi año.

P. ¿Tenía la sensación de que debía demostrar que era más que un complemento en el Barça?

R. Sí. Me lo he tenido que trabajar y demostrármelo. Confiaba en mí, pero debía creérmelo.

P. ¿Y ahora es Rafinha en vez del hijo de Mazinho o el hermano de Thiago?

R. ¡He pasado por todas las etapas! De pequeño era el hijo de mi padre y estoy muy orgulloso de tener esta etiqueta. Seguro que a muchos les gustaría tenerlo no solo por su faceta de futbolista sino por cómo es la persona. Y cuando crecí, fui el hermano de y también me sentí muy orgulloso. Pero también tengo el gusanillo de crear mi nombre y gracias a Dios lo voy haciendo.

P. Luis Enrique siempre elogia su polivalencia. ¿Hay que ser bueno y tener cabeza para serlo?

R. Hay que entender el juego del Barça. Aunque aquí no es muy complicado porque los jugadores te lo hacen muy fácil. Además, yo empecé como portero y creo que he jugado en todas las posiciones.

P. ¿De portero?

R. Sí, en el Eureka. Pero teníamos muy buen equipo y me aburría. Así que pedí ser jugador y al principio hacía media parte con guantes y otra media sin. Hasta que en el infantil B ya me quedé fuera de la portería. Al año siguiente me fichó el Barça.

P. ¿Dónde se siente cómodo?

R. Desde que llegué a La Masia soy centrocampista. Esa es la posición en la que me siento mejor. Pero ahora, de extremo, me siento igual de bien. Es verdad que toco menos balón, pero lo hago más cerca del área. Es distinto: de extremo hay que abrir el campo y crear superioridades para darle la bola a los delanteros; y en el medio tienes que hacer jugar al equipo, dar líneas de pase y crear opciones de juego. A mí lo que me gusta es atacar.

Rafinha, en el partido contra el Málaga.
Rafinha, en el partido contra el Málaga.LLUIS GENE (AFP)

P. ¿Cuándo el técnico le probó de carrilero, se echó las manos a la cabeza?

R. No, no. Siempre dije que en cualquier posición intentaré esforzarme al máximo. No lo haré perfecto, pero lo daré todo.

P. ¿Estudió a su pareja de baile antes de los partidos?

R. No. Entré al campo a hacer mi trabajo y ya está. Además, me entreno con los mejores del mundo y en ocasiones tengo que marcar a Messi, a Neymar, a Luis Suárez, a Iniesta… Eso es un máster.

P. Ahora se medirán al Celtic, al que ganaron con facilidad en el duelo de ida.

R. Para ganar, sea quien sea el rival, siempre tenemos que ser nosotros mismos. Tener el balón, posesión y posición.

P. ¿Por qué se habla tanto últimamente de la posición en Can Barça?

R. Porque es la clave por la forma en la que jugamos. Al ser tan ofensivos, el posicionamiento tras la pérdida es fundamental para evitar los contragolpes rivales.

P. Aunque el Barça ya no sufre como antaño cuando los partidos son de ida y vuelta, ¿no?

R. Con los tres aviones que tenemos delante es normal que salgamos bien parados de los intercambios de golpes.

P. En el medio, con Luis Enrique, siempre se corre, ¿no?

R. Sí. Nos pide que aprendamos a disfrutar defendiendo. Ese es el secreto del Barça. En ataque ya se sabe cómo somos, pero si aprendemos a defender y a disfrutar de ello, podemos ser invencibles.

P. Eso, ¿y ser impredecibles como pide Luis Enrique?

R. Lo pide el míster porque nos lo piden los rivales. Por cómo nos presionan y por cómo nos juegan. Es importante sorprender nosotros. Ellos intentan hacer cosas que no han hecho contra otros equipos. Pero en eso trabajamos mucho para poder contraatacar lo que haga el equipo rival.

P. ¿Se sigue planteando jugar en otro sitio como en verano?

R. No, no. Ahora, a esforzarse al máximo para seguir teniendo muchos minutos.

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