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Eurocopa 2016
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

‘Partita del secolo’

Este sábado hay un Italia-Alemania. Si yo fuese usted, u otro cualquiera, incluso si yo fuese sólo yo, me haría a la idea de que ya es la final

Juan Tallón
Pellè celebra su gol a España.
Pellè celebra su gol a España.JuanJo Martín (EFE)

Este sábado hay un Italia-Alemania. Si yo fuese usted, u otro cualquiera, incluso si yo fuese sólo yo, me haría a la idea de que ya es la final, y cancelaría todos los planes para verla. Estamos aún en cuartos, sí, pero la vida es así; muchas veces las cosas importantes ocurren antes de tiempo, de improviso, cuando nadie está preparado para recibirla. Recuerdo cómo Manuel Fraga a veces llegaba a las inauguraciones media hora antes y cortaba la cinta en solitario, sin las autoridades locales, que aún se estaban vistiendo. Una mañana se presentó en Boiro y firmó en el libro de oro, y después inauguró el depósito de residuos de una cantera, un área de ocio, un punto limpio, el muelle, la lonja, el instituto, una piscina y el polideportivo. Todo en media mañana. Una parte de los invitados llegó tarde a todo. Inaugurar así, con elegancia y velocidad, al primer toque, casi equivalía a fútbol. Sólo ha vuelto a hacer parecido, en un capítulo de Los Simpson, el alcalde de Springfield, que sin bajarse del coche decía “con orgullo inauguro esta escuela, estadio deportivo o atracción”, y arrancaba.

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La fase inicial de la Eurocopa trastocó muchos designios, y de pronto, lo bonito ya no podía quedar para el final. Cayó en el medio, incluso casi al principio. No estemos tristes. El efecto de que algunos planes saliesen mal, como la eliminación de España, es que ahora tenemos un Italia-Alemania. El fútbol es una actividad tan extraña que en ciertas ocasiones las tristezas nos dan una alegría. Hablamos de un partido ancestral, que al acabar se deposita en la memoria de la gente y no se marchita. Son como milagros hechos a mano.

México 70 fue quizá el momento más incandescente, aunque después vinieron España 82 y Alemania 06. La historia es conocida. Algunos no habíamos nacido, pero la vivimos igual, porque ese mundial todavía no ha acabado. Alemania e Italia se jugaban el pase a la final, y los azzurra tomaron ventaja con un gol de Boninsegna en el minuto 8. Dominaron el partido, y en el minuto 90 marcó Karl-Heinz Schnellinger. La prórroga empezó a arder y se desató la locura. Gerd Müller anotó el 2-1 en el minuto 94. En el 98, Burgnich igualó el marcador, y Luigi Riva en el 104 colocó a los italianos 2-3. Pero la locura no tenía remedio, y en el minuto 110 de nuevo empató Müller. En el 111, Gianni Rivera anotó el 3-4. Lo que sucedió días después, con Pelé, Jairzinho, Tostão o Rivellino destrozando a los italianos, sólo fue la final. En cambio, el Alemania-Italia se conoce como “la partita del secolo”.

Las grandes competiciones siempre se reservan instantes vagamente secretos, que son en realidad en los que se ganan los títulos. No basta con imponerse en la final. Antes de llegar a ese momento, hay una intervención discreta y heroica, como el gol de Carles Puyol en Sudáfrica. Permanezca atento, el último partido de la Eurocopa podría jugarse este sábado bajo seudónimo de “cuartos de final”.

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