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Felicidad pese al saco de goles

Leganés vibra con la primera visita del Barça a Butarque. La afición pepinera convierte el partido en una fiesta y no deja de animar a los suyos a pesar del marcador

Alejandro Prado
Aficionados del Leganés durante el partido.
Aficionados del Leganés durante el partido.Gema García

No es habitual que el Barça salga a calentar y en el ambiente flote olor a panceta. Algo típico de los campos pequeños de antaño y que aún se mantiene en Butarque. Equipo de pueblo que recibe a un grande y Leganés se engalanó para ello. Lo que le dio tiempo, porque lo temprano del horario hizo que la gente fuese al campo al poco de desayunar. En cualquier caso, la parroquia pepinera está más que acostumbrada a los partidos semimatutinos.

Ambiente de fiesta mayor y una efervescencia que duró un cuarto de hora en su máximo esplendor, lo que tardó Luis Suárez en aprovechar un mal ajuste defensivo del Lega para quedarse solo y servir el gol en bandeja a Messi."Queríamos apretar los primeros 10-15 minutos para que tuviesen claro que no nos íbamos a encerrar", apuntó el técnico del Leganés, Asier Garitano, tras el choque, "aunque teníamos claro que era arriesgar mucho porque iba a generar situaciones de uno contra uno, y ahí son muy buenos".

El equipo blanquiazul se quedó grogui un rato tras el primer tanto, y junto a ellos la grada. Poco a poco los ánimos se fueron recobrando, pero el tridente del Barça es especialista en poner hielo en las tribunas a base de goles. Regularidad aplastante: un tanto cada cuarto de hora y partido liquidado al descanso. “Hoy nuestro público ha demostrado el amor que tiene por su equipo. Hemos jugado ante los mejores del mundo y, en cuanto han marcado el primer gol, ha comenzado a moverla como saben”, explicó tras el 1-5 Gabriel, el autor del único gol del Leganés. “No valió para nada, con este resultado ninguno nos vamos contentos”.

Tres dianas después de tres fallos del Leganés. Es lo que tiene salir a morder al Barça en su propia área. Asier Garitano tenía claro que era día de puerta grande o de enfermería. No podía meter al equipo atrás cuando la afición iba a apretar."Había que probar a apretarles. Estos partidos marcarán nuestro camino en Primera. Aprenderemos para lo que viene", analizó Garitano.

Y durante minutos parecía que la osadía podía salirle bien al Lega, hasta que la cogieron los tres de arriba con camiseta azulgrana. Pese a la prematura goleada, el público no escatimó en apoyo y despidió a los suyos con una gran ovación al descanso. Comportamiento ejemplar de la afición pepinera, que solo se soliviantó con Neymar. "A mí me gusta que sea así", contestó Garitano a la pregunta de si le molestaba que el brasileño recurriese a las filigranas ante la intensidad de rivales y público contrarios. "Lo hace cuando gana por mucho y por poco. Bienvenidos esos jugadores con tanto talento", sentenció el técnico vasco.

En la segunda parte el Barça jugó a placer y los goles siguieron cayendo, aunque curiosamente cuanto mayor era el descalabro en el césped, más se animaba desde la grada. Cosas de ser felices con el equipo en Primera. No faltó la habitual ovación a Iniesta por parte del público contrario, y hasta se aplaudió el golazo por la escuadra de Rafinha. El golito final de Gabriel fue todo un alegrón que llevó a la afición a entonar el “Sí se puede”, con buen talante y humor, claro. Posiblemente la gente ya venía de casa con el cuerpo preparado para una goleada. Mataron el hambre con un bocata de panceta y a pensar en el próximo capítulo, en A Coruña.

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Sobre la firma

Alejandro Prado
Redactor en la Mesa de Edición del diario EL PAÍS. Antes prestó sus servicios en la sección de Deportes y fue portadista en la página web. Se licenció en Periodismo en la Universidad Carlos III y se formó como becario en Prisacom.

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