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Un relevo delicado

Exguardametas de la selección como Molina y Cañizares reviven los grandes cambios en la portería

Ladislao J. Moñino
David de Gea e Iker Casillas.
David de Gea e Iker Casillas.David Ramos (Getty)

Hasta que se desveló la investigación en la que una testigo protegida señala a David de Gea como presunto organizador y financiador de un encuentro sexual con dos chicas que fueron agredidas y amenazadas y en el que habrían intervenido Iker Muniain y otro futbolista, Vicente del Bosque tenía previsto culminar la transición dulce como él denominó al relevo de Iker Casillas. Ahora, ya no está tan claro. El seleccionador debe medir cómo el guardameta del Manchester United ha digerido el escándalo que le salpica desde el viernes.

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El relevo, si es que finalmente se da, está plagado de matices que van más allá de lo que siempre conlleva un cambio en una posición tan delicada y de tanto riesgo. Se trata de sentar en el banquillo a un mito, al portero del ciclo más glorioso de la historia de la selección. Un Mundial, dos Eurocopas y un sinfín de paradas decisivas para esas conquistas llevaron al seleccionador a introducir a De Gea poco a poco. Primero en algunos amistosos y después con partidos oficiales. En el de Ucrania, correspondiente a la fase de clasificación para la Eurocopa, De Gea dio el golpe que necesitaba para preparar el asalto a una titularidad con una memorable exhibición de colocación, reflejos y agilidad por arriba y por abajo, que ya le concedió Del Bosque en marzo en Italia. En este amistoso, de más altura que el disputado días más tarde en Rumania y en que el elegido fue Casillas, el técnico emitió una primera señal de lo que se esperaba mañana en Toulouse. Desde que Casillas acudiera a la Eurocopa de 2000 como tercer portero por detrás de Molina y de Cañizares no se había presentado a un gran campeonato como suplente.

El retardo en anunciar la titularidad de uno u otro es similar al que protagonizó José Antonio Camacho en el europeo de 2000 en el que por primea vez se ausentaba otro histórico, Andoni Zubizarreta. “No lo supe hasta cuatro horas antes de jugar, que fue cuando Camacho dio la alineación”, rememora Molina, que fue el elegido para debutar contra Noruega en aquel europeo celebrado en Holanda. “No tuve demasiado tiempo para pensar. Intenté concentrarme”, prosigue. Un error suyo supuso la derrota ante los noruegos y Camacho decidió cambiar de portero. “Sí, llegué a pensar en abandonar la concentración. En ese momento me parecía injusto. Luego, ya más fríamente, acepté la decisión del míster porque estas situaciones hay que manejarlas como un profesional”, advierte Molina.

“El jugador, no solo el portero, tiene siempre la incertidumbre de si va a jugar. Depende de los entrenadores avisar antes. Yo creo que ellos saben quién va a jugar mañana, lo intuyen”, asegura Cañizares sobre si es conveniente o no para la tranquilidad del guardameta elegido saber con más antelación si jugará. Técnicamente, para Molina en la decisión de Del Bosque no debe influir que De Gea maneje mejor el juego con el pie que Casillas y que ello favorezca más al juego de la selección: “Con Iker lo hemos ganado todo, independientemente de su juego con el pie. Sí hay diferencia de estilos. De Gea está muy trabajado técnicamente, es ágil pese a su altura, se coloca bien, es seguro en el juego aéreo y transmite tranquilidad. Casillas también es muy bueno técnicamente. Es muy explosivo, tiene una velocidad de reacción extraordinaria y mucha experiencia”.

En el aire está si el escándalo puede afectar a De Gea en el campo. “Ha transmitido tranquilidad, que es lo más importante. Cambiar decisiones deportivas, echarlo de la concentración… sería prejuzgarlo y muy injusto. Eso ya lo ha hecho parte de la sociedad y de forma errónea. La madurez de Del Bosque hará que no influya en su decisión”, opina Cañizares.

“No es el escenario ideal, pero De Gea es un chico muy tranquilo como ya demostró cuando sucedió lo de su fichaje por el Madrid este verano. Si dice que no tiene nada que ver, no debe influir en el seleccionador”, comenta Paco Buyo, que vivió muchos años a la sombra de Arconada. El relevo de este lo llevó a cabo Miguel Muñoz tras perder España en Gales (3-0). Arconada fue el único superviviente de la debacle del Mundial 82 en la era Muñoz, pero aquella derrota en Cardiff dio paso a Zubizarreta. “Antes era todo más natural. No había tanto debate en los medios. Yo tomé el relevo de Iríbar pocos partidos antes del Mundial 78. Para mí era un maestro y aprendí muchas cosas de él, pero el tiempo pasa”, concluye el exmadridista Miguel Ángel.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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