El Espanyol pasa de la ilusión a la frustración

Ni los 16 millones invertidos en fichajes el pasado verano, ni el incremento del 90% en el presupuesto de la plantilla y ni siquiera la presencia de un entrenador con el currículo de Quique Sánchez Flores, pueden borrar del diccionario del Espanyol la palabra “frustración”. De la mano de Chen Yansheng, el club de Cornellà se quería olvidar de los tiempos de angustia, aquellos en los que siempre estaba con un ojo en la zona del descenso. Pero resulta que después de seis jornadas el Espanyol se hundió en la zona baja de la tabla y Sánchez Flores no puede entender qué pasa por la cabeza de sus muchachos.

“No termino de comprender qué es lo que ocurre en las situaciones finales de los partidos”, dijo un incrédulo Sánchez Flores, tras la derrota ante el Celta. El Espanyol había dejado escapar el empate en el último suspiro, una situación que se repite. “Me preocupa qué es lo que pasa por la cabeza de los jugadores”, completó Sánchez Flores. Después del partido el entrenador blanquiazul atendió a las televisiones y, antes de presentarse en la sala de prensa, pasó por el vestuario sin decir ni mu. “Nadie aquí duda de que estamos trabajando muy bien con Quique. Pero los resultados no llegan y no está bien que siempre seamos nosotros y nuestra mentalidad los responsables de lo que pasa”, afirma uno de los pesos pesados.

Paciencia

 Entienden en el grupo que utilizar la psicología para justificar los problemas del equipo suena a excusa. Y tanto en privado como en público piden paciencia para el nuevo proyecto. “Estamos recibiendo más de lo que nos merecemos”, aseguró Víctor Sánchez. Y completó David López: “Todo cambio necesita su tiempo. Hay que evitar la negatividad. Entiendo a la gente, pero se necesita paciencia”. Desde el verano el Espanyol están buscando un psicólogo deportivo para la Ciudad Deportiva de Sant Adrià, quieren en el club contención profesional para los canteranos y para los jugadores del primer equipo. Una alternativa que le vendría bien a Sánchez Flores, que no encuentra la fórmula freudiana para combatir la angustia que merodea en el Espanyol. “Nos vamos tristes y doloridos”, cerró el técnico blanquiazul. De la ilusión a la frustración, un solo paso en el Espanyol.