Fútbol y eclecticismo
Guardiola señala que lo prioritario tener la pelota y Simeone demuestra que sin balón también se juega
En el encuentro del martes pasado de semifinales de Champions entre el Atlético de Madrid y el Bayern de Múnich, se dirimían dos conceptos futbolísticos: el que señala como prioritario jugar con la pelota y el que defiende un fútbol de a verlas venir con rigor, orden, esperando el hueco que permita eliminar al contrario en la única y fulminante oportunidad con la pelota en su poder. Josep Guardiola y el Cholo Simeone representan este infinito apasionante dilema.
Guardiola puso sobre el tapete del fútbol mundial un tema de discusión: el fútbol no siempre es fútbol. Guardiola consolidó el sistema (que había inventado Johan Cruyff) según el cual cuando más tiempo tengas la pelota en circulación, más disfruta la gente (la que juega y la que es espectadora) y peor se lo pasa el contrario. El fútbol es fútbol estaba bien en tiempos de pobreza estratégica al exclusivo servicio de los resultados. Si ganabas eras tú el héroe y se perdías la culpa era del fútbol. Era una solución fatalista que daba algunos resultados, más para no bajar a Segunda División que para ganar títulos. Pero Cruyff y Guardiola demostraron, casi como si se tratara de un teorema irrefutable, que cuando se tiene la pelota no solo se la quitas al contrario sino que además llenas el campo de espectáculo. Y sobre todo de sentido futbolístico.
Claro que también se podría decir lo mismo del fútbol que defiende el Cholo, el que le dio títulos y dos finales casi consecutivas de Champions. La operación aparentemente es exactamente la contraria. Pero solo aparentemente. Porque el Cholo en el partido del martes demostró lo indemostrable: que sin pelota también se juega al fútbol. Y lo que es más insólito: con su fútbol también se elimina al Bayern. Claro que para jugar sin balón tienes que contar con jugadores que sepan y les guste una barbaridad tener solo una o dos oportunidades durante noventa minutos para enviarte al infierno. Simeone es un maestro de la paciencia. Su manual cada día se perfecciona. Descarga la desesperación en el contrario solo con hacer uso y abuso de su paciencia.
Sostenía Didier Deschamps que un equipo se arma desde su defensa. Es una teoría tan respetable como otras. Tendremos que comenzar a entender que en el fútbol también cabe el eclecticismo.
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