Barcelona - Real Madrid: Entre Cruyff y Zidane
El recuerdo del exjugador y exentrenador azulgrana y el futuro del técnico del Madrid condicionan un partido marcado por los 10 puntos de ventaja del Barça
Los 10 puntos que el Barça le saca al Madrid a falta de ocho jornadas para acabar la Liga rebajan el dramatismo del clásico que se juega en el Camp Nou. El barcelonismo sopesa la posibilidad de repetir el triplete del año pasado y el madridismo se remite a la historia para animarse en busca de la Champions. El partido de hoy queda a mitad de camino, como si fuera una estación de peaje, la mejor en cualquier caso para calibrar las aspiraciones de ambos, una suerte a efectos mediáticos —se emitirá en 184 países y contará con 693 periodistas—; el mundo al que le gusta el fútbol pendiente del estadio del Barcelona.
Apenas se sabe de algún Barça-Madrid sin trascendencia, que no haya dejado secuelas, diga lo que diga la clasificación, ya sea antes de Navidad o después de Semana Santa. Al próximo no le faltan alicientes, atrapado por el recuerdo emocionado de la figura de Cruyff, capital parar entender la actual hegemonía azulgrana, y pendiente de la carrera de Zidane. El futuro de los entrenadores del Madrid depende a menudo de su capacidad para combatir al Barça a ojos de Florentino. Benítez nunca se recuperó del 0-4. Así que ahora la mirada está puesta en la alineación y el plan de Zizou.
El Madrid tiene un cierto aire de Barça, más que nada porque se despliega a partir de un medio centro y tres delanteros: 4-3-3. La diferencia es que Zidane tiene a Casemiro, y Luis Enrique a Busquets. La cuestión está en abastecer al tridente, y el del Barça funciona muy bien: 69 goles en la Liga. Tampoco le va mal al trío del Madrid: 63. La diferencia sustancial es que el Barça funciona mejor como equipo que el Madrid. La marcha triunfal azulgrana se expresa en los 39 partidos que lleva sin perder de la misma manera que los madridistas penalizan en sus salidas del Bernabéu.
La diferencia sustancial es que el Barcelona funciona mejor como equipo que el Madrid
Así que al Barcelona le toca gestionar su condición de favorito, agrandada por la presión de una hinchada que pide goles, y al Madrid le conviene recordar que sus problemas en el clásico no están normalmente en los encuentros del Camp Nou, sino en los de Chamartín. El Madrid se ha manejado mejor en Barcelona cuando ha partido como víctima y el Barça disfruta en el Bernabéu.
A los azulgrana les ha ocupado desde el inicio de temporada la posibilidad de ser los primeros en revalidar la Champions. Ocurre que han llevado tan bien la Liga en circunstancias adversas, más propicias para el Madrid si se tiene en cuenta el calendario y la lesión de Messi, que ahora pretenden rematarla en el Camp Nou e igualar el balance de victorias con el Madrid (92-91). Admirado por su estilo desde la llegada de Cruyff, el Barcelona ha aprendido a competir con Luis Enrique. Hoy domina muchos más recursos, cuenta con diferentes registros, también el del contraataque, porque es fuerte en las dos áreas, la de Messi naturalmente —referente incluso para Curry, el fenómeno de la NBA— y la de Bravo. No es, sin embargo, un equipo perfecto, como demostró el Villarreal. A veces le cuesta juntar las líneas, tener el control del juego y sus laterales no siempre son seguros cuando son atacados. Nada grave si se atiende a su cuenta de resultados y capacidad para resolver cualquier disfunción defensiva con la pegada de Messi, Luis Suárez y Neymar, a los que solo les tiemblan las piernas en los penaltis: 43,75% de errores.
Duelo de figuras
No se sabe, por otra parte, qué ha preparado Zidane durante el mucho tiempo del que ha dispuesto para diseñar el partido. El técnico francés no habla de revancha sino de orgullo —“no será fácil ganar al Madrid”— mientras Luis Enrique clama: “Espero que el Camp Nou esté a reventar y caliente de verdad”. Los azulgrana coinciden en que el mejor homenaje a Cruyff sería ganar al Madrid.
El marco favorece la intervención de Messi y Cristiano, futbolistas que no atienden a la clasificación de la Liga, termómetros del humor del Madrid y del Barça. La moral con la que ambos afrontarán la Champions dependerá en parte de lo que suceda en el clásico del Camp Nou.
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