Barça y Madrid se la juegan en otra ráfaga de clásicos

La hegemonía del baloncesto vuelve a ser cosa del Real Madrid y del Barcelona. Abren este miércoles en el Palau Blaugrana (20.30, Tdp y C+ Deportes) su quinta final consecutiva de Liga y no se les escapa ningún título en suelo español desde que el Baskonia ganó el campeonato liguero en 2010. El desenlace de la final, al mejor de cinco partidos, marcará el signo de la temporada para ambos equipos. Los dos se vieron apeados de la Euroliga en los cuartos de final, el Barcelona ganó la Supercopa y el Real Madrid, la Copa. Son dos trofeos que no sacian sus ambiciones ni recompensan suficientemente su potencial.

Xavi Pascual y Pablo Laso enfatizan la dificultad y el mérito de haber llegado a la final. Y ambos relativizan el factor cancha, que el Barcelona tendrá a favor —los dos primeros partidos son en el Palau y el quinto, si fuera necesario, también— gracias a la diferencia de puntos a favor y en contra en sus duelos particulares después de haber acumulado el mismo número de victorias (29) y derrotas (5) en la fase regular.

Para dominar a tu rival en el baloncesto se necesitan hacer muchísimas más cosas bien que en el fútbol Pablo Laso

“Intentaremos aprovechar la ventaja de campo, que no es decisiva, pero que intentaremos hacer valer”, enfatiza el entrenador azulgrana, consciente de que esta temporada ambos equipos ganaron a domicilio en la Liga, el Barcelona en Madrid (84-91) y el Madrid en Barcelona (86-91), mientras que en la Euroliga el Barcelona se anotó las dos victorias: 86-87 en el Palacio de la Comunidad y 72-65 en el Palau Blaugrana.

Los factores que pueden decidir la final son múltiples. Laso expone un ejemplo muy gráfico aludiendo a la Eurocopa de fútbol: “Si fuera baloncesto, España le hubiera metido un 6-0 a la República Checa por cómo dominó el partido. Pero, para dominar a tu rival en el baloncesto se necesitan hacer muchísimas más cosas bien, porque cada 24 segundos el balón es para el otro”. Pascual añadió un aspecto singular a los aspectos que debe controlar un equipo para ganar una final: “Rebote, pérdidas y, cuando estás solo, meterla. Eso es lo básico, además de un conjunto de cuestiones tácticas”. Abrines subrayó dos trabajos: “Minimizar los errores en defensa para bajar cinco o diez puntos la anotación del rival y en ataque, hacer algunas pillerías para sorprenderlo”.

Ambos equipos llegan a la final tras superar por 3-1 a sus rivales en las semifinales. Sus derrotas se produjeron después de dos acciones de final de partido: la del Madrid en Valencia, con un triple de Vives a dos segundos para el final de la prórroga, y la del Barcelona en Vitoria, tras una canasta en el último instante de Bourousis que forzó una prórroga. “He tenido la de Doellman, la de Vives, la de Bertans, pero también tuve una de Sergi buena en Valencia. Es parte del baloncesto, pero es un gran mérito llegar a poder disputar ese último balón. Si haces mal las cosas no llegas ni a ese balón”, defiende Laso. “Esas canastas son parte del baloncesto y lo hacen más atractivo. Nuestro mérito fue rehacernos mentalmente para ganar 48 horas después”, subraya Pascual.