_
_
_
_

El Barcelona golea al Leganés con una exhibición de Messi

La efectividad del delantero argentino y de Luis Suárez condena la propuesta valiente del conjunto pepinero con un contundente 1-5

Foto: Los jugadores del FC Barcelona se felicitan tras uno de los goles. / Vídeo: Rueda de prensa de Luis Enrique.Foto: atlas | Vídeo: CARLOS ROSILLO / ATLAS
Ramon Besa

“Qué sea lo que D10S quiera… O no”, se leía en uno de los carteles del partido con la silueta de Messi. Y el 10 quiso dar un recital de fútbol a la hora del vermut en el simpático campo de Butarque. Nadie diría que el argentino tenía molestias en el pubis después de sus dos últimas actuaciones en la Champions y en la Liga. Messi castigó sin piedad al desafiante Leganés. Ya se sabe que si funciona el 10, y por extensión se activa la efectividad del tridente, preocupan menos las disfunciones defensivas y la organización del equipo, cuestionable ante el plantel de Garitano.

Messi gobernó el partido desde los puestos propios del pivote, del enganche o del ariete, siempre centrado, a veces un poco retrasado y en otras más adelantado, punto de encuentro en cualquier caso de un equipo nada académico y en ocasiones descolocado, encantado en cualquier caso de que el rival fuera en su busca porque entonces puede tirar el contragolpe, una suerte que ha encumbrado a los tres delanteros: Messi, Luis Suárez y Neymar, que si se ha quedado en el Barça es precisamente para marcar goles y aspirar de nuevo a ganar la Liga.

El diseño del encuentro provocó que al Barça le costara asomar en el campo del Leganés. Apretaban muy arriba los muchachos de Garitano, desplegados a partir de la convencionalidad, con cuatro defensas, y los azulgrana no encontraban la salida ni la línea de pase, extrañados por la alineación y por el dibujo de Luis Enrique. Jugaba el Barcelona con tres centrales y Rafinha y Jordi Alba en las bandas, un sistema raro en los tiempos del técnico asturiano, si se exceptúa un encuentro con el PSG y un derbi copero en Cornellà.

La valentía del Leganés, que llegó a disponer marcas individuales sobre las figuras azulgrana, contrastaba con la incomodidad del Barça, que no sabía si tocar en corto o en largo, falto de pausa y de acierto, consciente de que su suerte pasaba por llegar a los amplios espacios que había entre las espaldas de los zagueros y el portero Serantes. El plan local exigía un juego vertical y contundente del Barça. No había lugar para el toque y la elaboración sino para la recuperación y la transición, la contra siempre temible del plantel de Luis Enrique.

No atinó Messi después de ser habilitado desde la izquierda por Neymar y acertó en cambio cuando el asistente desde la derecha fue Luis Suárez. Rafinha rebanó una pelota, tocó para Rakitic, apareció Messi para combinar con el uruguayo, situado como extremo, y su asistencia la puso el 10 en la red de Serantes. El vértigo barcelonista y el riesgo del Leganés ofrecieron un partido muy divertido para la grada de Butarque. Apenas había pausa en el campo, el balón iba y venía y los zagueros eran constantemente exigidos, también los del Barça.

Ni con el gol en contra se rindió el Leganés, humilde, sacrificado y ofensivo, más dueño del partido que el Barcelona. Atacaba mucho y bien el equipo de Garitano, admirable por su valor y disposición táctica, y sufría especialmente Mascherano. No había mejores futbolistas en el Barcelona que Messi y Suárez, ubicado como 7. Más que en jugar, reducidos por el contrario, los azulgrana pensaron en aguardar su momento para rematar el encuentro con un segundo gol parecido al 0-1. Unai se equivocó y Messi no perdonó el error para habilitar a Suárez: 0-2.

Luis Suárez se mostró educado en su salida y espléndido en la cancha, goleador y asistente, la pareja perfecta de Messi

Agresivo con la pelota, el 10 enfrentó al central, eliminó al meta y cedió para que marcara el 9. Un segundo tanto rápido y cantado desde que el balón lo tomó Messi. El encuentro, sin embargo, continuó abierto pese a la fragilidad local porque Machís desbordaba a Mascherano, descolocado y torturado como central derecho, redimido por las ayudas y las manos de Ter Stegen. Muy caudaloso y productivo en la medular, el Leganés perdía el partido en las áreas, la zona preferida del Barça.

El 0-3 siguió el patrón del 0-1 y el 0-2. Rafinha recuperó el cuero, se lo dio a Messi y el argentino se apoyó en un sombrero para habilitar a Suárez. El uruguayo le dio el gol hecho a Neymar, protagonistas ambos también del 0-4: un penalti cometido por Bustinza sobre el brasileño, asistido por el uruguayo y que transformó Messi. Sellado el triunfo, Luis Enrique ofreció otra novedad después de la alineación: sustituyó a un miembro del tridente, cosa inédita en temporadas anteriores, y el afectado no protestó sino que Suárez aplaudió al dejar su puesto a Alcácer.

Luis Suárez se mostró educado en su salida y espléndido en la cancha, goleador y asistente, la pareja perfecta de Messi, como lo fue Neymar ante el Celtic. Aunque el ritmo del partido decayó y escaseó el fútbol, los dos equipos llegaron de vez en cuando a la portería contraria y Rafinha dejó un zurdazo desde fuera del área que supuso el 0-5 mientas Gabriel transformaba de forma espléndida un tiro libre para poner el 1-5. El gol del honor pareció un premio escaso para el esfuerzo y aplicación del Leganés, irreductible hasta que pitó el final Burgos Bengoetxea.

A igualdad prácticamente de remates, la puntería azulgrana resultó extrema para desdicha del Leganés. Messi quiso ser D10S, también a la salida de misa, y el Barça goleó en Butarque, enfadado con Neymar, porque le dio por exhibir sus recursos técnicos como respuesta a algunas entradas que no le gustaron, como ya es norma en el 11, en la Liga y en Brasil.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_