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Bravo va con sello de fiabilidad

Exporteros del Barcelona elogian la sobriedad y eficiencia del guardameta chileno, a quien no se le recuerda una gran cantada en un partido oficial como azulgrana

Jordi Quixano
Bravo ataja el balón en un clásico del año pasado.
Bravo ataja el balón en un clásico del año pasado.álvaro garcía

Fue un chut amable porque no iba ni fuerte ni colocado, por lo que parecía predestinado al fiasco. Pero a Claudio Bravo (Buin, Chile; 32 años) se le escurrió el balón de entre las manos y acabó en la red al tiempo que Dzemaili, del Nápoles, festejaba el gol en un amistoso que hasta entonces carecía de picante. Fue un error garrafal del portero en su debut con el Barcelona que pareció decantar la balanza en favor de Ter Stegen, su rival bajo los palos. Pero el alemán se lesionó antes de comenzar al curso y Bravo arrancó con 754 minutos de imbatibilidad, récord de un portero debutante en la Liga, hasta entonces establecido por Peio Artola, también del Barça, en la temporada 1977-78.

A Bravo, que hoy defenderá de nuevo la portería del Barcelona ante el Madrid en el clásico, no se le recuerda otra cantada similar en el curso y medio que lleva en el club. “No falla, no. Es realmente sobrio”, le elogia el mismo Artola. “Si ha tenido errores, sinceramente yo no me acuerdo”, amplía Salvador Sadurní, meta del Barça de 1960 a 1976. “Yo tampoco sabría decir un error grande suyo”, resuelve Pere Valentí Mora, que se puso los guantes azulgranas en 71 ocasiones durante la década de los años 70.

“Bravo no tiene una cualidad que destaca sobre las demás, pero es bastante completo y tiene la edad adecuada y la experiencia ideal para ser portero del Barça. Además, pone concentración máxima en los pequeños detalles que sirven para salvar muchos goles”, explica Valentí Mora. “Sí, esa veteranía se nota en que ataja las pocas veces que le llegan”, añade Sadurní. “Experiencia y seguridad bajo los palos”, interviene Artola; “y que con los pies juega muy bien”. Precisamente, esa trayectoria de Bravo era un seguro de vida para el área deportiva del Barcelona, destituida hace un curso.

“Quien diga que no tiene un porcentaje de riesgo un fichaje, miente”, señalan quienes vivieron de cerca la contratación de Bravo por el Barcelona; “pero el club estaba bastante seguro de acertar en este caso”. Resulta que desde el área deportiva y la de porteros, dirigida por Ricard Segarra, ya habían decidido el modelo que quería implantar; querían un guardameta joven y otro experimentado porque creían que era la combinación perfecta para recuperar la competitividad bajo los palos, toda vez que Jorquera primero y Pinto después no eran rivales para Valdés. “Y debían cumplir unos requisitos imprescindibles”, explican desde el club; “que aguantaran la posible presión del Camp Nou, que tuvieran personalidad, que fueran decisivos en las pocas paradas a realizar y que supieran jugar con los pies”. Así, en la lista final, tras los sucesivos filtros, quedaron cuatro porteros como objetivo: Leno (Leverkusen) y Courtois (Chelsea), además de Ter Stegen y Bravo, que entonces estaba en la Real Sociedad y que tenía el beneplácito del técnico Luis Enrique, que le ha dado la titularidad en la Liga por decreto.

Arropado por el Camp Nou

“Está operado de los nervios”, le define su entrenador en el fútbol base de Colo Colo, Julio Rodríguez. “Suele estar siempre tranquilo, lo que le permite responder en los momentos de dificultad”, añade Sadurní. “Y le ayuda no tener ese runrún del Camp Nou. Yo lo viví y es muy pesado, te crea muchas inseguridades. Pero el equipo funciona, él también y todo es más fácil”, señala Valentí Mora. “Aunque desde el principio lo ha hecho muy bien, por eso no hace cantadas”, apunta Artola.

Entre otras cosas porque, tal y como demostró en la última gala de la Liga —le dieron el premio Zamora—, cuando pusieron un vídeo con fallos de los porteros, reivindicó: “Espero volver a estar el año que viene y espero que el vídeo sea diferente y muestre alguna de las acciones buenas que hacemos”. Aunque errores suyos, y no era casualidad, no había ninguno.

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