Rosberg gana en Monza y se queda a dos puntos del liderato del Mundial

La batalla por el título mundial de Fórmula 1 se está agudizando. Nico Rosberg se niega a aceptar su vitola de segundón y sigue luchando con uñas y dientes para recuperar el liderato que le arrebató su compañero de equipo, gracias a sus seis victorias desde el Gran Premio de Mónaco. En Monza, Rosberg aprovechó los pocos errores que cometió Lewis Hamilton para lanzarse a su cuello con las peores intenciones y superarle en una carrera que dominó de principio a fin. La diferencia que había conseguido el británico se ve ahora reducida a solo dos puntos, después de las dos victorias consecutivas del alemán en Bélgica e Italia. Hamilton concluyó segundo, por delante de los dos Ferrari de Sebastian Vettel y de Kimi Raikkonen. Alonso concluyó 14º y Carlos Sainz 15º.

La carrera se le atragantó a Hamilton desde la salida. Allí fue donde en realidad perdió la posibilidad de ganar en Monza. Realizó un pésimo arranque desde la pole position, permitiendo que no solo Rosberg le superara con claridad y se hiciera con el liderato, sino que también Vettel, Raikkonen y Valtteri Bottas (Williams) le adelantaran antes de la primera curva y le relegaran a la sexta posición. El enfado del británico fue mayúsculo. Su rabia le llevó a una persecución inmediata de Bottas, al que superó en la novena vuelta. Pero, en cambio, no le permitió atacar a los dos Ferrari que se mantuvieron en la segunda y tercera posición hasta el primer cambio de neumáticos.

Allí jugó un papel fundamental la estrategia. Mientras los dos Mercedes decidieron ir solo a una parada, los Ferrari optaron por realizar dos paradas, lo que les acabó condenando. La superioridad de los monoplazas plateados se hizo de nuevo patente, no solo a nivel de prestaciones sino también en lo que al cuidado de los neumáticos se refiere. En un circuito abrasivo como Monza, fueron ellos los coches que mejor supieron salvaguardar las gomas. Aguantaron las blandas de la salida hasta las 24 vueltas y después colocaron las medias que les permitieron una conducción sin problemas hasta la conclusión de la carrera. En cambio, los dos Ferrari tuvieron que cambiar los súper blandos que les equipaban en la parrilla 14 vueltas después y entraron de nuevo en el taller tras 33 vueltas para calzar de nuevo los blandos.

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Demasiado trajín. Los de Maranello pudieron subirse al podio, con Vettel tercero, y mantener la cuarta posición de Raikkonen. Eso les permitió mostrarse más sólidos que los Red Bull, porque Daniel Ricciardo concluyó en quinta posición y Max Verstappen fue séptimo. Pero les mantuvo muy alejados de los dos monoplazas alemanes, que volvieron a demostrar su superioridad, con un nuevo doblete, el cuarto de la temporada. Rosberg logró así su séptima victoria de la temporada –la mejor de su carrera en la F-1- y la 21ª de su trayectoria. A los 31 años, el alemán no se rinde y busca el que sería su primer título mundial.

Por detrás, la carrera tuvo poco interés. Resueltas las cuatro primeras posiciones, cada cual fue intentando asegurarse su puesto, sin buscarse demasiados problemas. Fernando Alonso animó la carrera con una buena salida que le aupó hasta la novena posición. Pero su McLaren sigue sin estar a altura de los coches con los que tiene que competir. Vio como le adelantaban los Williams y los Force India con motor Mercedes sin poder replicar. Y al final quedó relegado a la 14ª posición, muy por detrás de su compañero de equipo, Jenson Button, 12º, que ayer anunció que dejará su asiento a Stoffel Vandoorn la próxima temporada para convertirse en el tercer piloto del equipo y con funciones de embajador de la escudería –“aunque podría volver pilotar si es necesario”, según Ron Dennis-.

Carlos Sainz, por su parte, salió bien y ganó una posición, pero nunca estuvo en condiciones de luchar por los puntos. Acabó 15º, superando en todo momento a su compañero de equipo, Daniil Kvyat que acabó retirándose tras 38 vueltas. El ruso está bajo amenaza de ser destituido y su resultado no le ayudará a mantener su puesto. Sin embargo, la caída de los Toro Rosso está siendo espectacular en las últimas carreras. De ser uno de los equipos capaz de entrar habitualmente en los puntos al principio del año, han perdido todas las opciones y sus coches se están moviendo por la cola de la tabla.

“El hecho de haber logrado la vuelta rápida no deja de ser anecdótico”, señaló Alonso, que la logró tras su último cambio de neumáticos hacia el final de la carrera. “Sin embargo, nunca hemos estado luchando por los puntos y sabíamos que eso era lo que nos iba a ocurrir en un circuito como éste, donde no tenemos nada que hacer”. Carlos Sainz hizo autocrítica en su análisis. “Fue una carrera muy dura. Hemos hecho lo que hemos podido. El ritmo no era malo, pero el fin de semana no fue bien. Hay que esperar a Singapur para ver si allí recuperamos nuestras posiciones habituales. Hemos aprendido cosas que debemos analizar y ojalá nos sirvan para recuperar el lugar donde creemos que debemos estar”, explicó.