Esnáider y el Getafe miden la candidatura del Real Madrid

Cuando un adolescente Juan Eduardo Esnáider llegó al Real Madrid en abril 1991 las crónicas ya hablaban de un chico feroz que no temía a nada, del mal genio que ya demostraba un joven con apenas un puñado de partidos en la liga argentina. En toda su carrera como jugador, el hoy entrenador del Getafe siempre demostró un carácter volcánico. La fiereza bien encauzada de su nuevo técnico es algo que necesita el equipo del sur de Madrid para salir del embrollo en el que se ha metido tras la racha catástrófica de sus últimos 12 partidos: dos puntos de 36 posibles que le han metido en los puestos de descenso.

Justo 25 años después de su aterrizaje en España, Esnáider debuta como técnico jefe en un banquillo de Primera, y enfrente estará su origen, el Real Madrid. Hace tan solo siete días el equipo blanco hubiese llegado al Coliseum descolgado de la Liga y afrontaría el duelo como un trámite. Pero ahora los inesperados pinchazos del Barça han dado vida a los de Zidane. “No me gusta nada el partido de Getafe”, avisó ayer el técnico madridista, que no quiere desaprovechar la oportunidad de dormir a un punto del Barça y por encima del Atlético.

La palabra final se repite al norte y sur de Madrid. “Vienen muy motivados porque tienen la opción de la Liga”, asume Esnáider, “pero nosotros también tenemos seis finales”. El argentino se reencontrará hoy con su pasado, con un club en el que no pudo triunfar en las dos etapas en las que estuvo, y también lo hará con Zidane, excompañero en la Juventus y que en su momento quiso apostar por él para que entrase en el organigrama técnico de la cantera madridista.

La carrera de Esnáider en los banquillos es aún corta: una temporada en el filial del Zaragoza y unos partidos en Segunda con el Córdoba, al margen de su periplo como ayudante de Míchel en el Getafe de 2009 a 2011. “La experiencia no es tan importante en momentos así, él puede transmitir carácter”, apunta Andoni Cedrún, que fue capitán de aquel glorioso Zaragoza de mediados de los noventa y en el que Esnáider ejercía de delantero. “Juanito no debe desaprovechar esta oportunidad, además, la vida le debe una”, comenta Cedrún en referencia a la desgracia que vivió el argentino en 2012 cuando perdió a un hijo.

Jugador de carácter

Ese carácter indomable acompañó toda su carrera al nuevo técnico del Getafe. Recordada es la bronca que tuvo con Radomir Antic cuando el entrenador serbio le sustituyó en un Atlético-Ajax de Champions en 1997 tras fallar un penalti. “Si un jugador suyo le hiciese eso, seguramente pensaría: ‘Si yo era igual’ y le perdonaría”, comenta Cedrún, que conoce bien la explosividad de Esnáider: “En los entrenamientos era igual, se picaba y buscaba a alguien para retarlo. Pero es un pedazo de pan, luego pedía perdón”.

Cedrún repite varias veces la palabra “carácter”, algo que se ha echado en falta en los últimos partidos del Getafe. Hasta el presidente Ángel Torres reconoció en El Larguero que los jugadores “agachaban la cabeza” cuando las cosas se torcían. “Hemos trabajado lo anímico y hay que cambiar la mentalidad”, dijo Esnáider, que es consciente de la dificultad del partido: “Es probable que incluso haciéndolo bien ellos sean superiores”. La oportunidad para el Getafe está en pescar algo contra un equipo que llega con el desgaste de una remontada pos-Champions, pero con la necesidad de certificar su candidatura liguera recientemente recuperada.