_
_
_
_
_

Olga Doménech: “Guardo las medallas en una caja, debajo de la cama”

Entrevista con la capitana del CN Sabadell, la jugadora más laureada del waterpolo español.

Olga Doménech posa en la piscina de Can Llong.
Olga Doménech posa en la piscina de Can Llong.Cristóbal Castro

Olga Doménech (27 años) estudia criminología por la UOC y es la capitana del equipo de waterpolo del CN Sabadell con el que ha ganado todo lo que se puede ganar en una pileta: 4 Copas de Europa, 2 Supercopas de Europa, 10 Ligas , 10 Copas de la Reina 7 Supercopas de España y 7 copas de Catalunya, la señalan como la waterpolista española más laureada de la historia, selección al margen porque desde el 2009 no compite con el bañador de la selección española. En la federación la señalaron por rebelde y asume que tuvo su carácter, pero prefiere pensar que Miki Oca elige otro perfil de jugador para sus equipos, así que a a Olguita, como la conocen desde siempre en Sabadell, le ha tocado ver los éxitos del waterpolo femenino español fuera de la pileta. Su madre es auxiliar de clínica en partos y su padre enfermero en siquiatría. Dice que ha heredado de ellos ha heredado el carácter de su padre, valores sociales y la necesidad de encontrar momentos de felicidad. Bastan tres minutos y una caña para enamorarte de ella, una chica rara, que prefiere comprar música en la tienda, para que el dependiente le aconseje, y odia usar Spotify y leer en e-book, porque le gusta tocar los libros y regalarlos, dedicados, al terminarlos. Olguita se ha quitado los piercings pero sigue escuchando a Pearl Jam.

Pregunta. ¿El waterpolo le ha dado felicidad o la ha hecho sufrir?

Respuesta. Las dos cosas. La felicidad son momentos y en el waterpolo he encontrado esos momentos de inmensa felicidad. Pero también me ha hecho sufrir, como la vida. Pero si juego a waterpolo es porque me compensa.

P. Imagino que por dinero no es. ¿Cuánto cobra?

R. No llega a mil euros. Pero estoy aquí porque creo en lo que hago. De no ser asi, no jugaría a waterpolo ni por 6.000 euros al mes.

Con 12 años, nadaba, pillé una depresión y me dijeron: “Prueba con la pelotita, a ver...”  Y funcionó.

P. ¿Por qué empezó a jugar a waterpolo?

R. Empecé nadando y pillé una depresión, que me duró un año. Me dijeron: “Prueba con la pelotita a ver si te lo pasas mejor”. Tenia doce o trece años. Funcionó, descubrí un mundo. El waterpolo me ayudó a salir de aquello. Fue una época que marcó mucho mi carácter, en la que aprendí a relativizar mucho las coas y me ayudó a ver que no todo es tan importante como parece.

P. Pero usted siempre tuvo mucho carácter, o eso dicen… ¿Le ha pasado factura en el waterpolo?

R. Pues si, no te lo voy a negar. ¡Y en la vida! Pero he aprendido a callarme, creo. Si, era de las que entraba a todas, no me callaba ni una, pero he entendido que a veces va bien cerrar un poquito la boca. Ahora soy políticamente correcta, o al menos lo intento. Me cuesta, pero lo intento.

P. ¿Por ese carácter no juega en la selección?

R. No. En categorías puede que me afectara pero en el primer equipo no creo. De pequeña era más rebelde y tuve que aprender a que no siempre puedes decir lo que quieres, a pasar por el tubo cuando alguien que tiene autoridad decide por ti.

P. ¿Lo tiene asumido o sigue con la esperanza de jugar para España?

R. Lo dejo por inútil. Era un objetivo, demostrar que he cambiado que he madurado, pero ya lo doy por imposible. Ya no es un objetivo, fue frustrante, pero ya no. Yo no digo que tengo que entrar en los campeonatos, pero me ha dolido no ser ni preseleccionada desde el 2009. Aprendí a gestionarlo, porque me afectó a nivel de confianza. Venia Miki (Oca, el seleccionador) a vernos jugar y me intimidaba, me bloqueaba. Ya no, ya pasó.

He aprendido a callarme, creo.  A veces va bien cerrar un poquito la boca.  Ahora  intento ser políticamente correcta"

P. ¿Ha hablado con él?

R. No, no, claro que no. Tenemos una buena relación, a nivel personal no ha habido ningún contacto en la selección para justificar una mala relación. La ultima vez que fui estaba Jane, así que no pudo haber roce. Si nos vemos, pues bien, todo cordial. Yo estoy segura que no le gusto nada como jugadora, solo eso. Y entiendo que prefiera a otras.

P. ¿Ve los partidos?

R. Al principio no, al principio me costaba. Ahora hasta los juego, por la tele, pero los juego. Y los preparo con ellas, es inevitable: del Sabadell van ocho o nueve y antes hablamos: “vais a jugar con la rusa, tener cuidado que hace esto, amaga mucho así”, o comentamos “esa portera salta siempre aquí, busca el otro palo”… Y grito sus goles, y las animo, claro, ¡juego con ellas!. Son mis compañeras, es mi deporte… me siento muy representada por ellas. Muy bien representada.

