Zidane se embarca con Cristiano
El técnico del Madrid da descanso a Bale, Modric, Keylor Navas y Carvajal, pero no a su goleador
La última vez que el Real Madrid enfrentó al Valencia fue la última vez que Rafa Benítez se sentó en su banquillo. Lo relevó Zinedine Zidane que hoy recibe al Valencia en el Bernabéu y cumple una vuelta de campeonato al frente del equipo. Una vuelta en la que ha recortado cuatro puntos al líder y al segundo. Si tropiezan Barcelona y Atlético, el ciclo puede convertir al técnico francés en héroe providencial ante la hinchada que se congregará después del mediodía en Chamartín (17:00 horas, Canal+ Liga) más atenta a lo que suceda en el Camp Nou y en Orriols.
El gran mérito del Madrid perseguidor que conformó Zidane ha sido resistir tanto tiempo acudiendo a cada compromiso con poco que ganar y mucho que perder. Los jugadores consultados dicen haber sufrido una gran tensión mental. Llegada la jornada 37ª, a lo sumo les quedan dos tardes para ponerse primeros o resignarse una vez más a despedirse del trofeo que no ganan desde 2012.
Las diez victorias consecutivas que acumula el Madrid en Liga hablan menos de método que de disposición de ánimo. Las decisiones estratégicas de Zidane se parecen a las de Benítez como una gota de agua a otra gota de agua. La elección de Casemiro como mediocentro; el desplazamiento de Kroos; la jerarquización de Pepe por encima de Varane; la colocación de Bale en la banda derecha; o la marginación de James, igualan a ambos entrenadores. La diferencia reside en el trato personal. Benítez no se ganó la confianza de Cristiano, y Zidane sí. El respaldo del futbolista más resolutivo del equipo ha sido decisivo en la segunda ronda del Madrid.
“Creo que Cristiano va a jugar”, dijo el técnico, cuando ayer le preguntaron por la salud del atacante, que hace dos semanas sufrió una rotura en el bíceps femoral derecho. “Yo lo veo perfecto. La mejor manera de preparar la final de Champions es pensar en los dos partidos que quedan y él, el primero. Es importante que juegue siempre”.
Complicidad
Cristiano jugará contra el Valencia porque así lo quiere Zidane y, sobre todo, porque lo reclama Cristiano. La complicidad entre el futbolista y el técnico se refleja en la estadística. En los 18 partidos de la primera ronda a las órdenes de Benítez el portugués metió 14 goles. En los 18 encuentros jugados bajo la égida de Zidane suma 17.
Nadie como Cristiano para inyectar en el Madrid ese punto de bravura imprescindible en este periodo de incertidumbres y fatigas. El portugués será la referencia de un equipo cambiante por efecto del desgaste físico. Bale, Carvajal y Keylor, que sufren pequeños problemas, serán reservados. También Modric, que se ha caído de la convocatoria este domingo. Kiko Casilla ocupará provisionalmente la portería, Benzema y Casemiro volverán a jugar después de una semana de baja, y Arbeloa, que acaba contrato en junio, tendrá minutos para despedirse de la afición después de siete años de servicio. “Esperemos que Arbeloa tenga su fiesta”, dijo Zidane.
La fiesta dependerá del éxito del partido ante el Valencia. En el vestuario hay quien señala que el Valencia de Paco Ayestarán no solo es más competitivo que el que les empató en Mestalla (2-2) bajo la dirección de Gary Neville en enero, sino más problemático incluso que el Manchester City que visitó el Bernabéu el pasado miércoles.
Noveno clasificado, el Valencia ya no puede competir por títulos ni por el acceso a las rentables posiciones de las competiciones de la UEFA. Solo le queda el miedo como acicate de una plantilla amenazada con la liquidación de fin de temporada. Salvo Cheryshev, de baja por lesión, y Feghouli, apartado por indisciplina, el Valencia llega al completo.
“Será un partido difícil”, dijo Zidane. “Tendremos que salir a dar lo máximo”.
La fórmula es rutinaria. Zidane la ha repetido tantas veces en situaciones tan dispares que cabe preguntarse por las variaciones. Puede que no las haya y que los partidos de este Madrid no sean más que una sucesión de obstáculos poco diferenciables cuyo peligro radica en su intrínseca monotonía. Así, a ciegas detrás del Atlético y el Barça, obligado a ganar y sin la garantía de una recompensa, transcurre la temporada liguera madridista y así acabará algún día, tal vez mañana, tal vez la semana próxima. Con o sin título.
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