Respiración asistida para el Decano
Huelva se vuelca para salvar al Recreativo, al borde de la desaparición por motivos económicos, llenando el Nuevo Colombino con entradas a un euro frente al Granada B
“¿A quién le ha tocado el Madrid?”, preguntaban los jugadores del Recreativo en el maltrecho césped de la ciudad deportiva del club más antiguo de España. “Le ha tocado el Recre”, contestó de forma irónica uno de los dos veteranos empleados que ayudaba en el entrenamiento de un equipo histórico al borde de la desaparición, acuciado por las deudas, lleno de impagos a los propios empleados, cuerpo técnico y jugadores. Las destartaladas instalaciones del Decano, al borde de la autovía del Descubrimiento que une Huelva con Sevilla, cobijan a un grupo de jugadores que, amparados por el técnico Alejandro Ceballos, mantienen viva la esperanza de que el encuentro ante el Granada B no sea el último de los 126 años de historia del club andaluz. En Segunda División B después del descenso de la pasada temporada, los andaluces militaron en Primera en varias fases de su historia. La última, entre 2006 y 2009.
El Recreativo ha tocado fondo. Con una deuda en torno a 22 millones de euros, principalmente a Hacienda, la entidad tiene embargados todos sus ingresos. Literalmente, no hay un duro. Ni para pagar a los árbitros. Ni para desplazamientos. Ni para gel de los masajes. Ni para medicinas. Ni para los bocadillos de los viajes. Los jugadores y el cuerpo técnico llevan prácticamente toda la temporada sin cobrar. Los empleados del club, ocho meses. En el entrenamiento, un balón sale despedido por detrás de la malla protectora. “Corre a por él que no tenemos muchos”, se oye a uno de los empleados.
Sobre el club pesa además otra polémica, derivada del préstamo de 216.000 euros concedido por el presidente de la Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar, en 2015 para pagar al exentrenador del equipo, José Luis Oltra. El Consejo Superior de Deportes entiende que esto justificaría la inhabilitación de Villar.
“Bueno, es verdad que he tenido que comprar cremas para darnos los masajes”, reconoce Antonio Núñez, de 37 años, ex futbolista del Liverpool y del Madrid, uno de los veteranos de la plantilla junto a Jesús Vázquez. Si Núñez no compra la crema, los futbolistas han llegado a utilizar gomina.
“No nos vamos a rendir. Me siento muy identificado con Huelva y el Decano, con estos compañeros jóvenes a los que estamos ayudando”, proclama Núñez, campeón de la Liga de Campeones con el Liverpool en 2005. “Que se note lo que nos jugamos mañana”, grita el propio Núñez a sus compañeros. Y es que este sábado, ante el Granada B, el Nuevo Colombino, de 20.000 espectadores, se llenará gracias a la iniciativa de los empleados del club para abarrotar el estadio onubense
Solidaridad con el club
Huelva no quiere que el Decano se muera. No será el de este sábado el último encuentro del Recreativo. La respuesta ha sido brutal. Se han vendido 15.000 entradas a un euro en un día. El resto de las localidades pertenece a los 4.000 socios que tiene el conjunto andaluz. Muchos onubenses se volvieron de las taquillas sin sus entradas. El fútbol español, además, ha mostrado su solidaridad con el Decano, un bien de interés cultural en Huelva. “La respuesta ha sido brutal. Estamos conmocionados”, reconoce Núñez. Los aficionados se han presentado en el Nuevo Colombino con vendas, medicinas y hasta ropa deportiva para su Decano. Otros, se han plantado en las casas de algunos jugadores para transportarlos a la ciudad deportiva. Con nóminas de 1.000 euros impagadas, los jugadores no tienen ni para gasolina. Viven seis o siete compañeros en un solo piso. Se espera recaudar en torno a 20.000 euros con el enfrentamiento ante el Granada B. El objetivo, tener algo de liquidez para afrontar el pago de los arbitrajes y próximos desplazamientos.
“No será el último partido del Recreativo, pero la situación es dramática. Somos una familia y los jugadores se están comportando de forma excepcional. Aquí nadie ha dejado de entrenar”, tercia Alejandro Ceballos, el entrenador de este Recre subcampeón de Copa en 2003 y ahora en posición de promoción de descenso a Tercera División.
A las 15.00, se ha convocado una manifestación, autorizada de urgencia por la Subdelegación del Gobierno, para que miles de aficionados muestren su apoyo al club en el momento más crítico de su historia. El encuentro ante el Granada B es las 16.30.
“No es fácil para un profesional trabajar en estas condiciones”, añade Ceballos. El Recre lleva seis partidos seguidos sin ganar (tres empates y tres derrotas). “El Recre no puede caer”, apunta Núñez. Justo encima de los vestuarios, una escalera conduce a una sala multiuso donde lo mismo Ceballos da la rueda de prensa que los jugadores reciben sus masajes. A veces, con gomina. Una pizarra y un televisor antiguo decoran un escenario cuyo suelo aparece lleno de trozos de césped y tierra provenientes de las botas de los futbolistas. En el pasillo, los trofeos están apiñados en dos armarios. Testigos de una época más gloriosa del club más antiguo de España.
Amparado por el Defensor del Pueblo
El Recreativo es propiedad de la empresa Gildoy (75% de las acciones), cuya cabeza visible es Pablo Comas. El empresario es una figura poco querida por la afición del Recre, que le considera el gran culpable de la crisis. A Comas se le acusa de no aceptar una oferta de compra de origen onubense, de la empresa Infotelwi S.L., que propuso hacerse cargo del 75% de la deuda, según el documento al que tuvo acceso este diario. Comas la rechazó porque, según el informe de crédito, Infotelwi S.L. no posee la solvencia necesaria. El Recre, además, ha denunciado la inflexibilidad de la Agencia Tributaria (el club le debe 10,5 millones de euros) cuando había llegado a un acuerdo para pagar a plazos. El Defensor del Pueblo ha amparado al Decano en su queja para que Hacienda reconsidere su postura y acepte el pago fraccionado de la deuda, con lo que dejaría de estar vigente el embargo que lo asfixia. El Ayuntamiento de Huelva, propietario del 23% del club, le debe, según la denuncia interpuesta por Comas, 24 millones de euros.
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