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La tranquila pasión de Hiddink

El técnico holandés, que se dio a conocer al ganar la vieja Copa de Europa, aspira a cerrar su carrera con un título para el Chelsea

Hace un año pasó el París Saint-Germain tras una vibrante prórroga en Londres, hace dos fue el Chelsea el que remontó una desventaja de dos goles y gracias a uno postrero de Ibrahim Ba se llevó la eliminatoria. En ambas ocasiones ante la paridad decidieron los tantos logrados en campo contrario. Ahora se vive el tercer capítulo, una suerte de desempate en el que los londinenses pasan al rival la presión del favoritismo para acceder a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Así lo explica Guus Hiddink, técnico del Chelsea que a sus 69 años podría estar ante su última oportunidad de exhibirse en el máximo escenario continental.

La carrera de Hiddink dio un impulso decisivo gracias a la vieja Copa de Europa. En ella se mostró cuando un inesperado PSV Eindhoven sorprendió a propios y extraños al eliminar al Real Madrid en una memorable eliminatoria que marcó un antes y un después en la Quinta del Buitre. Nada dañó más a aquel inolvidable equipo blanco que la derrota contra Hiddink, que poco después alzó la copa de las grandes orejas tras superar en los penaltis al Benfica en una final que no estuvo a la altura de una competición en la que el Madrid había tenido que dejar atrás al campeón Oporto, al Nápoles de Maradona y al poderoso Bayern.

Ellos quieren el balón y mentener su posesión, pero les vamos a presionar" Willian, jugador del Chelsea

Hiddink edificó tras aquella epopeya una carrera sólida en afectos, vivencias y puntuales apariciones descollantes, pero no tanto en títulos. Alzó cinco ligas y cuatro copas en Holanda con el PSV, una Copa más con el Chelsea y de su breve paso por el Ral Madrid resta una Copa Intercontinental. Sus trabajos como seleccionador conocen más méritos que entorchados. En 1998 llevó a Holanda a las puertas de la final del Mundial, en 2002 repitió con Corea del Sur, donde tiene vitola de héroe, tratamiento similar al que recibe en Australia, con quien apeó a Uruguay para entrar a la postre no sólo en el Mundial de 2006 sino incluso superar la primera fase. Pero sus últimas experiencias con Rusia, Turquía y Holanda acabaron en estrepitosos fracasos.

Con todo, la reputación del técnico holandés se mantiene intacta y los últimos meses lo elevan a la derecha de la gesta que protagoniza Claudio Ranieri para conformar un dúo de veteranos de éxito en tiempos donde la tendencia es rejuvenecer las direcciones técnicas. Hiddink llegó en diciembre al Chelsea como un hombre de consenso ya conocido en el club, una suerte de bálsamo tras la tempestad de José Mourinho, una transición amable. Acaba de batir una plusmarca al convertirse en el primer técnico que llega a un equipo y completa doce jornadas sin perder desde que en 1992 se instauró la Premier League. Y el único partido en el que ha caído fue el de París, al que ahora puede dar la vuelta con tan sólo un gol.

Hiddink, durante un entrenamiento del Chelsea.
Hiddink, durante un entrenamiento del Chelsea.GLYN KIRK (AFP)

Así tanto en la Liga de Campeones como en la Copa inglesa aún aspira a todo y en la Premier ha levantado al equipo para mantenerlo con opciones de al menos llegar a puestos europeos. Ahora debe remontar el 2-1 de la ida en París. Y todo pasa, advierte por saltar al campo "enfadados, pero a la vez concentrados; agresivos, pero controlados". El centrocampista Willian incide: "Ellos quieren el balón y mentener su posesión, pero les vamos a presionar". Lo harán sin John Terry, que sigue lesionado, y hay serias dudas sobre la participación de Pedro, con problemas musculares. En el PSG sus dos motores del medio campo llegan entre algodones y aunque Laurent Blanc espera contar con Matuidi, restan serias dudas sobre la participación de Verratti, que lleva dos meses con problemas físicos a pesar de su exhibición en el partido de ida.

Cada vez se oyen más voces que piden la continuidad de Hiddink en el banquillo del Chelsea. "Se trata de sacar resultados, pero es que además no ha hecho nada mal desde que llegó", reflexiona el ex jugador y ahora comentarista Paul Merson. Se apunta sobre la contratación de Antonio Conte, un futuro inmediato pleno de relumbrantes adquisiciones o un retiro tranquilo en una suerte de consultoría de Roman Abrahamovic que le permitiese seguir vinculado al club, pero mientras tanto Guus Hiddink, que también tiene vivo al equipo en la Copa inglesa, tiene un trabajo por hacer. En un vestuario que estaba en ebullición antes de su llegada ha calado su serenidad y sus jugadores quieren que si al final deja el banquillo sea a lo grande: "Vamos a tratar de que sea con un título", concluye Willian, que ya había estado a sus órdenes en el Anzhi Mahkachkala ruso.

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