Alemania se mide a la historia
El equipo germano nunca ha vencido a Italia en un duelo oficial de un gran torneo
No hay una selección más segura de sí misma que la alemana, hasta el punto de que roza la petulancia. “No les tenemos ningún temor. Para mí las derrotas pasadas son un café frío y yo prefiero un espresso recién hecho”, resolvió con vanidad el técnico Joachim Löw cuando le cuestionaron sobre el duelo de esta noche ante Italia (21.00 horas) en los cuartos de final de la Eurocopa. Pero no le vendría mal un poco de precaución a Alemania, que jamás en su historia ha podido batir a Italia en un duelo oficial, acaso cuatro empates en los ocho enfrentamientos que suman. Cinco partidos de ellos fueron en fases finales de un gran torneo.
Mundial 70. Semifinal (4-3). Gianni Rivera se daba de cabezazos contra el poste. “Lo ofendí a muerte, le dije de todo porque estaba realmente enfadado”, cuenta el portero Enrico Albertosi; “le avisé de que si se ponía en el primer palo, el balón no debía pasar por en medio. ¡Y por ahí pasó! Era el 3 a 3, pero va el tío, se gira y me dice: 'Ahora solo puedo hacer un gol”. Y cumplió Rivera porque un minuto más tarde, antes de que acabara la prórroga, resolvió un encuentro que es considerado como el partido del siglo [con permiso del triunfo de Hungría sobre Inglaterra en Wembley, en 1953].
“En los primeros 90 minutos ellos atacaron y nosotros jugamos a la italiana”, explica el delantero Roberto Bonisegna, que marcó un gol al inicio del partido; “pero en la prórroga hicimos cinco goles y eso no se ve cada día”. Una apoteosis a la que le daría trazas homéricas Beckenbauer, que jugó con cabestrillo por no quedar cambios. “Corría, pero ya veíamos que había ciertos movimientos que no podía hacer”, revela Bonisegna. “Aunque todos estábamos muertos de cansancio”, interviene el medio Mazzola; “solo la voluntad de ganar hizo que nos reactiváramos tras el 3 a 3 porque hasta nos costaba llegar al medio del campo para sacar”. Y remata Albertosi: “Mostramos un espíritu de reacción y orgullo espléndido. Nos dieron por acabados y se equivocaron”.
Mundial 78. Segunda Fase (0-0). El segundo encuentro de una fase final se dio en el estadio Monumental de Buenos Aires. “Ellos tenían más técnica que nosotros. Pero Italia era un equipo compacto y rápido. Se podría decir que era el clásico partido entre nosotros”, resuelve el lateral Antonio Cabrini. Interviene el meta Dino Zoff: “Bueno, nosotros también imponíamos porque veníamos de ganar a Argentina —campeona a la postre—. Confiábamos en nuestra fuerza”.
Pero no llegaron los goles; “aunque en esa ocasión nos merecimos más”. Más que nada porque Maier atajaba todo. “Y a nosotros nos bastaba con tapar a Rummenigge. Era muy bueno, pero sin el balón en los pies no hacía daño”, se suma Cabrini. Y así quedaron, empate a nada. Un resultado que les negó a ambos la posibilidad de disputar la final, puesto que Holanda quedó primera del grupo.
Mundial 82. Final. (1-3). “Volvemos a casa”, tituló la Gazzetta tras la primera fase, cuando Italia empató los tres primeros choques. Pero cogió color y forma la selección y ya nadie los paró. Ni siquiera Alemania en la final. “No hubo ni partido. Teníamos un equipo brillante, rápido en las transiciones, y les pusimos en muchas dificultades”, expone Zoff. “Estábamos convencidos de ser fuertes para ganar a cualquiera. Era nuestro momento”, añade Cabrini.
Y eso que la final no empezó de la mejor de las maneras porque a Cabrini se le atragantó un penalti. “Igual si lo meto, perdemos”, bromea; “en serio, no le di ni una sola vuelta. Solo pensaba en ganar y no podía perder el tiempo en lamentos”. Interviene Zoff: “Sabíamos que nos reharíamos. Ellos tenían un gran equipo, pero nosotros veníamos de vencer a Argentina y Brasil, que se suponía que eran los mejores”. Y la campeona, por más que le pese a Alemania, fue la Italia del pichichi Paolo Rossi.
Mundial 2006. Semifinal (0-2). Italia, que durante el torneo se definió como un equipo tosco basado en el ejercicio defensivo, jugó a cara descubierta la semifinal ante Alemania en Dortmund. “Ellos eran muy fuertes y entendimos que no podíamos defendernos solamente”, recuerda Marco Amelia, portero suplente de esa Italia y que esta temporada estaba en el Chelsea; “y nos salió muy bien”.
Aunque se alcanzó la prórroga sin goles. Y ahí es donde apareció Italia. “La diferencia se debía definir por una jugada. Y Pirlo se inventó un pase milagroso para que Grosso marcara y rompiera el partido”, explica Amelia. El tanto se sumaba al palo de Gilardino y al larguero de Zambrotta. “Y con ellos volcados al ataque en busca del empate, Del Piero hizo el gol definitivo. Ese triunfo valió doble porque ellos jugaban en casa, nunca habían perdido en Dortmund y apenas había tifosi en el estadio porque los alemanes se quedaron las entradas”, ahonda Amelia.
Eurocopa 2012. Semifinal (1-2). Mario Balotelli marcó dos goles antes de dar carpetazo al primer tiempo y se sacó la camiseta para hacer el cruasán con los brazos y enseñar tableta. La imagen, aún dantesca, resumía el partido: Italia tenía más músculo y fuerza que Alemania.
“Ellos eran favoritos porque llegábamos cansados debido a un calendario exigente de kilómetros y rivales, además de que se suponía que estábamos en pleno cambio generacional”, rememora Gabriele Pin, ayudante del seleccionador Cesare Prandelli; “no estaba equilibrado”. Pero Italia dijo la suya. “Se sorprendieron porque no esperaban un rival tan fuerte. Jugábamos por el suelo, presionábamos arriba, defendíamos bien y atacábamos veloces. Los jugadores entendían que era nuestra final y dieron más del ciento por ciento”. Y concluye: “La clave fue Pirlo, que hizo un partido extraordinario. Y de ello se aprovechó Balotelli, que quizá disfrutó del mejor partido de su carrera”.
Eurocopa 2016. Cuartos de final. Alemania e Italia han madurado durante el torneo para coger su mejor nivel. “Es un partido muy abierto. Ellos son muy fuertes, pero nosotros somos compactos y tenemos determinación”, expone Mazzola. “No quisiera que pasase lo mismo que con España, que nunca les ganábamos y…”, señala Bonisegna. “No tenemos estrellas, pero sí un espíritu combativo y colectivo que no había visto nunca. Suplen todo con velocidad y voluntad”, amplía Albertosi. “La tradición dice que ganaremos, pero está claro que será un duelo muy peleado”, abunda Cabrini. “Quizá Alemania está más hecha, pero nosotros diremos la nuestra”, añade Zoff. “Ellos no han recibido un gol y han ido sacando resultados fácil. Pero nosotros tenemos defensa y la organización táctica de Conte”, reflexiona Amelia. Remata Pin: “Estamos muy bien físicamente y más frescos gracias al tercer partido, donde Conte pudo hacer cambios. Y ganar a España nos ha dado mucha confianza”. Hoy Alemania se medirá contra Italia y la historia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.