Cerebros brillantes sin dopaje
El ajedrez pasa controles como los demás deportes, pero sin casos positivos al nivel más alto
Neurólogos y psiquiatras aseguran que no existe aún sustancia alguna que mejore directamente el rendimiento cerebral de un ajedrecista en alta competición. Y las que modifican su estado de ánimo conllevan riesgos y problemas técnicos. Por orden del Comité Olímpico Internacional, el ajedrez está sometido al control antidopaje, que se aplica diariamente en la Olimpiada de Bakú (Azerbaiyán).
“Si un ajedrecista me pide consejo porque sufre de ansiedad y tiene una partida decisiva mañana, le recomendaría bisoprolol, un betabloqueante moderno que no atraviesa la barrera cerebral. Por tanto, si el jugador se apura de tiempo y necesita que su sistema nervioso esté muy despierto, no habría problema”, explica el eminente psiquiatra español Jesús de la Gándara, jefe de servicio en el Hospital Universitario de Burgos. El bisoprolol está en la lista de sustancias prohibidas para algunos deportes, como el tiro olímpico, porque evita el temblor de manos, pero permitido para el ajedrez. De la Gándara añade: “Ahora bien, si me pide algo que mejore directamente su rendimiento cerebral le diré que si eso existiera ya lo estaría utilizando yo con mis pacientes. Por supuesto, hay estimulantes cognitivos, pero inútiles si hablamos del nivel de esfuerzo mental de los mejores jugadores del mundo”. Los demás médicos consultados por EL PAÍS dan opiniones muy similares.
En teoría, se pueden fabricar cócteles de medicamentos y programar sus efectos. Por ejemplo, si un jugador está ansioso y fatigado a la vez, podría ayudarle una combinación de betabloqueante para las primeras horas de la partida, cuando lo fundamental es planear con tranquilidad, y un estimulante de liberación lenta (efecto retardado) para cuando lleguen los apuros de tiempo, en la tercera o cuarta hora de juego. “Ahora, los peligros y efectos secundarios de una mezcla así son mucho menores que hace 20 años, pero es probable que los ingredientes sí estén en la lista de prohibidos, por no hablar de los problemas éticos”, recalca el psiquiatra. Y la doctora británica Jana Bellin, directora de la Comisión Médica de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), añade serios inconvenientes prácticos: “Es imposible prever con exactitud cuándo te vas a apurar de tiempo en una partida. Además, me resulta difícil imaginar a un jugador concentrado en calcular su ataque por el flanco de dama acordándose al mismo tiempo de que a las 18.30 debe tomar no sé qué sustancia”.
La FIDE es miembro del COI desde 1999 gracias al empeño de Juan Antonio Samaranch, quien lo propuso para que el organismo de los cinco aros cumpliera con el lema Mente sana en cuerpo sano; y por tanto está obligada al control antidopaje sistemático. Lo dirige Bellin, quien da un dato muy significativo: “Lo aplicamos desde 2002 y, salvo en competiciones internas de algunas federaciones nacionales, no hemos tenido un solo caso positivo. Pero me parece bien que se siga aplicando porque nos da una imagen de deporte limpio. Lo más eficaz que puede tomar un ajedrecista para mejorar su rendimiento es café y chocolate negro en dosis moderadas”.
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