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El Málaga hunde al Sporting

Los asturianos merecieron el empate con un buen segundo tiempo y reclamaron penalti por una mano de Pablo Fornals en el descuento

Rafael Pineda
Charles dispara a puerta ante Luis Hernández.
Charles dispara a puerta ante Luis Hernández. Jorge Zapata (EFE)

Abelardo, un técnico de lo más competente, podrá enfadarse mucho después de ser perjudicado por alguna decisión arbitral. Como consecuencia de ese cabreo, tras el partido contra el Granada, llegó a proclamar que el Sporting se iba a salvar seguro del descenso a Segunda. Complicado lo tiene este muy digno Sporting, lleno de jóvenes futbolistas que tocan bien el balón y ponen el alma en cada disputa. Incluso con actuaciones tan estimables como el segundo tiempo que hizo en La Rosaleda, donde superó a un dormido Málaga y mereció el empate ante los de Gracia. Además, en el palco donde fue ubicado, a Abelardo se le debió de retorcer el alma cuando en el minuto 92 Fornals cortó con el brazo dentro del área un centro de Halilovic. El árbitro, De Burgos Bengoetxea, no vio la acción porque estaba mirando al área. Su asistente no debió observar voluntariedad en la acción, pero la mano fue clara y evidente. El Málaga volvió a ganar cinco partidos después y está prácticamente salvado. A partir de ahora podrá dedicarse a buscar la séptima plaza, que dará, seguramente, un billete europeo.

El Málaga, a diferencia del Sporting, tiene mucho más elementos a su favor para permanecer en Primera. Por ejemplo, defensas como Albentosa o Weligton, duros y experimentados. También todo un portero internacional por México, Ochoa, de titular después de dos años de suplente. Por supuesto, futbolistas de la calidad de Juanpi, que definió con una excepcional jugada un primer tiempo donde el Málaga jugó al ralentí y el Sporting, que comenzó desatado, se fue difuminando por su impericia y falta evidente de pegada. Débil en las dos áreas, el equipo del sancionado Abelardo (al igual que Javi Gracia) está condenado a un triste destino.

67 jornadas después de su fichaje, Ochoa pudo hacer su primera parada como portero titular del Málaga. Fue a los 20 segundos, cuando desvió de rodillas, muy al estilo suramericano, un disparo de Sanabria. El Sporting, con siete partidos sin ganas a sus espaldas, inició el partido a un alto ritmo. Sin embargo, solo gozó de esa ocasión de Sanabria. El Málaga, que empezó a un ritmo muy bajo, se fue entonando. Realmente, no necesitó demasiado para doblegar al Sporting. En el minuto 25, una excepcional jugada de Juanpi desniveló el partido. El recorte y la definición del centrocampista venezolano están al alcance de muy pocos futbolistas. Juanpi dedicó el gol a una prima recientemente fallecida. El Sporting acusó el golpe, incapaz de llegar con peligro a la meta de Ochoa, echando de menos la habilidad y el fútbol de Halilovic.

La primera opción de Abelardo no fue el fino extremo croata, sino el peleón Carlos Castro, en medio de dos gigantes como Weligton y Albentosa. El Málaga se relajó mucho y el Sporting tuvo una gran ocasión en un remate de Sanabria que sacó muy bien Ochoa. Lo siguiente que hizo Abelardo fue quitar a Sanabria, que había tenido las dos únicas ocasiones del Sporting, para, por fin, dar entrada a Halilovic. Fue mejor el conjunto asturiano ante un Málaga dormido. Carlos Castro tuvo la ocasión más clara de su equipo en un lanzamiento después de una parada del portero mexicano que se fue al palo. El Sporting buscó con insistencia el empate y no lo encontró. Influyeron su falta de pegada, la solvencia defensiva del Málaga y la decisión del asistente de no ver voluntariedad en la clara mano de Fornals. Tiene poco para quedarse en Primera el Sporting, pero su esfuerzo y dignidad son encomiables. El Málaga, más equipo, se llevó un triunfo vital, que lo tranquiliza de forma casi definitiva. 

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