La selección ya no es un objetivo. Fue frustrante, y me dolió, pero pasó. Me siento muy bien representada por mis compañeras"

P. ¿Se siente participe de los éxitos del waterpolo español?

R. Absolutamente. Llevo desde los doce años en una piscina así que he vivido la evolución de este deporte, desde que no nos clasificábamos para nada hasta ahora que somos medalla de plata y subcampeonas del mundo . Antes no nos conocida ni dios. Ahora vas por la calle y en Sabadell nos reconocen y es un choque. Ahora hay doscientas niñas, antes éramos tres. Yo jugaba con los niños porque no había chicas. Aprendías mucho, pero vaya… Para motivarme iba a ver a las mayores, sabía que algún día podría jugar con un equipo de chicas. Jugué con Sara Hidalgo Mercè Vallès, la Del Soto, Blanca Yubero… Recuerdo mi primer viaje con ellas, a Catania y ¡era un moco!.

P. ¿Se reconoce ahora en las jóvenes?

R. Claro, me veo haciendo cosas que yo hacía. Y ahora soy yo la que tira de ellas cuando se escaquean. Veo a Judith (Forca, 20 años) y me veo a mi cuando tenía su edad.

P. ¿Qué le ha dado el Sabadell?

R. Me ha dado la confianza. A veces cuesta ver la verdad y te entra la duda: ¿no será que soy una flipada y me creo mejor de lo que soy? Si van todas y yo no, ¿será que ellas son buenas y yo no?. Nani me ha ayudado mucho en eso.

P. ¿Lo de Nani Guiu, el entrenador, como lo explica?

R. Buf, eso no se paga con nada, con dinero ni con trofeos ni con nada. No hablo solo a nivel personal. ¿Usted se imagina un padre que aguanta a trece hijas?. Pues ponte en la piel de Nani que nos aguanta cada dia. No se cómo se ha vuelto loco. Lo dices tú y suena a machista, pero tranquilo, que ya lo digo yo que sé de qué hablo. ¿Te imaginas aguantar a trece tías compitiendo por jugar? Tiene un mérito tremendo. Porque nos llevamos bien, pero quieras o no siempre hay roces, ¡y somos muchas!

Lo de Nani tiene mérito: ¿Imaginas lo que debe ser para un padre con 13 hijas? Nos llevamos bien, pero..."

P. ¿Se siente icono del CN Sabadell?

R. Soy consciente de que represento a un club centenario, sí, claro. Y a veces me tengo que controlar, para no hacer o no decir porque pienso, “una niña del club no me puede ver hacer esto, vaya ejemplo”. Procuras tener un mínimo de comportamiento, a fin de cuentas soy la capitana del CN Sabadell, no es un club cualquiera en la ciudad y siento cierta responsabilidad. Pero es algo natural, nada impostado. Lo hago por que lo siento así.

P. En Sabadell, una ciudad políticamente activa tras muchos años de corrupción institucional, ¿usted donde encaja?

R. Nadie puede ser ajeno a que la situación social esta jodida. Lo veo en casa, mis padres han sufrido como trabajadores los recortes de la sanidad, los problemas en la educación son evidentes, los servicios básicos están en peligro. Es evidente. ¿Soluciones? Por la solidaridad de todos, suena muy bonito, pero con un mínimo de solidaridad, coherencia y lógica se arreglan muchos problemas. Lo de la sanidad es terrible y es algo que tengo muy presente: antes se trataba de ayudar al paciente a estar lo mejor posible, ahora parece que sea un hospital sea una factoría y que vayan pasando, como si fueran objetos, arreglarlos como se pueda, da igual que atención se les da, porque parece que a nadie le importe, salvo a los que están a pie del cañón.

P. ¿El waterpolo simboliza esa solidaridad?

R. Depende. En la piscina si. Fuera ya no lo tengo tan claro. Ahora tenemos mas ayudas, pero antes era por amor al arte. Vivíamos a dedicación completa y pagabas hasta la cuota de socio del club, la escuela de waterpolo. Eso ha cambiado. Pero si no hubiera sido por el pueblo del waterpolo, las que jugábamos, los que perdían su tiempo en entrenarnos gratis, sin ellos nunca hubiéramos llegado hasta aquí. Pero a nivel de presidentes de federación y cargos institucionales es lo mismo que en todos los sitios, ni solidaridad ni nada, ese es otro mundo que sospechamos, nos cuentan, pero que al final ni piensas porque vas a lo tuyo, nadas y priorizas el waterpolo.

P. De un tiempo a esta parte suele dar charlas para RBA, dicen que muy interesantes. ¿De qué habla?

R. ¡Uy, lo paso fatal! Pues de waterpolo, o sea, de valores, compañerismo, esfuerzo. Porque la gente ve los partidos, como mucho, pero la verdad es que detrás de eso está el día a día. Los partidos son un regalo. Ir a entrenador dos veces al día eso es lo que hace grande al deportista. Las horas de curro que te llevan a meterte en una final-four es lo verdaderamente importante. Eso les cuento.

P. ¿Quién es la mejor waterpolista que ha visto?

R. Maica García. Increíble. ¿La has visto tirar del perímetro?. A Maica le das la pelota y siempre pasa algo.

P.¿Dónde guarda las medallas?.

R. En una caja, debajo de la cama, en mi habitación. Para eso soy un desastre, no se ni cuantas tengo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_