España se pone a más de cien ante Lituania
La selección de Scariolo recupera la chispa propulsada por sus 16 triples, cinco de Pau Gasol
La selección española volvió a reconocerse en el espejo y a lucir como en sus mejores días. Obtuvo un triunfo arrollador (109-59), más que convincente después de su atribulado inicio en los Juegos. Lo pagó Lituania, pasmada, impotente, muy por debajo de sus prestaciones habituales, las que le habían permitido ganar con solvencia sus tres primeros partidos en Río y también doblegar a España en dos encuentros de preparación en julio. La transformación del equipo español fue rotunda, más sincronizado, más atento y sin apenas cometer una sola de las muchas torpezas y desconexiones que tan caras le costaron frente a Croacia y Brasil.
Propulsado inicialmente por Ricky Rubio, Llull y Pau Gasol, una vez que adquirió velocidad de crucero, el equipo español al completo destiló el talento de sus componentes. La descomunal exhibición de Pau Gasol recordó a las que cuajó en el Eurobasket, en el que llevó a España al título y a la clasificación automática a Río sin pasar por el purgatorio del Preolímpico. Concluyó con 23 puntos tras anotar los cinco triples que lanzó, solo uno menos que en su récord ante Polonia en aquel Europeo.
De repente, la selección compareció en el Carioca 1 con otra pinta. Ricky Rubio hilvanó el juego con más fluidez. Llull generó más y se lio menos. El juego en la sala de máquinas propició posiciones francas, convenientemente aprovechadas por Llull, por Ricky, por fin certero, y por Pau Gasol. La diferencia acentuó la inercia del juego.
El equipo lituano sufría para defender y llegaba sin ideas y sin convicción al otro lado de la cancha. Valanciunas se enredó en el interior de la zona. Perdió dos balones y Pau Gasol le colocó un tapón. Los triplistas lituanos tardaron en afinar la mirilla. Kalnietis y Kuzminskas fueron los únicos que oxigenaron mínimamente el ataque lituano.
El banquillo también suma
La aportación del banquillo español resultó igualmente interesante pero desigual. Felipe Reyes cuadró siete primeros minutos portentosos. Sujetó bien a Sabonis y, en su mejor versión, cazó siete rebotes y sumó siete puntos. Les costó más a otros jugadores sumar para la causa. Pero acabaron haciéndolo en una segunda parte extraordinaria en la que, con el viento a favor, también Rudy Fernández, Navarro, Willy Hernangómez, casi todos, acabaron sumando y disfrutando en un partido ya decidido en el tercer cuarto y en el que no paró de crecer la ventaja de España, que acabó con un impresionante 16 de 32 en triples.
Calderón se añadió al festival y ya no quedó apenas el menor indicio de tensión competitiva durante el último cuarto y medio. Los lituanos, resignados, no forzaron la máquina. No se jugaban nada, una vez condenados a la derrota. Scariolo aprovechó para dar descanso a los hombres que previsiblemente debe preservar para batallas posteriores. Empezando, claro, por Pau Gasol, al que definitivamente relevó un Willy Hernangómez que se rehízo tras algunos errores de la primera parte.
Hasta el público se animó a celebrar por momentos con la ola el vibrante juego de España. La derrota hubiera dejado colgando de un hilo la clasificación de España para los cuartos de final. La victoria no se los asegura, pero le puede permitir finalizar la fase de grupos incluso en la segunda plaza, siempre que el lunes cierre la fase con una victoria frente a Argentina y dependiendo de la ensalada de números y probabilidades que todavía restan. El equipo de Scola, Nocioni y Ginóbili lidera el grupo tras imponerse por 107-111 a Brasil en un espectacular partido con dos prórrogas.
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