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Benítez, atrapado en el barro

El técnico suma un punto de 12 posibles tras caer en Southampton y continúa penúltimo en la Premier a seis puntos de la salvación

Benítez durante el Southampton-Newcastile.
Benítez durante el Southampton-Newcastile. Christopher Lee (Getty )
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Puestos a rescatar alicientes que reactivasen a su equipo, en Newcastle encontraron esta semana uno que parecía alentador: hace un año el Leicester tenía los mismos puntos (25) tras jugar las mismas jornadas (31) que el grupo que prepara Rafael Benítez. "Si ellos lo hicieron, nosotros también podemos", clamó el preparador madrileño antes de visitar al Southampton. Pero la realidad es tozuda y no todas las hadas escriben cuentos. Una severa derrota ante el rival entrenado por Ronald Koeman (3-1) y un catálogo de pésimas sensaciones no invitan a pensar en nuevos milagros por más que el Norwich, el equipo que cierra los puestos de salvación, cayese ante el Crystal Palace, que no ganaba desde diciembre, y marque una distancia de seis puntos con seis partidos por jugar para los de Benítez. El Newcastle, que ha caído en su 10 últimas citas lejos de su estadio, abordará ahora dos consecutivas como local, la primera el día 16 contra el Swansea y la siguiente tres días después para recuperar un duelo aplazado contra el City.

"No pierdo el tiempo en mirar la tabla o en matemáticas. Tenemos que centrarnos en nuestro trabajo si queremos hacer un Leicester", recomendaba Benítez horas antes de acudir a Southampton. El actual líder de la Premier, en esa misma tesitura de 25 puntos y siete partidos por delante, ganó cinco, empató uno y solo cedió ante el Chelsea, que iba lanzado para ser campeón. Y a partir de ahí comenzó a escribir una historia imposible de leer con las gafas que tiene a día de hoy el Newcastle. "Hicimos una primera parte terrible", concedió Benítez tras la nueva derrota. Su equipo ya estaba en desventaja a los tres minutos y fue incapaz de tirar a puerta hasta que había pasado una hora e iba tres goles abajo. "Estoy molesto y decepcionado. Tengo que cambiar muchas cosas de cara al próximo partido", concluyó.

Benítez trató de reactivar su carrera hace un mes con una apuesta que no parecía mala. Todos los grandes europeos enfocaban hacia otras opciones técnicas para la próxima temporada, y la alternativa de la selección española parecía complicada de sostener tras su reciente salida del Real Madrid. En ese escenario recibió la llamada de un equipo de gran potencial económico, que juega en el cuarto estadio con más aforo de la competición inglesa y dispone del soporte de una fiel afición. En puesto de descenso, pero a tres puntos de salir de ellos y con un partido aplazado, el Newcastle no resultaba mal plan porque el calendario le exigía un partido recién aterrizado en casa del líder Leicester, pero le emparejaba de inmediato con Sunderland y Norwich, dos rivales directos. Pasados cuatro partidos el equipo apenas ha podido sumar un punto y ni siquiera logró estar en ventaja un solo minuto. A remolque, sin recursos para sacar la pelota desde atrás ni dominio del fútbol directo, con una defensa acostada en su área y sin confianza para descifrar problemas, el Newcastle dejó en Southampton impronta de equipo sin alma y está con un pie en la Championship, la segunda categoría del fútbol inglés. Benítez, que firmó un contrato hasta 2019, tiene una cláusula liberatoria para dejar el club en caso de descenso.

Benítez, que firmó hasta 2019, tiene una cláusula liberatoria en caso de descenso

Pero la afición del equipo tiene fe en que el madrileño sea el piloto de una imperativa reconstrucción, al margen de la categoría. Y en el foco están los primeros ejecutivos del club, entre ellos Graham Carr, el responsable de scouting que ha dispuesto de más de 100 millones de euros en las dos últimas ventanas de mercado y ha forjado un plantel pleno de carencias. Carr llegó al club en febrero de 2010 cuando el equipo estaba en la segunda categoría y tenía enfilado el regreso a la Premier. Sin excesivo gasto reforzó al equipo con algún pilar que dio resultado. Tioté, Ben Arfa, Demba Ba, Cabaye o Cissé contribuyeron a que dos años después el equipo acabase quinto y regresara a competición europea. El club ofreció entonces a Carr, que tenía 67 años, un contrato de ocho temporadas de duración que obviamente rubricó para seguir por el mismo camino, pero la apuesta por el mercado francés viró de resultado y de las prospecciones en busca de talento joven y semidesconocido apenas encontró relativo fruto con el español Ayoze Pérez.

El despilfarro del pasado verano y fiascos como el de Thauvin, un centrocampista galo por el que Carr ya había insistido los dos años anteriores, que costó 17 millones, fue titular en cinco ocasiones y en cuatro meses regresó cedido al Marsella, su club de origen, dejaron en mala posición al secretario técnico ante Mike Ashley, un magnate dueño de una popular cadena de establecimientos de productos deportivos y propietario del club desde que hace nueve años pagó por su control más de 160 millones de euros. Benítez debe sacarlo ahora del barro. "Es el peor equipo de la historia del club en la Premier", titulaba ayer tras el partido la versión digital del Chronicle, el diario de referencia en la ciudad.

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