Carvajal, el héroe anónimo del Madrid
El lateral derecho generó el único gol de jugada elaborada del Madrid ante el Wolfsburgo, y frenó a Draxler, el mejor rival. "Ha estado enorme", admitió Zidane
La derrota del Madrid en Wolfsburgo registró un incidente que provocó la hilaridad general en el Volkswagen Arena. En el minuto 82 un espontáneo invadió el campo y estuvo driblando guardias de seguridad hasta que Marcelo le pidió que por favor se marchase. La televisión enfocó al banquillo visitante y el plano descubrió a los muchachos riéndose. Iban perdiendo 2-0 pero los suplentes y algún auxiliar del Madrid no pudieron abstraerse del jolgorio. El único que permaneció absorto, con la mirada perdida, fue Dani Carvajal. A sus 24 años, este joven barbudo de Leganés concentra los sentimientos graves que han caracterizado a muchos canteranos madridistas. El desastre de Wolfsburgo le afectó más que no jugar ni un minuto.
El único cambio de Zinedine Zidane entre la derrota de la ida y el triunfo del Bernabéu de este martes (3-0) fue la introducción de Dani Carvajal por Danilo en la alineación. El técnico ni siquiera modificó el discurso. Antes del partido de vuelta impartió las mismas indicaciones que en el descanso de Alemania, cuando ya habían recibido los dos goles. Pidió paciencia, dijo a sus jugadores que no debían precipitarse ni descuidar las posiciones en el mediocampo. Añadió que si tenían el balón las ocasiones llegarían por decantación.
El Madrid tuvo paciencia durante 14 minutos. Hasta que Vieirinha sacó de banda hacia Arnold y el centrocampista, en un intento de cambio de orientación, se quedó corto en el pase a Draxler. Cortando el círculo central como un tigre que persigue una liebre apareció Carvajal para cazar la pelota, sorprender a la defensa rival a media salida, y meter el centro entre los centrales y el portero. Cristiano lo interceptó para meter el 1-0 y cambiar mucho más que una eliminatoria. Cambió el destino. Corrigió la historia de un club que, si perdía la Champions ante el noveno clasificado de la Bundesliga, se abocaría a la crisis deportiva e institucional.
El Madrid no generó más ocasiones claras de gol. Dos cabezazos de Ramos a la salida de sendos córners; un cabezazo de Cristiano a la salida de otro saque de esquina; una falta directa de Cristiano; y la jugada que se inventó Carvajal, de nuevo decisivo en el ataque, como lo fue en el último clásico del Camp Nou, en donde inició el contragolpe del gol de la victoria (1-2), también anotado por Cristiano.
Alguien le preguntó a Zidane al cabo de la jornada si por fin Carvajal se había ganado el derecho a jugar los partidos importantes. Sorprendentemente, el entrenador del Madrid pareció molestarse. “¡Vaya pregunta!”, exclamó, “¡Vaya pregunta! Hoy ha jugado Carvajal y estoy muy contento con lo que ha hecho. Pero nosotros somos un equipo. Siempre tengo que tomar decisiones y estamos todos concentrados y metidos. En el partido contra el Eibar los que no juegan habitualmente lo hicieron muy bien. Siempre haremos rotaciones porque esto es un grupo y vamos a ganar todos juntos. Pero es verdad que Carvajal ha sido enorme hoy”.
Igual que su antecesor, Rafa Benítez, Zidane ha comprobado que Carvajal rendía al tiempo que le daba la titularidad a Danilo a la mínima ocasión de situarle en un buen escenario. La estrategia deportiva del club lo señala así y los técnicos lo respetan. Carvajal es un chico de la cantera que fue cedido al Bayer Leverkusen en 2012 y repescado en 2013 después de que el diario Bild le eligiera como el lateral derecho del 11 ideal de la Bundesliga. Pagar por su regreso costó seis millones de euros. Muy poco, comparado con el fichaje de Danilo da Silva al Oporto, que costó 30 millones hace un año. La operación no está amortizada. Pero son numerosos los empleados, técnicos y jugadores en Valdebebas que afirman que el español es, sin duda, mejor futbolista.
Las estadísticas revelan algunas diferencias. En la ida, Danilo robó tres balones; en la vuelta Carvajal robó seis. En la ida, Danilo perdió 11 balones; en la vuelta Carvajal perdió siete. En la ida, Danilo no cometió ni una sola falta a los atacantes rivales; mientras que Carvajal paró cuatro avances del Wolfsburgo con faltas. El brasileño participó en 69 acciones en la ida; y el español intervino en 91 a la vuelta, incluyendo dos regates. Danilo no regateó a nadie en Wolfsburgo. Tampoco frenó a Julian Draxler, el mediapunta que provocó los dos goles de la ida, desquiciado frente a Carvajal en la vuelta, y finalmente sustituido antes del descanso.
Maximilian Arnold abandonó el Bernabéu a lágrima viva. Este joven de la cantera de Wolfsburgo regresó a Alemania después de pedir perdón por el error que desencadenó la eliminación de su equipo. Junto a él, entre las cámaras y los focos, por el pasillo que conducía a la salida del estadio, pasó Dani Carvajal. Se fue sin decir nada. Grave como un enterrador.
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