Manchester City-Real Madrid: Veteranos contra noveles
El Madrid, con su imponente historia, mide a un advenedizo como el Manchester City, que disputa su primera semifinal. Zidane ve recuperados a Cristiano y Benzema
A dos pasos de la gran final de Milán, el Real Madrid de las diez Copas de Europa, hilo conductor del torneo desde sus orígenes, se mide a un advenedizo que a golpe de talonario desde 2008 ha llegado donde jamás estuvo en 134 años de existencia. En su crecida, el Manchester City por fin ha alcanzado una semifinal de la Champions, lo que entre sus seguidores, tantas y tantas veces a la sombra del United e incluso de tránsito por las catacumbas de divisiones de tercera, se constata como un hito. A los citizens les ha llegado la hora de certificar si definitivamente el proyecto petrolífero de los Emiratos Árabes ha logrado el cuajo deportivo. Al City se le esperaba tarde o temprano.
Así lo predecía su excelente relación de futbolistas. Estupendos jugadores, sí, como Agüero, Silva, De Bruyne y otros cuantos, pero alistados en un club sin solera europea en el que el capítulo financiero se ha amplificado más que el futbolístico. Ahora, es al equipo al que le toca mover ficha. Para todo el vestuario es un gran reto, de hecho solo Yaya Tourè sabe lo que es levantar una Orejona, la que consiguió con el Barcelona de Pep Guardiola en 2009. De poco le servirá al City, cuyo técnico, Manuel Pellegrini, confirmó ayer su baja por una lesión muscular.
Nadie en Manchester tiene a los blues como favoritos, ni crítica ni aficionados. Como es lógico, al Madrid le anticipa su leyenda. No obstante, este City no es el Wolfsburgo, tiene muchos más argumentos, al menos individuales. A ello se aferran las gentes del Etihad. La trayectoria de uno y otro remite a dos equipos en los que pesan más lo solistas que los colectivos. Ambos tienen pegada, ráfagas de avalanchas, pero también tienen tendencia a la desconexión, a las pájaras repentinas. Al City le falta sostén defensivo y el Madrid cambia de maquillaje con más frecuencia de la debida. Lo mismo se evapora en Alemania o un rato en Vallecas que se ensaña con los adversarios. Zinedine Zidane, sonriente y muy distendido ante los medios de comunicación, atribuyó esas lagunas a “faltas de concentración”.
El Manchester City y el Real Madrid son dos conjuntos a los que les gusta jugar a campo abierto, muy dispuestos para los contragolpes, con gente muy veloz por los costados como Bale y el belga De Bruyne, pero también con jugadores infiltrados en los embudos para guiar el ataque por las vías centrales, caso de Silva y Modric.
En ataque, City y Madrid dominan todas las suertes. El hecho de jugar la ida fuera del Bernabéu alerta al Madrid de la conveniencia de anotar en territorio enemigo. El formato de la Champions acentúa las opciones de aquellos que logran marcar en la ida. En los 23 partidos que ha disputado como visitante en lo que va de curso, el Madrid solo se ha quedado seco en París, Wolfsburgo, Gijón y Villarreal. Para tal meta, salvo contratiempo de última hora, Zidane se mostró totalmente convencido de poder alinear a Cristiano y Benzema: “La idea es que jueguen, se han recuperado muy bien”.
En el día en que se cumplían justo diez años del anuncio de su retirada como futbolista, Zidane, no lejos de hacer también cumbre en la Copa de Europa como entrenador, sostuvo haber tomado buena nota de lo sucedido en la ida de los cuartos en Alemania. “En Wolfsburgo lo pasamos mal, y a gente como Modric y Kroos les queremos para que hagan cosas arriba, pero también para que defiendan en partidos complicados. En Manchester también vamos a sufrir, pero creo que ahora llegamos en un muy buen momento y veo al equipo con la cara de campeones de 2014”.
Más cauto, Manuel Pellegrini, apeló a la necesidad de que su equipo “controle las emociones”, en referencia a las dos eliminatorias recientes que jugó frente al Barça en inferioridad por expulsiones. “Necesitamos el corazón caliente y la mente fría”, afirmó el chileno. Ardua tarea la suya en el diván. Sabe de su caducidad en el City desde hace meses y el club que está a punto de abandonar ya está en Europa donde jamás estuvo. Para el Madrid es costumbre. Veteranos contra noveles.
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