Pablo Laso: “Este equipo compite de forma increíble”
El técnico del Real Madrid destaca el valor de la tercera Copa consecutiva del club, en el año más complicado
Hace cuatro años, cuando apenas llevaba ocho meses en el banquillo del Madrid, Pablo Laso se asomó a la ventana del hotel de concentración de su equipo en Barcelona y una imagen le inspiró para la charla con la que convenció a sus jugadores de que podían ganar la final de Copa en el Palau Sant Jordi frente al Barça. En las instalaciones del Club de Polo vio a un purasangre que, mientras se entrenaba para un concurso de hípica, acabó desquiciado por la perseverante agitación de un perrillo. En la analogía de su arenga, el Barça, que había ganado 13 de los 15 clásicos anteriores a su llegada al banquillo blanco, era el purasangre y el Madrid, que llevaba cuatro años sin abrir las vitrinas, el perro. Con aquella conquista copera comenzó la carrera de los blancos hasta convertirse en el caballo ganador que son ahora tras alzar 11 títulos y disputar 15 de las 19 finales posibles en cinco temporadas.
“Cada Copa ha tenido algo especial, ninguna es equiparable a la otra. Es un torneo increíble. Un examen de competitividad con finales cada día”, relata el entrenador del Madrid. Con la conquista de A Coruña, el Madrid se convierte en el primer equipo en la era ACB (desde 1984) que enlaza tres títulos consecutivos (cuatro en cinco años) en un torneo que le ha servido en este tiempo de catarsis, impulso y consolidación. Con la primera, en 2012, el proyecto ganó credibilidad y aparcó las urgencias históricas; con la segunda, la de la canasta de Llull en Málaga 2014, los blancos devolvieron a su enemigo azulgrana el póster del triple de Solozábal como imagen del relevo de poder; con la tercera, en Gran Canaria, el Madrid salió del diván de la doble derrota europea para volar rumbo al pentacampeonato; y con el título del domingo en Galicia, los blancos extienden su dinastía en la temporada más tortuosa y exigente.
“Se habla mucho de los títulos y está muy bien, pero lo primero que me propuse al llegar al club fue que nos convirtiéramos en un equipo reconocible, con una identidad marcada y una idea de juego. Lo digo mil veces, pero la mejor victoria ha sido el apoyo de la gente, cómo se habla de nuestro juego, ver el Palacio lleno en cada partido. Eso no es ningún título pero para mí el camino es lo más importante. Ese camino nunca es una autopista, hay lesiones, pierdes partidos inesperados, pasan cosas, pero todas son oportunidades para crecer y hacerte fuerte”, prosigue Laso, que ha vivido su temporada más difícil por las lesiones. Cayó Taylor en septiembre, Maciulis, Thompkins y Rudy en noviembre, Nocioni y Llull en diciembre, El Chacho en enero y Felipe y, de nuevo, Nocioni a comienzos de febrero. Llegaron Ndour, Rivers y Lima y hasta tres canteranos fueron reclutados.
“Hambre de ganar”
“Se habla mucho del hambre de ganar. Eso es impagable en el deporte y mis jugadores lo tienen como el que más. Lo jodido es cuando pierdes. Esa sensación, que también la hemos vivido, es la que te endurece para intentar no repetirlo. Este equipo compite de manera increíble y esta temporada lo estamos demostrando en las condiciones más difíciles”, relata Laso. “Yo no sabía que Rudy se iba a lesionar de gravedad, que Llull iba a estar fuera de combate un mes, que íbamos a tener que explotar al Chacho ese mes, que Nocioni y Felipe se iban a romper, que todos iban a llegar sin pretemporada. Es muy difícil planificar a largo plazo porque el deporte está cargado de contingencias. Esto no es una carrera de 100 metros, es una batalla continua con un calendario superexigente. Hay que intentar estar lo mejor posible durante el mayor tiempo posible. Esa gestión hay que llevarla solucionando los imprevistos sin dejar de buscar los márgenes de mejora”, cierra el entrenador madridista antes de expresar sus expectativas. “No sé qué sería hacer un buen año. He vivido grandísimos años que luego no han sido satisfactorios en los resultados. Medir los grandes años solo por títulos es muy barato, pero vamos a pelear por todos los que vengan”, concluye.
El vestuario está hormigonado, con la convicción de haber descifrado el año pasado los tiempos de la competitividad. “No veníamos como favoritos y salimos muy contentos de esta Copa. Trabajamos a largo plazo. No nos preparamos para un partido sino para cuando llegan las cosas grandes. Tratamos de mejorar y hemos llegado lo mejor posible a febrero. Aun así, al equipo le falta. No jugamos ni con la misma solvencia ni con la misma contundencia que el año pasado. Estamos en la búsqueda de nuestro mejor nivel. Cuando incorporemos a todos podremos ver un gran Madrid”, confiesa Nocioni.
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