Las ganas de Morata
El delantero español acorta sus vacaciones para empezar a trabajar con Zidane
Álvaro Morata se entrenó ayer por primera vez con el Real Madrid. El delantero español de 23, al que el club recompró este verano por 30 millones, tenía vacaciones hasta el día 24 de julio. Decidió regresar antes de tiempo (igual que Lucas Vázquez y Kovacic, que apenas jugó en la Eurocopa) para ponerse a las órdenes de Zidane. Viajó el miércoles a Monreal y ayer recibió la bienvenida de sus compañeros. “Tiene ganas de lucha”, dicen desde su entorno. En el club confirman que Morata quería empezar a prepararse para el año que le espera. Sobre todo, a corto plazo.
La baja de Cristiano Ronaldo —el portugués sufrió un esguince del ligamento lateral interno de la rodilla izquierda en la final de la Eurocopa— abre un hueco en el once. A Cristiano, entre las vacaciones, la recuperación y la puesta a punto, no se le espera antes de septiembre y el Madrid tiene la primera cita importante el 9 de agosto en la final de la Supercopa de Europa contra el Sevilla. Zidane quiere que Morata esté en perfectas condiciones para el primer título de la temporada. El delantero, acostumbrado a las exigencias físicas del calcio, es de los que más se ha alegrado por el fichaje del preparador italiano Antonio Pintus.
“Álvaro siempre ha sido un gran jugador, antes era jovencito, ahora tiene mucha experiencia y nos va a ayudar mucho”, comentó ayer Marcelo. Hace dos veranos Morata decidió dejar la que había sido su casa y buscar fortuna en el calcio. Estaba convencido de que en el Madrid no podía pelear en igualdad de condiciones con Benzema, Cristiano Ronaldo y Bale y decidió emigrar. Muchos consideraron su decisión una apuesta arriesgada. Pero le funcionó.
“Italia es la universidad del fútbol. Si uno quiere hacerse grande tiene que pasar por aquí”, resumía él. En la Juve, aparte de ganar dos Ligas y dos Copas, marcar 27 goles y dar 19 asistencias, tuvo una gran progresión (a Llorente, por ejemplo, le costó mucho más adaptarse). Massimiliano Allegri se quedaba a solas con él después de cada entrenamiento para que se empapara de conceptos tácticos y se aprendiera de memoria los movimientos. Ganó músculo, fuerza física, aprendió a meter el cuerpo y a defender el balón y a moverse por todo el campo.
“Para un extranjero, y más para un español, no es fácil asimilar los ritmos de trabajo del calcio. Álvaro, después de algunos meses de adaptación, lo ha conseguido y ha empezado a enseñar su talento. Para nosotros es un jugador muy importante”, le solía piropear Pirlo.
Dos años después de ese aprendizaje, el Madrid decidió rescatar a Morata y Zidane ya ha anunciado que no le dejará marcharse. “Álvaro va a ser uno más, es un jugador de la casa, sabe lo que es el Madrid y estoy contento de verle de nuevo con nosotros”, dijo el técnico que a su llegada en enero anunció que de estar bien los tres de arriba, la BBC jugaría siempre. ¿Van a cambiar las cosas ahora?, le preguntaron el lunes. “Veremos más adelante porque vamos a tener una plantilla amplia y todos van a ser importantes”, contestó.
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