España, las cuentas y el gol

En esta Eurocopa de partidos agónicos hasta la última milésima, España se mide hoy (Telecinco, 21.00) a la siempre imprevisible Turquía. Lo único que suele ser fijo en la selección turca es la foto del banquillo, con Fatih Terim al frente. A sus 62 años, en tres etapas diferentes, ya acumula 117 partidos como seleccionador. Turquía es como Terim, va y viene, nunca se sabe. Derrotada por Modric en su estreno, la selección otomana encara ahora al campeón y lo hace con su estrella en el disparadero. No han sido pocas las críticas a Arda, que pese a su decepcionante curso con el Barcelona dijo ayer “no tener nada que demostrar a estas alturas”.

La Roja llega al asalto tras sus buenas vibraciones ante la República Checa, cuando demostró que su equipaje sigue siendo el buen trato con la pelota. Pero a nadie se le escapa dentro del grupo que el equipo pasó demasiadas angustias por su escasa efectividad ante el gol, solo sellado por un cabezazo de Piqué cuando el partido se cerraba. El gol, también negado incluso ante la irrelevante Georgia, es la gran asignatura pendiente de España, por más que se recuerde que hizo cumbre Mundial con solo ocho tantos en siete encuentros, cinco de ellos de Villa. Ese Guaje busca ahora el conjunto de Vicente del Bosque, finiquitado como parece el falso ariete en beneficio de delanteros puros como Morata y Aduriz. Para su suministro, el seleccionador ha introducido variantes como ampliar el cupo de extremos que ensanchen el campo y tengan a los puntas como diana. Es el caso de Nolito, Pedro y Lucas Vázquez. Ahora se trata de que las piezas encajen y que, de alguna manera, el gol sea hijo del juego. España produce más fútbol que goles marca, lo que le puede llevar a un inquietante tránsito por el alambre en torneos como este.

Del Bosque no dio pistas sobre si habrá relevos en la alineación. Tan solo expresó su confianza en el grupo: “Tengo mucha seguridad con los 23 y estoy convencido de que si hubiera cambios no disminuiría el potencial”. El técnico y sus auxiliares tendrán que afinar mucho de acuerdo con los datos físicos de la plantilla, repleta de jugadores que han tenido una temporada extenuante. Por ahora, los parámetros que manejan los especialistas de la Roja reflejan el buen nivel físico del grupo. Aun así, en un evento tan exigente, con duelos cada cuatro días, habrá que regular.

La compañía de Busquets

Al margen de lo físico, quizá la posición que está más por definir sea la del auxiliar de Sergio Busquets. Del Bosque ha probado con Cesc, pero al jugador del Chelsea no se le ha visto fino en su doble faceta de armador del juego y llegador. Thiago no ha terminado de cuajar y Koke está acostumbrado a sudar en un medio campo con más cemento, más fortalecido y compacto.

Del Bosque prefirió no dar mayor importancia a las posibles rotaciones y se remitió al entrenamiento nocturno que tenía ayer la selección en la lluviosa y desapacible Niza. Al entrenador le interesó mucho más rebajar la euforia tras el estreno con los checos. Amigo íntimo del equilibrio y las templanzas, el míster apuntó: “He oído y leído muchas cosas sobre que si De Gea, que si Iniesta... Los resultados marcan las opiniones, creo que es así, y conviene estar tranquilos”. Al ser preguntado por la ausencia de Iniesta en una alineación ideal de las primeras jornadas tejida por una empresa que mide el rendimiento, Del Bosque fue concluyente. “Ni un Balón de Oro vale tanto como la estima de tus propios compañeros, y Andrés la tiene”.

El reto con los turcos no solo tendrá un valor de presente. Dadas las ecuaciones del campeonato, todo apunta a que un primer puesto de grupo despejaría mejor el camino para la Roja. En el fútbol no convienen las cábalas, pero el peaje previsto en caso de liderar el grupo es un cruce de octavos con un tercero de otro grupo. Y por ese lado del cuadro, si es que al fútbol le da esta vez por la lógica, sería muy probable que España evitara a Francia, Alemania e Italia, tres huesos, hasta una hipotética final. Primero ganar, fortalecer la idea y flirtear mejor con el gol. Pero de inmediato se harán las cuentas. Será inevitable.