Brambilla: “Corredores locos para carrera loca”

A Gianluca Brambilla no le faltan las palabras, menos aun cuando ganas sin estar acostumbrado a ganar por mucho que lo intentes. El ciclista italiano es locuaz, pero tiene al mismo tiempo capacidad de síntesis. La etapa que ganó en Formigal la definió como "unos corredores locos para una etapa loca", y solo así puede definirse una etapa que se gana en la salida más que en la llegada. También tiene el italiano sentido el humor. Dijo que "jamás hasta ahora había visto tanto tiempo seguido a mi lado un maillot de líder", refiriéndose al colombiano Nairo Quintana, uno de sus compañeros de escapada.

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Y recordaba que él fue el primero en desatar las hostilidades, al que siguió Contador y a los que luego se unió Quintana y otros más. Brambilla era en esta Vuelta el habitual de las escapadas importantes y el señalado para la victoria, pero al final el dedo índice siempre cambiaba de dirección y elegía a otro para la gloria. En Formigal lo consiguió batiendo a Nairo que luchaba por los segundos, los minutos, mientras él solo veía la línea blanca de la meta.

El misterio era si todo lo sucedido estaba planificado o no. Nadie lo aclaró. Según Alejandro Valverde "la estrategia estaba pensada de antemano”, afirmó pero sin explicar si era esa u otra. Si se atiende a las palabras de Nairo Quintana, era otra: “Intentar conseguir tiempo en la parte final, pero Alberto Contador es un gran estratega y le hemos seguido en su intento y ha salido mejor de lo esperado". A partir de ese momento Quintana reconoció que había sido "una lucha contra el tiempo para conseguir un margen importante que espero poder mantener a partir de ahora. Es curioso, pero cuando menos lo esperábamos hemos conseguido más distancia que en las etapas con grandes puertos", apuntó el colombiano.

Alberto Contador, el gran inductor, no aclaró ni sí ni no. "Nada más entrar en la meta del Aubisque estaba disgustado y bajando en el coche hacia el hotel fui mirando el libro de ruta para intentarlo hoy. Vi que nada más comenzar había un repecho y una bajada que podía provocar un corte. Lo tenía clarísimo, quizás porque estaba muy disgustado y desilusionado". Seguramente no esperaba tanto estropicio, pero Jesús Hernández (su compañero y amigo en el Tinkoff), sí. Previsto o imprevisible, ya es historia. O mejor dicho, ya es futuro. Nairo Quintana tiene lo que quería. A Froome, por fin, le toca atacar.

91 corredores llegaron a 53,38 minutos del ganador cuando el control estaba establecido en 31,24 minutos

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Por otro lado, la organización de la Vuelta decidió repescar a 91 corredores que llegaron fuera de control a Formigal “atendiendo a la dureza de la carrera al enorme esfuerzo realizado también en la etapa de ayer”. Una explicación literaria para no dejar la Vuelta patas arriba. Todos esos corredores llegaron a 53,38 minutos del ganador, Gianluca Brambilla, cuando el control estaba establecido en 31,24 minutos. Entre ellos estaba prácticamente todo lo que queda del equipo Sky, menos Chris Froome. "Tras hablar con los comisarios e informar a la asociación de equipos, se ha tomado la decisión de repescar a esos corredores para no dañar la imagen del ciclismo y a de los equipos", señaló el director de la Vuelta, Javier Guillén.

El ataque de Contador y Quintana, nada más comenzar la etapa, pilló desprevenido a la mayoría del pelotón que decidió, vista la incapacidad para alcanzarlos, seguir a tren aún a riesgo de llegar fuera de control. Un grupo tan grande no podía ser excluido. La presencia de los ciclistas del Sky en ese autobús de cola también pesó porque, de lo contrario, la Vuelta habría finalizado.