El Sevilla abraza a Dani Alves
El lateral de la Juventus se enfrenta al equipo que le fichó en 2002, con 19 años, y que abandonó para fichar por el Barcelona en 2008
El Sevilla fichó a Daniel Alves en diciembre de 2002 y en enero de 2003 comenzó a jugar sus primeros partidos. Alves era un portento físico, pero no sabía ni colocarse en el campo. Su crecimiento en el Sevilla fue brutal, hasta el punto de convertirse en uno de los jugadores más importantes en la historia del club andaluz, que abandonó en 2008 para fichar por el Barcelona a cambio de 35 millones de euros. Todavía es el traspaso más importante en la historia del Sevilla, una entidad que sabe lo que es vender, y bien, a un buen número de jugadores.
En una entidad que se renueva tanto cada año, quedan pocos protagonistas que compartieran vestuario con El Tarántula, como era conocido en la caseta del Sevilla por su continuo movimiento y por no ser demasiado agraciado físicamente. Queda Monchi, el director deportivo, que apostó por él después de los consejos de Antonio Fernández, entonces secretario técnico. También el presidente, José Castro, entonces miembro del consejo que presidía José María del Nido, ahora en la cárcel.
“Lo queremos, es nuestro amigo. Nos dio mucho y es un futbolista que tiene un hueco eterno en nuestra historia”, aclaró el propio Castro. Con el Sevilla, Alves aprendió el oficio hasta convertirse en un ejemplo de regularidad. Ganó dos Copas de la UEFA, una Copa del Rey, una Supercopa de España y otra de Europa. En sus últimas cuatro temporadas jugó siempre más de 40 partidos por temporada. Incluso estuvo a punto de debutar con la selección española. Su físico espectacular le hacía ser incansable y se convirtió en uno de los ídolos de la afición. Muy identificado con el Sevilla, sintió como pocos la muerte de Antonio Puerta en 2007, lo que le hizo esperar un año para tomar la decisión de abandonar el equipo que apostó por él para ficharlo del Salvador de Bahía.
Fue el medio millón de euros mejor gastado por el Sevilla en una operación que le dejó una plusvalía increíble. En Turín, El Tarántula se vuelve a encontrar con el Sevilla, ahora en la Liga de Campeones, competición que ya disputara con el Sevilla en 2007. Desde 1958, el conjunto andaluz no la había jugado. Con futbolistas como él regresó a la élite del fútbol europeo, donde ahora se codea con equipos como la Juventus. En Turín comienza la nueva vida del lateral brasileño, ejemplo de regularidad también en el Barcelona, donde destacó del mismo modo por su singular personalidad.
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